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'vestir almodóvar'

La moda que aprendemos de Almodóvar

El estilo de las películas de Almodóvar va más allá de sus historias y personajes, la estética almodovariana hace únicas sus películas y se percibe viendo cualquiera de los fotogramas de sus cintas. El vestuario de sus protagonistas es una parte fundamental para trasladarnos a ese “mundo Almodóvar” tan particular como reconocible

12/04/2016 - 

VALENCIA. “Chicas Almodóvar” hay muchas, unas afortunadas reincidentes, alguna convertida en estrella de Hollywood, unas cuantas olvidadas -y cabreadas-, otras tantas retiradas y unas pocas, como la gran Chus Lampreave, desgraciadamente desaparecidas. Pero el ojito derecho de Pedro no es, ni ha sido ninguna de ellas, la verdadera “chica Almodóvar” presente en todas sus películas desde los inicios, no es otra que la moda.

No lo puede disimular, al director de cine le gusta la moda y la trata con la misma importancia que si se tratara de una de sus protagonistas. Es para él una vía más de comunicación con el espectador para completar a los personajes y resolver el rompecabezas de sus historias. Sus personajes, hablan a través del vestuario que llevan, tanto que algunas escenas son inolvidables solamente por la potente imagen de un vestido. Imposible olvidar a Victoria Abril en “Kika”, vestida por Jean Paul Gaultier con aquel traje negro en el que los pechos parecían asomarse en una explosión como si fuera un cruce entre mujer biónica y catwoman.

O a Elena Anaya con un mono como una segunda piel, también creado por el diseñador francés en la “Piel que habito”. Los chaneles de “Tacones Lejanos” y la movida excéntrica de Francis Montesinos en “Matador”, también quedan en la memoria almodovariana aunque el tiempo pase y la trama de sus películas se olvide. 

La moda de Almodóvar tiene, a pesar de que pasen los años, cambien los diseñadores y las modas, un hilo conductor que la hace totalmente reconocible e inmune a las tendencias. Se puede resumir en dos características: color y grafismo. 

En el universo Almodóvar se mezclan rojos, verdes, morados, amarillos...según la psicología de sus protagonistas. Las divas, las mujeres poderosas siempre de rojo, un rojo vivo, sin complejos casi escandaloso, un “rojo Almodóvar” que siempre aparece en todas sus películas tiñendo abrigos, vestidos y labios. Sus combinaciones rozan el pop art y desafían todas las reglas de lo que se debe o no combinar.  Lo mismo ocurre con los estampados, tan presentes cuando se trata de vestir a sus chicas de barrio que no dudan en ponerse rayas con flores y con cuadros, todo junto y combinado también con el papel pintado o las cortinas de ese salón donde se confesarán secretos de familia, pasiones y hasta asesinatos. 

Lo curioso es que esta mezcla incomprensible funciona en el mundo Almodóvar y cobra sentido cuando acompaña a sus personajes. Podríamos quitar el sonido de sus películas y, simplemente, disfrutar observando esas imágenes donde el caos estético se convierte en algo maravillosamente hipnótico y, que sin haber visto los créditos, sabríamos que es un film de Almodóvar. Es la magia del cine, es la magia de la moda. 

Los mejores figurinistas y las firmas de lujo

Algunos de los mejores figurinistas son los responsables del diseño de vestuario de las películas de Almodóvar. En sus primeras películas contó con José María Cossío que creó el vestuario de ‘La ley del deseo’, ‘Átame’, ‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’, ‘Kika’, ‘Tacones lejanos’, ‘Matador’, ‘Carne trémula’ y ‘Todo sobre mi madre”. Una época de estética kitsch, colores chillones, siluetas contundentes y maximalismo que contó con colaboraciones de algunas de las firmas de moda más importantes internacionalmente como el ya mencionado Jean Paul Gaultier, Chanel, Versace o Giorgio Armani. Sin renunciar nunca a diseñadores españoles de gran fama en aquellos años como Francis Montesinos, Alvarado o Sybilla.

En “Los Amantes pasajeros” los azafatos vestían un uniforme firmado por David Delfín y entre el pasaje se podía ver a Cecilia Roth con joyas de Bulgari, Miguel Ángel Silvestre vestido de Prada y a su lado un compañero de asiento con un impecable traje de Dior Homme entre otros diseños de Dolce&Gabbana y Gucci. De ese vestuario de altura se encargó Tatiana Hernández. 

Además de con Almodóvar ha trabajado con Woody Allen, Amenábar y Trueba. Es Sonia Grande, la  figurinista que ha diseñado el vestuario de su última película, “Julieta” y que anteriormente lo hizo en “Hable con ella” y “Los abrazos rotos”. Posiblemente sea ella la diseñadora de vestuario actualmente más reconocida de nuestro país y la más reclamada a nivel internacional. Su capacidad para dibujar perfectamente a los personajes combinando prendas de los diseñadores más actuales con piezas vintage encontradas en mercadillos de Paris y Londres, la avalan. 

Vistiendo a Julieta

“Julieta” es la recién estrenada película de Pedro Almodóvar, un viaje en el tiempo que nos traslada a los 80's, 90's y la actualidad. Y en este ir y venir de décadas la moda es fundamental para situarnos en cada época y definir a sus protagonistas y su evolución. Difícil no caer en los tópicos cuando se trata de dos momentos tan claramente identificables en cuanto a tendencias como los años 80 y 90, la encargada de encontrar el equilibrio y no caer en el disfraz previsible es, de nuevo, Sonia Grande.

La diseñadora de vestuario consigue combinar prendas vintage con otras actuales y con una cuidada escenografía cien por cien Almodóvar. 

Los diseños de Céline, Prada o Dior acompañan a Adriana Ugarte, Emma Suárez y Michelle Jenner a lo largo de la trama, creando estilismos contemporáneos y elegantes, más limpios y menos exagerados a lo que nos tiene acostumbrados. 

El director hace un guiño al mundo de la moda con los cameos del diseñador David Delfín, Elena Benarroch y la modelo Bimba Bosé. 

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