VALÈNCIA. El jardín de las esculturas del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), bautizado como Pati Obert en la presentación de la programación para 2017 del museo, se materializará este ejercicio tras años de demora y problema burocráticos derivados de las expropiaciones pendientes de aclarar. Hoy se ha aprobado en Junta de Gobierno Local el convenio de colaboración entre el Ayuntamiento de València, la Conselleria de Educación, Investigación, Cultura y Deporte y el IVAM para el acondicionamiento del espacio, que prevé tener listas las autorizaciones, licencias y tramitación del expediente de obra el próximo mes de julio para en septiembre dar comienzo a los trabajos de adecuación del espacio, tal y como indicó el secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, hace dos semanas durante una entrevista concedida a Cultur Plaza.
Con el proyecto redactado desde hace meses por parte del Ayuntamiento de València, se desbloquea así un proyecto que lleva años pendiente a través de un convenio firmado hoy por el alcalde de València, Joan Ribó; el conseller de Cultura, Vicent Marzà, y el director de la pinacoteca, José Miguel García Cortés. Con los primeros pasos dados en 2006, una vez se descartó el costoso proyecto de ampliación del IVAM a cargo del equipo de arquitectos japoneses SANAA se inició el camino a un jardín que servirá de espacio expositivo, de punto de conexión con el barrio del Carmen y de centro de la actividad sociocultural, algo para lo que ya ha hecho sus pinitos acogiendo un desfile organizado en el marco del festival de arte urbano Intramurs o el evento Desayuno con Viandantes, un acto de apertura simbólica del solar que contó con la asistencia de más de 600 personas. Más allá de Trappist-1, hay vida en el jardín del museo.
El proyecto, en la imagen superior, mantendrá la antigua chimenea en la calle que se abre como elemento patrimonial y propone un recorrido de esculturas (señaladas en blanco) con amplias zonas verdes. Pero, y esto, ¿quién lo paga? Tal y como se ha acordado, la Conselleria aportará hasta medio millón de euros, mientras que el Ayuntamiento aportará las cantidades que se deriven de las expropiaciones. Por su parte, el IVAM pagará 20.000 euros anuales para hacer frente a los gastos de traslado, dirección de la colocación, mantenimiento, conversación y retirada de las esculturas; 5.000 euros por los sistemas de alarma y videovigilancia; y hasta 17.000 euros al año por el servicio de vigilancia del jardín. Con el fin de dirigir e impulsar el desarrollo de este convenio, así como para gestionar el proyecto, se creará una órgano mixto de seguimiento y control formado por el secretario autonómico de Cultura, la regidora de Cultura en el consistorio y el director del IVAM, que podrán delegar esta función en otro funcionario. Esta comisión se reunirá un mínimo de dos veces al año y tendrá como misión supervisar la ejecución del convenio, el calendario de actuaciones e informar de las indecencias o modificaciones del mismo.
Una larga espera
Aunque en enero de 2016 se anunció su puesta en marcha en primavera de ese año, un compromiso que se repitió en enero de 2017, el secretario autonómico de Cultura, Albert Girona, confesó que el dificultoso proceso para solucionar la cuestión de las expropiaciones había puesto en pausa un proyecto que lleva meses redactado por parte del Ayuntamiento. “Se expropió para ampliar el museo en aquel proyecto tan costoso que se paralizó, y así se paralizó la expropiación. Han pasado 14 o 15 años y ahora recuperarlo es complicado porque nos encontramos con personas a las que tiraron de su vivienda que han muerto, hay que reconstruir los expedientes... nos ha costado casi un año y medio”, explicó este mismo mes.
Sobre el terreno de 2.800 metros cuadrados, situado en la parte trasera del museo, se quiere instalar una decena de esculturas de la colección del IVAM de artistas como Markus Lüpertz, Tony Smith, Pablo Palazuelo, o los valencianos Miquel Navarro, Andreu Alfaro, o Vicente Ortí, entre otros. "No puede estar más tiempo en las condiciones en las que se encuentra", denunciaban José Miguel G. Cortés en junio de 2015, tras reunirse con diferentes asociaciones y colectivos del barrio. La intención es que pueda servir además como un área del museo al aire libre en la que poder realizar actividades didácticas para niños sobre arte moderno y contemporáneo. En palabras del director del IVAM, “un lugar en el que la vida se relacione con el arte”.