VALÈNCIA. A los adultos suele parecerles que los niños disfrutan de una vida sin grandes complicaciones. Pero los personajes de Y fuimos héroes recuerdan a los espectadores que las vicisitudes que se viven en la infancia son bastante similares a las que se encuentran en la vida adulta. Y que la niñez es el momento perfecto para encontrar y aprender las herramientas con las que afrontarlas.
El 5 y 6 de octubre se estrena en la Comunitat Valenciana este espectáculo que nace de la colaboración entre La Nave del Duende y Karlik Danza Teatro (Extremadura). Un proyecto en el que han investigado las conexiones que se establecen entre la infancia y la edad adulta. “Nos encantaría que vinieran a ver la obra niños y niñas con sus mayores. Y sería genial que los pequeños pudieran tomar conciencia de que un día sus mayores tuvieron una infancia, que pasaron por cosas que ellos ven o viven en primera persona todos los días”, explica la directora de la pieza, Cristina D. Silveira.
Este espectáculo es la segunda colaboración que la compañía extremeña hace con la autora mejicana Maribel Carrasco, que en 2023 recibió el Premio Nacional de Dramaturgia Juan Ruiz Alarcón. Un reconocimiento gracias a la sensibilidad, la poesía y la profundidad con la que la escritora habla de problemáticas que pueden vivirse a edades tempranas, aportando luz a situaciones que podrían ser sombrías, sugiriendo caminos de aprendizaje y despertando la empatía.
Sobre el escenario en Y fuimos héroes, dos personas entradas en edad recuerdan la amistad que cultivaron siendo niños, superando las reticencias iniciales. Spider es retraído a causa de una pequeña dificultad en el habla y su gran envergadura lo hace fuerte, aunque más visible de lo que quisiera. Su llegada anima los lunes de Joe-Joe, que odia volver ese día a la escuela, tras el fin de semana. Él es de pequeña estatura, pero gran potencia física y está dispuesto a usarla para hacer frente a las burlas de los compañeros, al temor de ser llamado para salir a la pizarra, a la vigilancia de los profesores. “Si los miras bien, son problemas que podríamos trasladar casi a cualquier puesto de trabajo, a una relación afectiva, familiar o social”, explica Silveira, argumentando que la obra tiene mensajes para todos los públicos.
De los recuerdos de estos dos amigos adultos, que un día lo fueron siendo niños, se van evocando canciones, proyecciones audiovisuales, situaciones vividas en el patio del colegio, en las aulas o en sus casas. Episodios que han construido un vínculo y que les han formado como personas. Un repaso a la aventura que supone cualquier vida y al héroe en que se convierte una persona solo por atreverse a vivir, a enfrentarse a los problemas, a disfrutar de las alegrías, a encontrar en los demás un punto de apoyo, un espejo en el que mirarse para reconocerse y crecer.
Karlik Teatro Danza coproduce esta propuesta y vuelve al teatro de Ruzafa donde en 2021 obtuvo el Premio del Público al Mejor Espectáculo de Danza por María Zambrano, la palabra danzante. “En esta propuesta familiar nos centramos más en la interpretación actoral pura y dura, hay una parte física que siempre nos gusta trabajar, pero no son coreografías. Lo que hacemos es construir tanto con la palabra como con la expresión corporal de los intérpretes dos personajes de los que el público tiene que ir adivinando algunas cosas que esconden. Son dos adultos y dos niños a la vez, con los que estamos seguros de que gran parte del patio de butacas va a emocionarse y a identificarse”, concluye la directora de esta pieza especialmente recomendada para espectadores a partir de 8 años.
Esta es la primera propuesta de una programación para público familiar y escolar que hasta finales de noviembre incluirá La Faula de Sargantana (Balears) el 19 y 20 de octubre. También la pieza de teatro danza Tá por la que Escena Miriñaque (Cantabria) ha recibido este año el Premio Nacional de Teatro para la Juventud y la Infancia, que podrá verse el 2 y 3 de noviembre. La versión escénica del cuento ¿A qué sabe la luna? de CamelCat (Madrid) volverá a Sala Russafa el 16 y 17 de noviembre. Completan la programación los veteranos La Gotera de Lazotea (Andalucía) con su propuesta de títeres y música en vivo La gallina Churra, el 30 de noviembre.
Ana Karenina, Madame Bovary y La Regenta también fueron heroínas, pero de historias trágicas, con desenlaces desgarradores a causa de su género. Pues en Damas Malditas son ellas, los famosos personajes creados por Tolstoi, Flaubert y Clarín (respectivamente), quienes toman la palabra para clamar que, de haber sido varones, sus vidas literarias hubieran sido bien distintas.
Temas como el deseo, la aceptación social, el honor, el amor y hasta la violencia vicaria van sucediéndose en la trama creada por Chema Cardeña en este singular encuentro entre tres de las mujeres de ficción que mayor influencia han tenido sobre generaciones de lectoras (y lectores). “Sus autores las crearon en contra de las convicciones de la época, teniendo que pagar incluso con la censura o rindiendo cuentas ante la justicia porque era un escándalo que estas mujeres vivieran sus pasiones, que expresaran sus deseos, que aborrecieran los matrimonios concertados”, explica el autor y director de la pieza, Chema Cardeña, profundizando en lo valientes que fueron los escritores que las escribieron sin tener más remedio que reflejar la situación real de las féminas de la época, el castigo social que recibieron por abrazar su libertad.
Ahora el director artístico de Arden Producciones, compañía fundadora y gestora de Sala Russafa, no ha podido resistir la necesidad que desde hacía años le apremiaba. “Tenía que escucharlas contar su versión de la historia, cómo ellas, desde la madurez, analizarían los amores que vivieron, la repudia social, las razones por las que decidieron seguir adelante”, comenta el dramaturgo de la pieza, que ha intercalado algunos pasajes de las obras originales en la composición de todo un nuevo espectáculo, una obra salpicada de ironía y de momentos de humor, que repasa muchos de los retos aún no resueltos del feminismo, en pleno siglo XXI.
Estrenada en valenciano en abril de 2024, la versión en castellano de esta obra se presentó en el Festival de Teatro Clásico de Peñíscola y se estrena ahora en València, volviendo al centro de producción, formación y exhibición de artes escénicas donde nació, Sala Russafa, antes de empezar su gira nacional y autonómica. Próximas paradas serán La Mostra de Teatre d’Alcoi en octubre o Sevilla en noviembre.
Las últimas cuatro funciones de este espectáculo completan el arranque del festival itinerante Rayuela’24, una iniciativa de la asociación EnCompañías que reúne a muchas de las formaciones de teatro con mayor trayectoria de la escena nacional. En su cuarta edición por primera vez recala en la capital valenciana, escogiendo como lugar de exhibición la Sala Russafa de Valencia y a Arden Producciones como anfitriona de una programación por la que pasarán otros cuatro espectáculos hasta el 30 de noviembre, todos ellos estrenos en la Comunitat.
Del 10 al 20 de octubre es el turno de Hijas de la misericordia/Filles de la misericòrdia, una coproducción de Iguana Teatre y Teatre Principal de Palma (Baleares) junto a Albena Produccions (CV) y Teatro del Temple (Aragón). Del 31 de octubre al 3 de noviembre, será el turno de Don Juan en los infiernos, versión escénica de la película de Gonzalo Suárez por Teatro Che y Moche (Aragón). Toma el relevo en la programación Vaivén Producciones (País Vasco) con El patio de las moreras del 8 al 10 de noviembre. Y cierra el festival todo un referente: Atalaya (Andalucía) presenta un personal montaje de Esperando a Godot, del 21 al 24 de noviembre.
