La conexión emocional, la memoria y la identidad centran la nueva edición de Carme’N’Dansa

VALÈNCIA. ¿Qué nos mueve más allá de la memoria y la identidad? Esa es una de las preguntas que plantea la IX Edición del Cicle Carme’N’Dansa, que se celebrará en la Sala Carme Teatre de València del 25 de octubre al 22 de diciembre de 2024. En esta trigésima temporada de la sala, seis propuestas de danza contemporánea invitan al público a un recorrido emocional y visual, de la mano de coreógrafos y compañías premiadas como Provisional Danza, dirigida por Carmen Werner, Cielo rasO, de Igor Calonge, o el último espectáculo de la compañía de Miquel Barcelona. 

El ciclo arranca del 25 al 27 de octubre con Aurunca, de Elías Aguirre, una obra que explora los "no lugares", esos espacios de tránsito y anonimato descritos por el antropólogo Marc Augé. Aguirre se presenta como un explorador de estos lugares, que pueden ser tan transitados como un aeropuerto o tan desolados como una estación de tren abandonada. Aurunca, cuyo nombre hace referencia a una estación del sur de Italia, simboliza una parada obligatoria, "un momento para reflexionar sobre la manera en que nos relacionamos con el tiempo y el espacio". La obra invita a pensar qué ocurre cuando todos los espacios que habitamos, incluso el hogar, se transforman en lugares de paso, y cómo la naturaleza puede convertirse en un refugio común, al igual que los animales que encontraron su hogar en las ciudades deshabitadas cercanas a Chernóbil. Aguirre utiliza la danza para abordar estas cuestiones, creando un lienzo habitable donde el movimiento se entrelaza con la memoria de los espacios.

El 8 de noviembre, el ciclo toma un giro hacia lo íntimo y poético con Née, de la compañía vasca Cielo rasO, dirigida e interpretada por Igor Calonge. Née es un trabajo en solitario que aborda la experiencia humana desde la perspectiva de la pérdida, el desencanto y la transformación personal. En esta obra, Calonge narra un viaje emocional desde el final del proceso, reflexionando sobre cómo el dolor puede transformarse en un acto de belleza. Con más de 20 creaciones en su trayectoria, Cielo rasO ha ganado un lugar destacado en la danza contemporánea, llevando sus propuestas a festivales internacionales en Europa y América Latina. La pieza conecta la vulnerabilidad del ser humano con una estética que busca la belleza en lo cotidiano, alejándose del ruido para centrarse en lo esencial.

Del 22 al 24 de noviembre, la programación continúa con Las Idas, de Carmen Fumero Cía., una obra que se estructura en tres episodios: Una ida, Un paso atrás y Una retirada. Esta pieza profundiza en los procesos de cambio y la relación entre lo permanente y lo efímero, explorando cómo el movimiento del cuerpo puede reflejar esos estados de transición. Dirigida e interpretada por Carmen Fumero y Miguel Zomas, la obra se apoya en la improvisación y la intuición para crear una experiencia escénica viva y cambiante. Con un enfoque que privilegia la conexión entre los intérpretes y el espacio, Las Idas invita al espectador a reflexionar sobre cómo la danza puede ser un vehículo para explorar la transformación y la memoria, creando un diálogo constante entre lo que se deja atrás y lo que permanece.

El 12 de diciembre, Utopía, de Miquel Barcelona, se convierte en el epicentro de la programación, aportando un formato de concierto performático que invita a cuestionar los discursos distópicos de la actualidad. Con una coreografía que combina danza y música en directo, la obra se presenta como una reflexión sobre la libertad individual y colectiva, explorando "qué cuerpos habitamos y qué relaciones queremos construir". Miquel Barcelona, reconocido por su capacidad para innovar en el lenguaje de la danza contemporánea, nos ofrece una pieza que desafía la rutina y nos acerca a un mundo de posibilidades. Utopía se desarrolla como un espacio de creación colectiva, donde la diversidad de los intérpretes y la potencia de la puesta en escena crean un espectáculo que desafía los límites de lo convencional.

El 15 de diciembre, el ciclo recibe Como un suspiro, de la compañía cántabra Ruido Interno, una obra que fusiona danza, teatro y videocreación para abordar el ciclo de la vida a través de las estaciones del año. Dirigida por Juan Carlos Fernández y con coreografía de Diego Arconada, la pieza reflexiona sobre el paso del tiempo, desde la infancia hasta la madurez, utilizando la metáfora de la primavera, el verano, el otoño y el invierno para explorar las etapas de la vida. Como un suspiro está orientada a un público juvenil, a partir de 12-13 años, ofreciendo una experiencia que combina el movimiento, la palabra y la imagen en un lenguaje accesible y poético. La obra se convierte en una invitación para que los adolescentes reflexionen sobre la fragilidad de la existencia y el alivio que encontramos al aceptar el ciclo vital.

El ciclo se cierra con una de las propuestas de largo recorrido en la Sala Carme Teatre: Cuando quieras, lo último de Provisional Danza, que se presentará del 20 al 22 de diciembre. La obra, dirigida por Carmen Werner, explora la fina línea entre la locura y la cordura, reflexionando sobre los límites que la sociedad impone a la expresión emocional. Werner, quien cada año elige la Sala Carme Teatre para estrenar su propuesta en València, vuelve a sorprender con una coreografía que se adentra en la complejidad emocional de los personajes, cuestionando los conceptos de normalidad. Reconocida con la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y el Premio Nacional de Danza, Carmen Werner aporta su sello característico, creando un cierre que invita al espectador a cuestionar las fronteras del cuerpo y la mente.

Raúl Lago, gestor cultural y programador de la Sala Carme Teatre, comenta sobre esta nueva edición del Cicle Carme’N’Dansa: “Cada edición del Carme’N’Dansa es un desafío y una oportunidad para ofrecer al público una visión amplia de lo que la danza contemporánea puede expresar. En esta novena edición, lo que nos mueve es la conexión emocional, la memoria y la identidad, temas que atraviesan cada una de las propuestas. Nos interesa invitar al espectador a mirar más allá de la forma, a sumergirse en la narrativa que cada cuerpo cuenta sobre el escenario”.

Añade: “Estamos en nuestra trigésima temporada y eso también nos obliga a mirar hacia atrás, a reconocer el camino recorrido, pero sobre todo a mirar hacia adelante, a seguir apostando por creadores que, como Carmen Werner, Miquel Barcelona o Igor Calonge, cuestionan lo establecido y nos plantean nuevas formas de pensar la danza. Es una celebración del presente y del futuro de la escena contemporánea”.