El estudio valenciano activa su primer proyecto propio de película tras acumular en su curriculum grandes producciones para los popes de la animación de Hollywood a Corea del Sur
VALÈNCIA. El estudio valenciano La Tribu Animation cumple con sus plazos y, antes de cumplir su primer año, se lanza con su primer largometraje de producción propia. La empresa valenciana de animación fundada por Jaime Maestro y Nadia Ruiz en 2017 ha informado a través de un comunicado que D-20 será el título de su primera película de ambición internacional, aunque Maestro (Goya al Mejor Corto de Animación en 2013) y buena parte de su equipo ya han participado en aventuras de presupuestos similares. Entre otras, Animal Crackers, la cinta de Tony Bancroft y Scott Sava (creadores de Mulan, entre otros) que se estrenará en todo el mundo en los próximos meses.
Ese es el posicionamiento internacional y esa es la ambición con la que parten para D-20, con una previsión de 200 puestos de trabajo para los próximos tres años. En palabras de su creador, será una comedia familiar "fantástica y con toques ochenteros, a medio camino entre La Historia Interminable y Los Goonies”. El director creativo de La Tribu Animation advierte que la película aprovechará su gran producción para reflejar “cómo la manera en la que se educa a un hijo afecta a la construcción de su personalidad y la responsabilidad que ello cobinlleva”. Un proceso que tanto él como Ruiz están viviendo y que ha inspirado el film.
La Tribu Animation ya nació con varios proyectos internacionales de animación bajo el brazo. Tras las distintas experiencias de Maestro como director creativo y de equipos, decidió iniciar esta empresa inspirada en la 'Economía del Bien Común' "y construida por y para artistas". En estos primeros meses ha trabajado para películas como Red Shoes & The Seven Dwarfs al servicio del coreano Jin Kim, figura fundamental en la historia de Disney (creador de los personajes de Frozen o Big Hero 6). Maestro ya cuenta con 20 años de experiencia en el sector y ha sido premiado en dos ocasiones en los Goya (2003 y 2013), compartido nominaciones a los Óscar o premiado en festivales de prestigio para la animación como Annecy (2012).
Ruiz y Maestro ya informaron a este diario en su primera entrevista de algo que reiteran en este último comunicado: "las producciones propias van a ser la piedra angular del estudio”. Ruiz añade que gracias a a esos proyectos podrán "desarrollar un proyecto sostenible con el que consolidar una comunidad de artistas que trabaje en las mejores condiciones”.
De momento, en las primeras fases de desarrollo ya hay una quincena de trabajadores sobre D-20. La cifra estimada durante los próximos tres años se elevará hasta las 200 personas implicadas, "entre guionistas, diseñadores, animadores y otros profesionales del sector de la animación y el audiovisual". No obstante, el estudio descarta concretar una cifra estimada de presupuesto por el momento. Millonario, en cualquier caso, dada la ambición de estreno global.
No será la primera ocasión en la que ambos gestionen grandes equipos en el sector. En el último caso, Ruiz y Maestro han estado al frente de la selección y dirección de algo más de 100 profesionales en dos años para la producción de la ya citada Animal Crackers. Esta vez no contarán con uno de los grandes apellidos de la industria de la animación para levantar el proyecto, pero sus contactos en el sector internacional y el curriculum de producciones y reconocimientos de Maestro debería servir para alcanzar su primer proyecto propio de largometraje de animación.