VALÈNCIA (EP). Johnny Chico, la primera producción de Moriarty & Holmes, llega al Teatro Talia de València para ofrecer una oda 'fuckgender' en contra de la LGTBIfobia: "No importa en absoluto quién eres o lo que llevas puesto; lo que quieren que seas: él o ella, hombre o mujer. Porque al final todo es lo mismo cuando te desnudas". Levantarse cada mañana pensando que no hay futuro es una sensación que hoy en día asoma al pecho de muchos y que condiciona la vida de Johnny Chico, el protagonista de esta pieza del autor australiano Stephen House que se estrena en el Teatro Talia este miércoles, 8 de marzo, hasta el día 16.
Un monólogo que trata el conflicto de identidad personal y sexual que vive un joven marginal, que trata de subsistir en una gran ciudad recién llegado de un pueblo, para escapar de la violencia familiar y la incomprensión. Pinceladas de ternura, humor, crudeza y emoción, pero sobre todo de realidad, componen esta obra en la que el actor Víctor Palmero da vida a cerca de una decena de personajes: el protagonista y todos aquellos que interactúan con él.
Johnny Chico es la historia más de un chico que no cuadra en la realidad en la que vive, ni en el cuerpo en el que convive; pero que, aún y así, trata de sobrevivir al mundo que le rodea a pesar de no encajar en el mismo y busca ser amado y aceptado. En definitiva, destacan sus responsables, "una oda 'fuckgender' en lucha contra la LGTBIQ+ fobia".
El actor Víctor Palmero ha explicado que cuando se encontró con la historia de Johnny Chico fue "como si te dan un regalo envuelto en un papel muy bonito con la bandera arcoíris y cuando lo abres es una caja de clavos. Algo tan fascinante como duro que te va a hacer pensar".
En este sentido, el intérprete ha aclarado que, "a pesar de su acidez, el público va a divertirse", y ha continuado: "La pieza habla de cosas muy bonitas, muy duras de contar y también muy divertidas con las que el público va a llorar, va a cantar y también se va a reír".
Temas de actualidad como la violencia de género, la LGTBIQfobia, la prostitución o las adicciones en los que "hay que poner el foco". "Hay muchos clavos en los que uno puede pincharse pero no deja de ser un regalo en el que el director ha conseguido que un texto muy oscuro tenga mucha luz y color", ha destacado el protagonista.
Por su parte, el director de la obra, Eduard Costa, de Moriarty & Holmes, junto al productor Coque Serrano, ha manifestado que "era una obra que nos debíamos", y ha confesado que aunque haya tenido una "muy buena" acogida por parte del público, le "apena" que no acuda el espectador que desearía: "No tengo al homófobo en el patio de butacas ni al agresor y, si lo está, lo disimula. Falta todavía que alguien del otro lugar estuviese de espectador y se retratara para que antes de insultar o agredir se lo pensara dos veces".
Asimismo, ha indicado que la obra "incomoda y confronta", pues, a su juicio, consigue que el público reflexione y se lleve esa reflexión a casa. "Es un espectáculo que además de entretenerte, una vez que ha terminado sigues pensado en el protagonista y en todo lo que vive durante la función y te hace cuestionar qué hubieras hecho tú en su lugar".
Por otro lado, Coque Serrano ha puesto en relieve la puesta en marcha de 'Johnny Chico' como "primer proyecto" de la compañía y "cien por cien valenciano".
"Hemos contado una historia, desgraciadamente, necesaria en la que el espectador hace un viaje emocional acompañando a Johnny y consigue que en todos los sitios la gente se emocione porque te hace pensar y te conmueve. Me gustaría que este espectáculo no fuera necesario pero la gente lo tiene que ver para que no haya ningún Johnny Chico más", ha subrayado.
En esta línea, Víctor Palmero ha indicado que "cada uno se lleva a casa lo que más le resuena", y ha argumento que le parece "muy interesante" que vayan a la función jóvenes "con dudas respecto a sí mismos porque Johnny Chico es una búsqueda en la que el protagonista se encuentra con caminos equivocados para dar con una respuesta que es: puedes ser lo que quieras".