Un documental intenta concienciar sobre la trascendencia de una fábrica que preservó y difundió el secreto medieval que hizo de la cerámica valenciana la mejor del mundo
VALENCIA. Dice César Guardeño que sigue siendo la “asignatura pendiente” del Patrimonio valenciano. Lo dice a las puertas del edificio, a punto de participar en el documental que se está rodando estos días. Y lo asegura desde su conocimiento del inmueble, su intrahistoria, y en su condición de presidente de la asociación Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural. La Ceramo, para ellos, es una causa por la que vale la pena luchar y no van a cejar en ello.
La fábrica de cerámica del barrio de Benicalap se encuentra ahora en un estado de indefinición. Por un lado, diferentes colectivos quieren ponerla en valor. Entre ellos, el citado Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural y la APIVA (Asociación de Patrimonio Industrial Valenciano). Junto a ellos, desde el cambio de gobierno, se encuentra el Ayuntamiento de Valencia con el concejal Vicent Sarrià al frente. El nuevo concejal de Urbanismo, ya no tan nuevo, más de 100 días en el cargo, oficialmente concejal Coordinador del Área de Desarrollo Urbano y Vivienda, ha encargado al Servicio de Planeamiento la modificación puntual del PGOU para que el edificio se catalogue íntegramente como Bien de Relevancia Local. Con ello se ha salvado al complejo de manera provisional.
Pero han aparecido dos escollos en el camino. El primero es el reciente descubrimiento de que una parcela de 600 metros cuadrados es propiedad de un banco. Dicha parcela evita que todo el terreno se encuentre en manos municipales y por tanto obstaculiza la posibilidad de poner en marcha un plan integral para todo el edificio. “Habrá que negociar con ellos”, comenta Guardeño.
El segundo es la indiferencia de la administración central. El Ministerio de Cultura y Deportes ha rechazado comprar y adscribir La Ceramo al Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí de Valencia, lo que sería la solución más lógica habida cuenta la historia del edificio. Desde Madrid se asegura que la inversión es "inasumible" porque la consideran "cuantiosa". Esa fue al menos la respuesta que realizó hace unos meses el subdirector general de Museos Estatales, Miguel González, a una petición realizada por Antonio Marín, miembro del Círculo por la Defensa y Difusión del Patrimonio Cultural.
La idea no era nueva y según admitían desde el Gobierno central ya fue analizada en el año 2008 por el Ministerio. El actual Gobierno admite que entonces se "evaluó de manera favorable la valía patrimonial de este bien y reconoció el interés que tendría para el Museo Nacional de Cerámica poder sumar a sus activos este inmueble". Pero hechos son amores que no razones, y desde el Ministerio actual no hay intención de invertir un solo euro en este edificio que forma parte del patrimonio industrial de la Comunidad Valenciana. “Mientras esté este Gobierno en La Moncloa podemos dar por imposible esta opción”, comentaba lacónico Guardeño este miércoles.
Conscientes del valor de La Ceramo, de lo que supone, desde los colectivos en defensa del Patrimonio se han realizado diferentes acciones de las cuales la más relevante sea, quizás, el documental que están rodando en estos momentos. Una producción que realizan con la colaboración de 1/4 Productions y Alberto Rey Proyectos y cuyo día a día se puede seguir por las redes sociales. En ella se intentará explicar al gran público cómo esta fábrica fundada en 1889 fue la heredera de una tradición cerámica medieval, de unos métodos centenarios, que hicieron de Valencia la tierra prometida de este material.
El documental está siendo sufragado mediante rutas organizadas por los asociaciones de defensa del Patrimonio. La próxima ruta tendrá lugar este sábado 3 de octubre y durará tres horas. Con un coste de 9 euros por persona, los participantes saldrán desde la puerta principal de Bombas Gens, recayente a la avenida Burjassot. Desde esta antigua fábrica de bombas hidráulicas (1931) estilo art dèco, adquirida por la fundación Per Amor a l´Art para ser recuperada “tras décadas de abandono”, la ruta continuará hasta el Parque de Marxalenes. Después se visitarán las alquerías de la calle Olba y la propia La Ceramo. La ruta finalizará en el entorno del parque de Benicalap para visitar la alquería del Moro y de la Torre, y el palacete conocido como Casino del Americano. Las inscripciones están abiertas y se pueden realizar a través de la web de CaminArt.
Los participantes de las rutas se convertirán así en los mecenas de un proyecto que, tal y como apunta Guardeño, tiene como objetivo final no sólo fijar en el tiempo la relevancia de la fábrica, sino también evitar que caiga en el olvido, “que la ciudadanía conozca la importancia de esta fábrica en cuyos hornos se fabricaron las piezas cerámicas que hoy decoran edificios modernistas como la Estación del Norte, el Mercado Central o el de Colón”.
Un equipo multidisciplinar formado por historiadores del arte como el propio Guardeño, Sara Soriano y Esteban Longares, y la arquitecta Diana Sánchez, además de la colaboración de personas que estuvieron vinculadas laboralmente con la histórica fábrica antes de su cierre, como un antiguo trabajador, y el último propietario, darán forma al contenido de un largometraje que, además de narrar la historia del edificio, explicará cómo se recuperó la antigua técnica artesanal del reflejo metálico, el proceso de fabricación, los edificios más representativos de Valencia que se decoraron mediante piezas cerámicas fabricadas en sus hornos, así como la lucha asociativa y ciudadana por lograr su recuperación.
Una lucha que aún hoy continúa, en gran parte por la desidia administrativa durante las dos últimas décadas que ha provocado que el edificio fuera degenerando. Aunque los defensores del Patrimonio no están solos. Este miércoles mismo, poco antes de participar en la grabación del documental, una vecina del barrio se aproximó a Guardeño cuando se encontraba en la avenida de Burjassot y, tras comentar el actual estado de abandono del edificio, le comentó: “Aquí lo que tienen que hacer es una biblioteca”. Los vecinos también quieren que siga viva.
Los Arcos de Alpuente es considerado Yacimiento Arqueológico y declarado Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Monumento