La Filharmònica de la UV y la flautista Amalia Tortajada ofrecen su concierto de apertura

VALÈNCIA. La Universitat de València celebra este martes, día 15 de octubre, su tradicional concierto de apertura de curso, que este año tendrá lugar en el Teatro Olympia de València, interpretado por la Orquestra Filharmònica de la Universitat, bajo la batuta de Beatriz Fernández Aucejo, y la flautista valenciana Amalia Tortajada, como solista. El repertorio (Debussy, Mozart y Schumann) servirá para viajar en el tiempo a través de los estilos musicales protagonistas de los últimos tres siglos.

Con este concierto, la Universitat de València abrirá el curso académico 2019-2020 y el acto, que empezará a las 19:30 horas, contará con la presencia de la rectora, Mavi Mestre. El acceso para el público se realizará con invitación (gratuita) que se podrá recoger en las taquillas del Teatro a partir de una hora antes del inicio.

El concierto, que aportará un especial protagonismo a los instrumentos de viento y el sinfonismo, se divide en dos partes. Una primera con la flauta travesera como instrumento central y una intervención sinfónica menor, y una segunda donde participará la plantilla completa de la Orquestra valenciana.

Así, abrirá el espectáculo el Preludio a la siesta de un fauno de C. Debussy, “una pieza sinfónica que cuenta con el protagonismo de la flauta travesera”. En esta primera parte, Fernández Aucejo dará un salto atrás y profundizará en el clasicismo del siglo XVIII, liderado por Mozart, con el Concierto para flauta y orquesta n.º 1 en sol mayor K313.  En esta pieza destacará la intervención de la valenciana Amalia Tortajada, flauta de la Orquesta Gulbenkian de Lisboa desde 2012 y exmiembro de la Orquestra Filharmònica de la Universitat.

En cuanto al romanticismo que la Orquestra ejecutará en el concierto, será en la segunda parte a través de la Sinfonía n.º 1 (‘Primavera’) en sí bemol mayor, opus 38 de Robert Schumann, la primera de las cuatro sinfonías que compuso el autor alemán en la primera mitad del XIX. Se trata de una pieza interpretada con un tono optimista y una estructura romántica clásica que pondrá de relieve la capacidad interpretativa del cien por cien de la plantilla orquestal.