VALENCIA. La sala permanente del Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (MuVIM) ha dado más de un dolor de cabeza a su director, Rafael Company, desde su reapertura y posterior clausura. Cerrada al público desde hace meses, fue el pasado viernes 4 de noviembre cuando finalizó el plazo que desde la Diputación de València se dio a la empresa adjudicataria para que solucionaran las "deficiencias" en la sala permanente del museo tras unos primeros trabajos por valor de más de 300.000 euros, cantidad que todavía no ha sido abonada a la espera de determinar que efectivamente todas las instalaciones funcionan como es debido.
Tal y como anunció el Company durante la inauguración de la exposición Messa. Palpitacions i Art Gandul, que tuvo lugar la pasada semana, es este lunes cuando actuarían “en consecuencia” en función de lo que hubieran encontrado tras finalizar el plazo para solucionar los problemas, principalmente de carácter tecnológico, en la sala. Fue ayer cuando, con un escueto comunicado, desde el contenedor cultural se arrojó algo más de luz a la cuestión aunque, eso sí, todavía no se trata de un punto y final. “Las obras de la exposición permanente del MuVIM, “L’aventura del pensament”, ya han acabado. Finalizado el periodo de subsanación de deficiencias concedido, la empresa adjudicataria del concurso confirma que la exposición puede ser abierta al público de nuevo”, indicaban desde el museo.
“Ahora, durante unas semanas, los técnicos de la Diputación comprobarán que la muestra cumple con todos los requisitos comprometidos”, continúa el comunicado de la dirección del museo que, apunta, dará más detalles sobre la reapertura de la exposición en unos días. “En efecto, y de conformidad con lo establecido en el acta del 19 de octubre, diversas instancias técnicas de la Diputación y del MuVIM están procediendo a la inspección pormenorizada de los nuevo equipamientos así como a la prueba final de la instalación entregada y, todo esto, para proceder, en todo caso, a la recepción definitiva. En caso de que esta se realice y, como todo hace suponer, L’aventura del pensament volverá a ser visitable en el transcurso de muy pocas semanas”.
De esta forma, parece que cada vez está más cerca la reactivación de la sala permanente del museo, una clausura que ha obligado al museo a renunciar al generoso goteo de visitantes que recalan en el MuVIM en forma de forma de grupos, muchos de ellos escolares o del ámbito asociativo, con lo que una vez se reabra la sala se contactará con aquellos grupos cuya visita programada fue cancelada para darles prioridad en los nuevos turnos. Así, recuerdan desde el museo, después de la reforma llevada a cabo la duración de la vista ha cambiado, pasando de 55 minutos a 1 hora y diez minutos, con lo que los turnos que antes se realizaban cada media hora han pasado a ser cada 40 minutos.
"Si es que no está en condiciones, la Diputación de Valencia tiene una estructura administrativa espléndida y nos aconsejarán lo que tenemos que hacer en defensa de los intereses del contribuyente", anunció hace unos días Rafael Company, algo que, por el momento, queda en stand-by. La reapertura de la sala permanente fue algo más que una puesta a punto, todo un evento para iniciar la nueva etapa del museo valenciano, un espacio que había quedado inactivo desde 2014 a causa de la avería de parte de la instalación, "cierre innecesario", indicó hace casi un año el diputado provincial de Cultura, Xavier Rius. La sala, desde su apertura en julio de 2001 hasta el verano de 2014, ha sido visitada por cerca de 400.000 visitantes, siendo uno de los grandes éxitos del museo, pues le proporciona un flujo constante de visitantes. Tras una reapertura a toda pompa, acabó siendo cerrada de nuevo para subsanar unas deficiencias que continuaron y aplazaron su nueva puesta en marcha hasta hoy.
La exposición L’aventura del pensament muestra por medio de quince salas el recorrido histórico de las ideas que van desde el teocentrismo de la Edad Media, pasando por el ideal de la razón de la Ilustración, hasta concluir en el desarrollo de la ciencia actual, llevando al espectador a la aventura intelectual y cultural de los monasterios medievales, como sedes de la sabiduría de aquel período histórico; mostrando uno de los hitos más notables como la invención de la imprenta, así como los hallazgos más notables de la ciencia. De esta forma, el visitante se sumerge en escenarios que recrean los hitos culturales de cada época: desde la Edad Media, pasando por la Revolución Científica de la Edad Moderna, la Ilustración, el racionalismo del XVIII y la Ciencia en la Edad Contemporánea, hasta llegar a los actuales debates sobre la posmodernidad.