VALÈNCIA. 2020 y 2021 fueron el Año Carmelina Sánchez-Cutillas. Una de las pocas conmemoraciones dedicadas en la Comunitat Valenciana a una mujer (los hombres suman a Berlanga, Sorolla, Fuster y Nino Bravo, entre otros) y también una de las pocas declaradas por la Acadèmia Valenciana de la Llengua y no declarado oficialmente ni por Les Corts ni por la Generalitat. A pesar de todo, el programa de actividades que se configuró y la puesta en marcha de un aula didáctica fueron esenciales para volver a poner en la pomada la figura de la escritora valenciana, la más célebre de nuestra literatura en el siglo XX y la prueba fehaciente de la brecha de género de esta, tanto en la producción como en la atención académica y mediática.
Uno de los mayores hitos fue la edición y la publicación, en dos tomos, de las obras completas de Sánchez-Cutillas por parte de la Acadèmia Valenciana de la Llengua. Sobre todo partiendo de un contexto en el que incluso su obra más popular y representativa, Matèria de Bretanya, tenía poca distribución. Las obras completas reúnen, no solo su producción poética y literaria, sino también uno de los aspectos menos conocidos de la escritora de Altea: su faceta como historiadora.
Pero esas Obras completas, en realidad, no lo están. La Acadèmia Valenciana de la Llengua, por la naturaleza de sus funciones, se hace cargo exclusivamente de la difusión de la literatura en valenciano. Los autores y autoras a los que rescatan, como la propia Carmelina Sánchez-Cutillas, Joan Fuster, o el próximo año, la literatura exiliada, pueden haber sido bilingües; pero la AVL está creada para proteger el patrimonio de la literatura en valenciano, y por tanto de desentiende de esa faceta doble.
De esta manera, quedarían, al menos, tres obras inéditas de la escritora por editar. “A partir de la década de los 60, por empeño personal, decide escribir en valenciano, pero recibe encargos, sobre todo de revistas académicas o llibrets de fiestas locales, que le piden artículos que se publicarían en castellano y Carmelina no diría entonces que no”. Son palabras de Reme Gadea, co-responsable del aula didáctica dedicada a la autora en su Altea natal, uno de los puntos que más está revitalizando el interés por la escritora, que no está siquiera incluida en el currículum de literatura en la asignatura escolar de valenciano.
Algunos de esos artículos están recogidos en el archivo que la escritora depositó en la Biblioteca Valenciana y de la que surgió gran parte del material que sirvió para editar las obras completas. El archivo se recibió en abril de 2011 por parte de su familia, tras el fallecimiento de la escritora en febrero de 2009. Consta de “21 cajas de archivo, que contienen documentación para trabajos históricos, fichas, ponencias para congresos y primeras versiones de sus libros de poemas”, además de numerosas correspondencias.
Los dos poemarios inéditos serían, además sus dos primeros: Virazón y Terral, y Versos para un río muerto, que escribió antes de tomar la decisión consciente de producir literatura casi exclusivamente en valenciano. También la novela Sobre estas tierras, a la que achacan el nulo interés editorial en aquella época, pero de la que tampoco ha habido interés en publicar ahora ni estudiarla.
En palabras de Verónica Cantó, presidenta de la AVL, en un encuentro con la prensa en septiembre de 2022, “eso compete a otras instituciones”, algo que confirman otras fuentes consultadas: la Acadèmia no tiene la competencia ni la responsabilidad del rescate de la obra en castellano de Carmelina Sánchez—Cutillas. Celebrada en la literatura en valenciano, la escritora permanece inédita en la literatura en castellano.
Más paradójica aún es la situación de sus traducciones. Y es que, si bien hay, al menos, una traducción al inglés de la recopilación de poemas Un món rebel a cargo de Carl Keul e Ignacio M. Muñoz para la Universidad de Kentucky en 1969; en el caso del castellano no ha habido ni siquiera una traducción de Matèria de Bretanya. Otra vez, las fuentes consultadas apuntan a que las instituciones valencianas no las han promovido en ningún momento.
El camino lo dejaba claro Alba Martínez, que está haciendo una investigación sobre las posibilidades traductológicas de Matèria de Bretanya en inglés, en un artículo publicado por Culturplaza en enero de 2022: “tenemos que aspirar a que se traduzca su obra, como pasa con Mercé Rodoreda; internacionalizar su obra, integrarla más en el currículum… En definitiva, crear nuevos lectores y lectoras”.