VALÈNCIA. “La preocupación es construir un museo nacional que tenga un proyecto y una entidad particular, que no esté al socaire de las modas y del mainstream. Debe preocuparse por aquello que parece minoritario, como puede ser las obras de las mujeres, de países del mediterráneo… obras que reflejen aspectos fundamentales de nuestra contemporaneidad”. En estos términos se expresaba el director del IVAM, José Miguel G. Cortés, en una reciente entrevista con Cultur Plaza. Con el objetivo de incidir en las vías abiertas en años anteriores, la programación de cara a 2018, presentada ayer por el director y el conseller de Cultura, Vicent Marzà, es continuista con el proyecto de un Cortés que firma su cuarto calendario. Hace un año este diario resumía la propuesta del museo para 2017 en el titular ‘El IVAM tira del Mediterráneo, la autoestima y la producción propia para consolidar su proyecto’, un título que bien podía servir para el próximo ejercicio aunque, por supuesto, cambian las caras y 2018 viene con un cabeza de cartel que supone la gran apuesta del año: Joan Miró.
Por primera vez el IVAM dedica una exposición a Joan Miró, uno de los máximos representantes de la pintura española del siglo XX, la que supone la mayor muestra del artista en València. Bajo el lema Orden y desorden, el proyecto busca aportar una visión diferente de lo que ya se conoce a través de más de un centenar de piezas entre pinturas, esculturas, dibujos, cerámicas, carteles y producción vinculada con las artes escénicas. Comisariada por el doctor en Historia del Arte Joan Maria Minguet, el Miró “más heterodoxo” llega a un IVAM que, recalcó Cortés, no podría haber acogido la muestra antes “por una cuestión económica”. Se nota el millón de euros más en los presupuestos. La exposición parte del Miró más desconocido, un creador que “siempre se cuestionó que era la creación artística”, a partir de obras proc edentes de museos e instituciones como el Reina Sofía, el Thyssen Bormemisza, el MACBA o la Fundación Joan Miró.
Del total de once muestras, son tres las "grandes exposiciones" que vertebrarán el curso, siendo la segunda la dedicada a Annette Messager, que recibirá en 2018 el premio Julio González, siendo la primera mujer en ganarlo. Fue en los años 60 y 70 cuando “incorporó de una manera decidida el movimiento feminista”, haciéndose valer en sus obras de objetos cotidianos de los que trastoca sus usos creando instalaciones o fotografías en las cuales esos elementos tradicionalmente vinculados a lo femenino se combinan con otros muy dispares. El tercer gran pilar del año viene con Habitar el Mediterráneo, una exposición que se centra en los grandes asentamientos humanos, de las formas arquitectónicas a los modos de vida. Para la muestra se ha realizado una selección de obras que van desde piezas arqueológicas hasta obras de artistas contemporáneos de diferentes países tanto del entorno mediterráneo como aquellos fascinados por esta área geográfica.
La programación volverá a incidir, como en la pasada temporada, en la visibilización de las mujeres y las distintas cuestiones de género. Para ello vuelven a recurrir a Cabello/Carceller, que ya generaron un proyecto este año para el museo, y que en esta ocasión presentan Sadqueer, un proyecto que trata de realizar una revisión de las aportaciones estéticas que se han producido desde los pensamientos queer para tratar de dar una visión alternativa a l planteada desde el mundo anglosajón. Este apartado suma la exposición Representación de la mujer en la colección del IVAM, que narrará cómo la “la mujer ha pasado de ser objeto a sujeto de representación a lo largo de la historia de la fotografía”, o Mujeres y vanguardia en València. 1930-1980, que reunirá la producción de las primeras artistas valencianas que se profesionalizaron desde final de la década de los años 20 hasta los años 80. Explicó Cortés que “no son flor de un día” las exposiciones programadas en torno a este temática, una cuenta pendiente que se extiende a todos los centros expositivos.
Ya en el apartado ‘IVAM Produeix’, que quiere hacer del museo “no solo un lugar donde se exponga, también un motor”, se incluyen proyectos de Anna Malagrida, que desembarca con una propuesta expositiva site especific que tiene como punto de partida la cremà de las Fallas y el protagonismo poético de las cenizas; Patricia Gómez y MªJesús González, de las que hoy se puede ver obra en la Fundación Chirivella Soriano, que trabajarán sobre la propia memoria del museo a partir de un proceso de investigación que remite a las estrategias de la arqueología; y Federico Guzmán que parte de una investigación en las bibliotecas del IVAM, los museos de Etnografía y Etnología y el jardín botánico para llegar a A la vora del món. Completa la programación la exposición dedicada al artista ruso Rodchenko, que analizará sus aportaciones al diseño gráfico, tanto político como comercial, y una muestra que repensará los fondos de Ignacio Pinazo, así como unas jornadas en torno al cómic y un congreso sobre el futuro de los museos.