el escenario post-9m

La cultura frente al fin del estado de alarma

4/05/2021 - 

VALÈNCIA. Llega el fin del estado de alarma y, con él, un cambio en el listado de restricciones que marcarán el futuro inmediato de la cultura valenciana. Aunque, ojo, las limitaciones no han llegado a su fin. “No veo viable suprimir absolutamente el toque de queda porque creo que la limitación de la movilidad nocturna ha ayudado mucho y en mayo se puede avanzar en la desescalada progresiva”, expresaba ayer el President de la Generalitat, Ximo Puig. Será, en cualquier caso, en la próxima comisión interdepartamental que se celebra esta semana (y en base a "informes técnicos”, especifica) que se dé forma a la nueva realidad a partir del 9 de mayo. A pesar de todo, los cambios se antojan más como una evolución que como una ruptura, especialmente si se mantiene el toque de queda, un terreno que no son pocos los agentes culturales que ya han estado allanando. Y es que, tras el terremoto de 2020 marcado por las cancelaciones y los reajustes en el calendario, esta primavera ha visto como veían la luz algunos de los primeros eventos planteados por y para el contexto pandémico, unas experiencias que marcan el camino a aquellos que salpicarán la agenda en verano y otoño.  

Una cuestión clave para el futuro inmediato será concretar qué pasa con el toque de queda y, por tanto, con la eterna demanda de los sectores culturales: el salvoconducto. Esta medida, que lleva orbitando en la Comunitat desde el pasado mes de noviembre, aún no ha sido aterrizada por la Generalitat. Ni sí, ni no, ni siquiera tal vez. Este diario ha ido contando como la petición ha pasado por hasta cuatro consellerias (Cultura, Sanitat, Justicia y Presidència) sin una conclusión aún. La última respuesta fue que, cuando se supieran las condiciones post-9M, se empezaría a aterrizar esta iniciativa. Los diferentes sectores no han dejado de plantearlo en las últimas reuniones con Sanitat, pero no han recibido una respuesta oficial. Esta medida es importante para teatros o cines porque les permite adecuar sus horarios a las rutinas del público, que no acaban de adaptarse a los horarios tempranos de la cultura. Pero sobre todo, es esencial para los autocines y cines de verano, que están cerrados de facto porque la luz no deja margen para poder poner una película y permitir la vuelta a casa del público.

En todo caso, desde el sector cultural ya han ido dejando claro que una sola medida no resuelve el problema de su desescalada. Las aperturas de los aforos al 75% que se puso en marcha hace una semana ha tenido una repercusión relativa, y buscan una desescalada proporcional. Solo un recordatorio, desde que han abierto los bufets, ya no queda prácticamente ningún espacio donde se pudiera comer antes de las restricciones y aún no: los cines son uno de ellos.

Conciertos de gran formato

En el caso de la música, los planes de cara a las próximas semanas no cambian mucho. En el caso de los festivales, la gran mayoría han adaptado sus horarios y sus aforos a la normalidad de estos meses para no volver a dar pasos atrás en unas semanas. Los ciclos musicales, como València Alive o Luce Benicàssim, se programan a las 20:00 para cerrar al filo del toque de queda actual. Así lo harán -en principio- hasta el resto del verano. Al tratarse de conciertos de gran formato, con una importante afluencia de espectadores, los cambio logísticos son difícilmente asumibles, por lo que las promotoras han optado por ser conservadoras antes la falta de previsión. Como lleva contando Culturplaza, todos los esfuerzos de la industria musical están puestos en asegurar que las limitaciones de aforo no se hacen en números absolutos sino en en porcentaje sobre el total del espacio que el evento vaya a ocupar. Además, en caso de que la Generalitat quiera poner un tope de personas, las promotoras quieren empezar a hablar a partir de los 5.000 asistentes. 

En este sentido, el secretario autonómico de Turisme, Francesc Colomer, ayer mismo valoraba que los grandes festivales "volverán, sin duda" pero no cree que sea este verano. Será la autoridad sanitaria la que marque el aforo y las posibilidades, pero desde Turisme ha querido dejar claro que están "por la labor de ir ampliando” el límite actual de 1.000 personas, que hace -en palabras de fuentes del sector- “inviables” una parte importante de los conciertos de este verano, como los Conciertos de Viveros.

Por su parte, las salas de conciertos de València siguen abriendo a cuentagotas y la agenda en estos recintos es muy limitada. 16 Toneladas ha empezado a programar tanto en viernes, sábados y domingos. Loco Club también vuelve con su programación habitual y La Salà ofrece un híbrido de música en directo y terraza. Cabe recordar -además- que las condiciones de las salas de conciertos son muy particulares: no se puede consumir en la barra, ni levantarse ni bailar. Las bebidas se piden y se llevan a la silla o a la mesa donde esté sentado el público. Es decir, que funciona como el resto de interiores de la hostelería.

