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'teorema'

Las preguntas sin respuesta de Pasolini agitan el 'palazzo' de la galería Espai Tactel 

22/11/2016 - 

VALENCIA. "Destruiste la idea que tenía de mí mismo, no encuentro a nadie ahora que pueda recomponer mi identidad". Con esta frase, Paolo, el padre de una familia de clase alta italiana, se despide del misterioso visitante que ha revolucionado el seno de su hogar y de todos aquellos que lo ocupan, un extraño joven que les ha llevado a cuestionar lo que hasta el momento parecía imperturbable. “Ahora me abandonas y me empujas a ir más allá”. Tampoco Odetta, la hija de la familia, pudo soportar la marcha del visitante, dejándola con menos certezas y desolada por la falta. En Teorema (1968) de Pier Paolo Pasolini no hay respuestas, sino preguntas, un texto que pone en escena las relaciones de poder y deseo, seducción y atracción. Si según la RAE un teorema es una proposición demostrable lógicamente, partiendo de axiomas o de otros teoremas ya demostrados, mediante reglas de inferencia adaptadas, ahora es la galería de arte contemporáneo Espai Tactel (C/Denia, 25) la que retoma la obra de Pasolini aunque, en esta ocasión, es el público el que hace el papel del misterioso visitante.

La exposición juega así a adaptar el fondo, comisariado por Jesús Alcaide, a través de las formas de los artistas Javier Pividal (Cartagena, 1971), Sergio Porlán (Lorca, 1983) , Miguel Rael (Lorca, 1974) y Michael Roy (La Rochelle, Francia, 1973), creando un discurso basado en la propia relación entre un comisario (el visitante), un espacio (el hogar) y los propios habitantes de la misma (artistas y galeristas). “Una obra siempre está abierta, entra en una vía y sale por veinticinco”, explica Alcaide. El texto de Pasolini del que parte la muestra pone el foco de atención sobre la decadencia de una pequeña familia burguesa tras la irrupción de un desconocido que desmantela los cimientos de lo que parecía un dulce hogar y se desvela como un volcán de fuerzas subterráneas, una trama en la que entra en juego el sexo, la religión, la libertad y la poesía.

El autor hace a través de la trilogía formada por Pocilga, Saló o Los 120 días de Sodoma y Teorema un retrato de una sociedad, la capitalista, que el artista presenta de una manera descarnada. De esta forma, la exposición quiere actuar casi como una fotografía, un instante congelado en el que no da respuestas sino que refleja cómo ven el mundo los cuatro artistas que la forman y que, a modo de espejo, usan la figura de Pasolini para discurrir en torno a los problemas más actuales. Teorema se entiende así como una parábola, un texto moral, un ensayo sobre la irrupción y caída de lo sagrado, sobre la relación con el otro, el misterio, lo inesperado, la pasión y el deseo, en el marco del orden patriarcal en un contexto clave para la historia del siglo XX como fue el año 1968.

"Al perderte tomo consciencia de mi diversidad", expresa Pietro, el joven hijo, al despedirse del visitante, interpretado por Terence Stamp. Ninguno de los acomodados personajes vuelve a ser el mismo tras la irrupción del deseado visitante, que aprieta las tuercas de los habitantes del 'palazzo' como quiere hacerlo la exposición comisariada por Alcaide. Así, los artistas Javier Pividal y Sergio Porlán, de la galería Art Nueve de Murcia; y Miguel Rael y Michael Roy, de Espai Tactel, irrumpen en un espacio en el que la obra de Pasolini aparece como espejo de una situación como la actual, de desmantelamiento de antiguos órdenes, desaparición de las ideologías, transformación de las construcciones sociales, aparición de nuevos modos familiares, revelación de otras formas de deseo y mutación de las estructuras que configuraban los ordenes de lo político, lo social, lo económico y lo sexual a lo largo del ya extinto siglo XX.

"El arte es un espacio de contracción, de incertidumbre". Teorema es pues un proyecto curatorial que invita a pensar la situación de cambio que se vive en la actualidad a partir de las interferencias y diálogos que se producen entre las obras de los artistas presentes en la exposición, el propio espacio de la misma y el contexto de trabajo curatorial propuesto por Jesús Alcaide. "A veces parece que los artistas solo son políticos si llevan una pancarta", afirma Alcaide, que, avisa, no quiere respuestas a sus preguntas. Así las cosas, la muestra, que se podrá ver hasta el 30 de diciembre en la galería valenciana, reivindica la vigencia de Pasolini y una política entendida de manera "amplia y holística". Bienvenido sea el visitante.

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