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DESDE EL TIFF DE TORONTO

Las amargas lágrimas de Lady Gaga

El Festival de Toronto estrena el documental de Netflix que retrata a la cantante en la superación de su momento más vulnerable

10/09/2017 - 

TORONTO. Lo primero que aparece en pantalla al inicio del documental Gaga: Five Foot Two son unas botas de tacón recubiertas de cristales de Swarosvki izándose hacia el cielo. La secuencia pertenece al fastuoso concierto que Lady Gaga ofreció en el intermedio de la última SuperBowl, donde quedó suspendida a varios metros del campo de juego. Y es, en realidad, el culmen de la película, la meta de una travesía personal y profesional. 

Mother Monster tocó fondo hace cuatro años. Y el director Chris Moukarbel la ha acompañado en la catarsis que la ha devuelto a los escenarios con un nuevo álbum, Joanne, y su participación en el medio tiempo de la final de la Liga de Fútbol Americano.

La cantante se quebró física y emocionalmente en 2013. Su tercer disco, Artpop, se dio un batacazo comercial, y una lesión de cadera aparcó su gira Born This Way. La asaltó la paranoia, el miedo, la inseguridad… Para rematar, en 2016 rompió con su prometido, así que a su frágil estado anímico sumó un avasallador sentimiento de soledad. 

“Me paso el día rodeada de gente que me habla y me toca para luego quedarme a solas, en un silencio total”, contrasta en el film.

El documental de Netflix, cuyo estreno está previsto el próximo 22 de septiembre, muestra a la autora de Bad Romance en toda su vulnerabilidad. 

Oda a la imperfección

Lady Gaga es un mar de lágrimas. Llora cuando recuerda a su tía fallecida de lupus a los 19 años. Llora cuando una fan le confiesa su admiración. Llora cuando el dolor atenaza todo su cuerpo. Y volvió a hacerlo en la presentación de la película este viernes en el Festival de Toronto

“No quería que el resultado pareciera una gran publicidad sobre lo perfecta que soy y lo perfecta que es mi carrera, porque no es verdad. Ese resultado no estaría en línea con todo lo que soy como artista. Creo que lo importante es ser auténtico”, declaró en el TIFF.

La propuesta alterna los picos y valles emocionales de la cantante. El júbilo de la grabación de su nuevo disco con el productor Mark Ronson, el enojo durante la filmación de la sexta temporada de American Horror Story, el desasosiego tras una llamada de una de sus mejores amigas, Sonja Durham, enferma de cáncer, y a la que se ha dedicado el documental in memoriam…

 "Es difícil dejar que alguien entre en tu vida. El proceso sucedió lenta y orgánicamente, y hubo puntos en los que Gaga pudo haber interrumpido la grabación, pero permitió que sucediera”, ha alabado Moukarbel, autor del documental de 2014 Banksy Does New York

Gaga se queda en distendido top less durante una conversación con su asesora artística sobre el cambio de imagen para el nuevo álbum. Gaga va hecha un cuadro por casa. Gaga recibe una inyección en el trasero. Gaga moquea, balbucea, estampa su coche, abraza a su abuela. Todo es natural, crudo. Auténtico.

Stefani se va de bautizo

La película muestra, en suma, el contraste entre Stefani Germanotta y su alter ego, Lady Gaga. Hay hueco para las sesiones de peluquería, maquillaje y vestuario, para la grabación de su vídeo Perfect Illusion en el desierto, para encuentros con Donatella Versace y Florence Welch, pero también para el trasteo con los perros, la consulta médica y las visitas familiares, como una secuencia digna de ser filmada por Francis Ford Coppola en la que la ganadora de seis Grammy y un Globo de Oro acude a un bautizo acompañada de sus parientes italoamericanos. 

Lo cotidiano se liga con lo extraordinario y lo entrañable con lo descarnado. Uno de los momentos más duros es una crisis en la que los espasmos ahogan a Lady Gaga en un llanto amargo y desconsolado. 

"No tengo el porqué esconder mis debilidades, son parte de mí –ha razonado durante la rueda de prensa- Espero que al ver este documental, la gente que lucha contra el dolor crónico sepa que no está sola”.

Por un beso de Madonna

No evade la polémica con Madonna, de la que lamenta que hablará mal de ella en los medios. “La admiro, independientemente de lo que piense de mí, pero soy italiana y de Nueva York, así que si tengo un problema con alguien, se lo digo a la cara. Lo que ha hecho es como si un chaval me pasara una nota a través de un amigo. Prefiero que me estampe contra la pared, que me bese y que me diga que soy un pedazo de mierda”, desarrolla en la película. 

Hay reflexiones sobre el proceso creativo: “Cada vez que compones una canción es una operación a corazón abierto”. Y también sobre el trato que recibe la mujer en la industria y cómo, cuanto más sexy y pop se la ha prejuzgado, más a la contra ha ido. 

Precisamente, fruto de este momento de caída libre, la artista ha aplicado un cambio a su apariencia, habitualmente fulgurante, sofisticadamente estrafalaria y controvertida, al uso de camisetas recortadas y shorts.

Ahora, tras el cénit que ha supuesto en su carrera la actuación en la SuperBowl, anuncia que va a tomarse un descanso. “Voy a bajar el ritmo, porque considero necesario reflexionar y sanarme”, ha anunciado, aunque reconoce que seguirá creando.

De hecho, a sus little monsters les aguarda su debut en el cine con el remake de Ha nacido una estrella (William A. Wellman, 1937), la ópera prima del actor Bradley Cooper

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