10 Sentidos y Cabanyal Íntim marcan el camino

El caso de las artes escénicas es uno de los más significativos. Fue el pasado mes de enero cuando tanto teatros públicos de València como salas privadas se reunieron para concretar una postura común frente a las restricciones. ¿La conclusión? Todos los espacios se mantendrían abiertos a no ser que la Generalitat decretara su cierre. Esta decisión no fue baladí, pues acabó con la incertidumbre para público y compañías, asegurando que la totalidad de salas subían el telón a pesar de la reducción de movilidad o de aforo. Con todo, este movimiento ha servido de colchón al sector en uno de los peores momentos para gestionar cultura, una apertura que vivió unos de sus momentos más críticos con el cierre perimetral después de Navidad, restricciones que limitaron el acceso en fin de semana de espectadores del área metropolitana, teatros locales que fueron la excepción de esa apertura generalizada. 

En el campo de los festivales de escénicas, y tras un exitoso Dansa València, llega el turno de dos citas planteadas desde fuera de la órbita pública y que tienen el reto de marcar el camino a aquellos que vienen después de ellos. Ambos, además, cumplen una década de vida. Por un lado, el festival de artes vivas 10 Sentidos, que aterrizan este mes de mayo con Fronteras, una edición que mantendrá su espíritu aunque con algunos cambios ‘pandémicos’. El más evidente, la renuncia a una programación internacional ante la imposibilidad de viajar, así como la apuesta por espacios de exhibición más convencionales. Cabe destacar en este último punto que Dansa València tuvo que reconstruir a última hora su propuesta ‘urbana’, pensada para la calle, y llevarla a espacios cerrados. “Como gestoras culturales, estamos acostumbradas a vivir con la incertidumbre, estamos muy acostumbradas a vivir en estado de alarma. Este sector tiene esa parte, nos obliga a ir adaptándonos a los cambios”, relataban sus impulsoras, Meritxell Barberá e Inma García, en una reciente entrevista con Culturplaza. También Cabanyal Íntim sopla diez velas este 2021 y lo hace con una nueva edición que tiene por lema El tiempo y con un reto similar, el de poner en marcha una programación en cuyo espíritu está salpicar la ciudad y llegar a espacios no convencionales.  

La batalla de los cines 


El caso del cine ha sido mucho más irregular que en el de las escénicas. No son pocas las salas que han bajado la persiana en los últimos meses, un cierre generalizado a principio de año que ha ido relajándose conforme lo hacían las restricciones. Sin embargo, la batalla contra los gigantes del audiovisual, que han tirado de plataformas de streaming para estrenar sus grandes títulos, ha supuesto un duro golpe para su actividad. “Gracias a vosotras; distribuidoras pequeñas, medianas, y grandes. Nada que agradecer a Disney y Paramount Pictures. Vuestro abandono a las salas podría titularse Historias lamentables”, expresaban desde los cines Lys, que siguen sin actividad, el pasado mes de enero. Otra de las batallas, en este caso legal, ha sido la imposibilidad de vender comida en los cines, siendo esta una importante fuente de ingresos para los mismos, una medida que calificaron de “innecesaria”. Sin embargo, no lo consideró así el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana, que rechazó en marzo permitir la venta de alimentos y equiparar las salas a la hostelería. 

"Si quieren mantener esta restricción, sin respaldo científico detrás de estas decisiones, que vengan acompañadas de ayudas económicas que permitan mantenernos a flote durante esos meses, como está pasando en otros países de Europa", demandaban ayer mismo desde los Cines Lys y Cines MN4 al gobierno autonómico, en un comunicado en el que pedía "un mínimo de respeto y atención". Y es que, a pesar del levantamiento del estado de alarma, la batalla sigue sin bajar el tono. "Con o sin el apoyo de la Consellería de Sanitat y del Gobierno Valenciano, los Cines MN4 están abiertos al público, y desde los Cines Lys estamos trabajando para nuestra reapertura, con la esperanza de que el levantamiento del Estado de Alarma, en caso de que se produzca, nos permita trabajar sin las actuales restricciones. Eso sí, cumpliendo con el Protocolo Sanitario COVD-19 aprobado por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España y que tan buenos resultados nos dio antes de la prohibición de consumo de comidas y bebidas del pasado 5 de noviembre en cines".