benifairó, la font y quatretonda tienen alcaldes surgidos de la falta de acuerdo PSPV-Compromís

Las primeras grietas del Botànic III, el que se queda en la escala local

12/07/2023 - 

VALÈNCIA. Marc Vercher, Justo Oltra y Elio Cabanes. Tienen en común el hecho de haber encabezado la candidatura de sus respectivos partidos (PSPV en el caso del primero y PP en los del segundo y tercero) y de ganar la alcaldía de sus municipios debido a que no ha fructificado el intento de secuela de Botànic III. 

Pese al acuerdo suscrito al respecto antes de los pasados comicios por las direcciones autonómicas de Compromís, PSPV, Unides Podem y EU de sumar para respaldar a la candidatura más votada de los cuatro en cada municipio, en Quatretonda y La Font de la Figuera, localidades ubicadas en la comarca de la Vall d´Albaida, no ha fraguado el pacto y gobierna en minoría el PP, aunque en el último caso ha podido gestar un incipiente equipo de concentración con el PSPV.

En Benifairó de la Valldigna, en la Safor, no solamente se ha producido una negativa a llegar a acuerdo, sino que el socialista Vercher ha levantado la vara de mando gracias a los votos del PP. Compromís, la formación más respaldada aunque, en la práctica, con los mismos concejales que el PSPV (tres, por dos populares del total de nueve que configuran el pleno), ha pedido la expulsión de los dirigentes locales socialistas a la dirección comarcal de su indómito socio.

No obstante, desde el Partido Socialista optan por desoír la petición y no pronunciarse públicamente sobre el asunto. En privado critican el comportamiento de Compromís durante los dos mandatos pasados y atribuyen a esa circunstancia que "nadie quiere pactar con ellos". 

Si en Sueca pasó...

Si entre 2019 y 2023 el alcalde socialista de Sueca, Dimas Vázquez, consiguió salir airoso de un expediente abierto por pactar con PP y Ciudadanos para desalojar de la alcaldía a Compromís, en este caso, ya sin Consell del Botànic, la posibilidad de que las exigencias enervadas de Compromís se diluyan en el tiempo parece mucho mayor.

En La Font de la Figuera y Quatretonda la explicación resulta más sencilla. PSPV y Compromís no lograron ponerse de acuerdo antes de la investidura, con pocos encuentros y escasas propuestas más allá de reclamar el voto a sus candidatos, y el PP, que había ganado con una minoría que parecía condenada a pasar a la oposición, logró la vara de mando. 

Con una precariedad idéntica de cuatro ediles sobre 11, Elia Cabanes y Justo Oltra gobiernan sus municipios. Mientras que La Font sí que el PP ha repartido incluso tenencias de alcaldías al PSPV, en Quatretonda en principio resultará tan difícil que puedan aglutinar en su ejecutivo a alguna de las dos fuerzas del Botànic que les acompañan en el consistorio como sencillo que, con el tiempo, se reconcilien y les presenten una moción de censura. Aunque antes habrán de restañar heridas.

Marines y Manises

En cualquier caso, sus municipios ejemplifican las grietas del Botànic III en la única escala que puede aplicarse ya, la local. A esa situación de ruptura por desavenencias municipales irreconciliables estuvieron muy cerca de quedar abocados otros municipios. Lola Celda se ha librado por unas horas de ver ensombrecido su currículum político y su flamante escaño de diputada provincial que ostentará este mandato perdiendo la alcaldía de Marines. 

No ganó las elecciones. Lo hizo el PP, aunque en minoría y empatando a cuatro ediles con el PSPV. Decantaba el único concejal de Compromís, que se resistía a pactar con una alcaldesa cuya forma de gobernar ya conoce. A última hora accedió, aunque logró sacar a cambio que un año antes de los próximos comicios Celda renuncie a la alcaldía. 

Ese mando municipal del último tramo también lo obtendrá la coalición compromisaria en Manises. El Partido Socialista ha estado haciendo de báculo de Jesús Borrás durante los dos pasados mandatos porque consiguió más concejales. 

No obstante, el pasado 28 de mayo las tornas variaron. El PSPV superó a Compromís; y el PP,  a ambos. O pactaban los socios del Botànic III o la alcaldía recaería en la popular Susana Herráiz. Cerraron el acuerdo horas antes. Javier Mansilla, el aspirante socialista, reclamaba un aparentemente lógico quid pro quo. Se tuvo que conformar con tres cuartos.

Casi en Tavernes

En Tavernes de la Valldigna sucedió más de lo mismo. En esta población incluso hubo una negociación Compromís-PP. Los tres concejales compromisarios no veían mal la opción de conformar gobierno con la candidata más votada, Eva Palomares, que se quedó a un acta de obtener mayoría absoluta. 

En la víspera del pleno de investidura,  y después de una intensa campaña electoral plagada de reproches con la lista socialista, la asamblea de la coalición nacionalista, acató la consigna del Botànic, al contrario de lo que ha hecho el PSPV en la cercana población de Benifairó de la Valldigna.

Catarroja, Moncada, Paiporta... constituyen municipios donde los acuerdos entre ambas formaciones se sellaron ya después de la investidura y tras unas semanas de distanciamiento. En estos casos no necesitaban forzar como en Manises o Tavernes porque las candidaturas socialistas de Lorena Silvent, Amparo Orts y Maribel Albalat -respectivamente- habían ganado las elecciones y, aunque en minoría, alcanzarían la alcaldía.

Se trata de grietas, o de fisuras, en un Botànic III que aunque ya no puede establecerse a escala autonómica ni en capitales de provincia, se estira con una reedición local. En la mayoría de los casos, fiel a su espíritu y con continuación de los pactos, como en Gandia o Xátiva. No obstante, existen excepciones que rompen la regla y que ya no tienen un ´hermano mayor' al que imitar o, simplemente, respetar.



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