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DEL BAR A LA TIENDA GOURMET

Valencia vive su particular batalla comercial por la venta de conservas gourmet

La apertura de La Conservera Market de Frinsa es el último eslabón en un mercado inexplorado entre el público local

24/12/2015 - 

VALENCIA. El pasado mes de octubre de 2013 abría en el barrio de Ruzafa La conservera, un bar de tapas inédito en la ciudad al basar toda su oferta de gastronómica en conservas. Acompañadas de vinos portugueses, con una fuerte presencia del país hermano hasta en su cerveza de barril (Super Bock) y en un elaborado imaginario gráfico y de comunicación que se desprende de su cuidada presencia online, su apertura coincidía en tiempo, pero sobre todo en forma, con la puesta en marcha de La conservera Delistore, en Madrid. Y todo casi al unísono.

La principal distancia entre ambos conceptos, además de los kilómetros, es la de las estructuras que se encuentran detrás de ambos locales: en el caso del valenciano, una Pyme; en el caso de los gallegos, la segunda mayor conservera de España, Frinsa. De hecho, cuatro de cada diez latas de conservas producidas en España son de esta empresa, que elabora sus productos para grandes distribuidoras alimentarias, pero que desde 2013 pone en la calle sus productos del mar (más de 400 millones de euros de facturación el pasado ejercicio) bajo tres conceptos comerciales: La conservera Delistore, La conservera Delistore & Tapas (sólo en Madrid) y La conservera Market.

Este último concepto, el que vende en exclusiva sus productos en un formato de tienda gourmet, abrió este miércoles 23 de diciembre en Valencia (Calle Roger de Lauria, 10). Este mes, Frinsa ha abierto tres de sus tiendas en Bilbao (Delistore), Murcia y Valencia (Market), y abrirá en el primer trimestre de 2016 otra más de estas tiendas gourmet en Alicante, tal y como confirma a Valencia Plaza uno de los responsables de esta línea de negocio para la empresa gallega que cuenta con unos 1.500 trabajadores.

Escenarios paralelos

La Conservera de Ruzafa

 Cuando La conservera abrió en Ruzafa el barrio parecía no soportar más locales de hostelería. Dos años después -y decenas de aperturas hosteleras más tarde-, el local se ha posicionado como un referente de la oferta local, importando una carta mutimarca apetecible en un local híbrido que, casualmente, está a punto de dar el salto a la comercialización de conservas como anexo de su actividad y derivado del interés de su propia clientela. 

La conservera de Frinsa en Madrid, nacida de manera sincronizada, se ha posicionado con el mismo éxito en un barrio con una competencia por densidad igual o mayor, en la confluencia de las calles Claudio Coello y Goya. El responsable de Frinsa que atiende a Valencia Plaza asegura conocer, "por supuesto", la existencia del bar de la Calle Literato Azorín que surgió en el espacio de la desaparecida Pescadería Pepe. Sin embargo, ahora ambas empresas, bajo la misma nomenclatura y un tipo de servicios en un ámbito próximo de negocio operarán en apenas un kilómetro.

La llegada casi simultánea de La conservera de Frinsa "al levante" (Murcia, Valencia y Alicante), responde a "estudios de mercado que manejamos sobre el consumo de conservas en la zona. No obstante, es una de las zonas geográficas de España en la que menos presencia tenemos como marca". Esa vacío tiene mucho que ver con el espacio que ocupa el comercializador de otro 40% de las conservas totales de España, Mercadona, uno de los pocos grandes de la distribución en el país para los que no trabaja Frinsa.

Sin embargo, el concepto que acaba de abrir en Valencia trata de mostrar las líneas de la marca más premium. Sin olvidar que la empresa fabrica tres millones de latas diarias, Frinsa comercializa en estos locales algunas de sus conservas gourmet destacadas, como los berberechos de Noia, los mariscos de las Rías Gallegas o los túnidos. No sólo el consumo de calle y familiar encuentran allí oferta, sino que las conservas de 750 gramos y de hasta un kilogramo están llamadas a atraer a los cocineros locales. 

Productos de La Conservera de Frinsa

 Bonitos, navajas, ventrescas o zamburiñas, entre otros productos, comparten espacio premium con los vinos blancos de de Pazo Señorans, compañeras ambas marcas del sello de calidad Elite Gorumet. 

Y un tercer local en (pronunciada) discordia

Desde Frinsa se asegura que el consumo de conservas "es elevado" en la Comunitat Valenciana, aunque es Mercadona quien copa buena parte de esa venta a través de sus supermercados. Aun siendo espacios de negocio distintos, lo cierto es que las conservas de aceite tienen una perdurabilidad de hasta seis años, mientras que los escabeches permanecen hasta cuatro años. Esta realidad es la que rompe uno de los principales paradigmas vinculados a ambos negocios, desde el de supermercado -rompiendo los parámetros de logística y conserva- como del negocio hostelero, ampliando considerablemente sus posibilidades a partir de la reducción al máximo de la pérdida en costes de producto desechado por caducidad.

El escenario atrajo recientemente otro negocio hasta la ciudad de Valencia, puesto en marcha el pasado mes de noviembre: La Fábrica - Conservas del mar. En Almirante Cadarso, 11 (esquina con Conde Altea), el local de venta multimarca podría asemejarse por su interiorimo y por una parte de sus productos a una franquicia de La conservera Market de Frinsa, sin embargo han sido los responsables de la empresa gallega los primeros sorprendidos: estos visitaron este martes la tienda, de la que son proveedores y, de hecho, da buena cuenta de su catálogo a través de su página en Facebook; sin embargo, Frinsa desconocía hasta esta semana la coincidencia estética "total" y también de nombre, ya que el nuevo local ha asumido por su cuenta el 'apellido' comercial de Delistore. La empresa, no obstante, ser reserva hacer más valoraciones al respecto.

Desde Frinsa aseguran ser "completamente conscientes" de ambas realidades comerciales en la ciudad, en paralelo a su llegada al centro de Valencia. Incluso de otra 'coincidencia' más: el subtítulo de La conservera de Ruzafa, "El mar en conserva", presente en buena parte de su comunicación, es exactamente el título del libro que Frinsa editó por su 25 aniversario como empresa, celebrado en 2014. 

Quién gana

A mar revuelto, la ganancia es para los consumidores. Si bien es cierto que las conservas también han ido acogiendo interés en los locales gastronómicos de gamas medias y altas, los tres locales, junto a algunos corners como el genuino puesto de Rafa Viguer en el Mercado Central, han aumentado la atención y el interés por este tipo de productos. La oferta de las conservas gourmet, casi de la nada, ha pasado a iniciar una carrera comercial a la que otro agente del sector hostelero en Valencia le augura "más aperturas de este tipo, incluso durante el próximo año". 

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