VALENCIA. Una sala blanca, un espacio interior dispuesto a ser lienzo y expositor. Este es el lugar que se presupone destino para muchos artistas, aunque la cosa no está tan clara cuando hablamos de arte urbano. Si la primera imagen mental que se presenta al público cuando se habla de grafiti es la de muros callejeros intervenidos, no es extraño la transición –o compaginación- de la obra de estos creadores a otros formatos. Esta es la apuesta que presenta la galería Plastic Murs (C/Denia, 45) con la exposición colectiva Shapes and Forms, que se puede ver hasta el próximo 21 de enero y en la que cinco primeros espada del arte urbano muestran qué son capaces de hacer de puertas para adentro.
Los seleccionados forman una muestra internacional que aglutina formas bien distintas de entender y ejecutar sus piezas. Los protagonistas: 1010, CT, Nawer, Nelio y SatOne. “Mucho ha evolucionado el fenómeno ochentero del grafitti de raíces Hip-Hop, al tiempo que ha ido adoptando nuevas denominaciones y naturalezas menos vandálicas y callejeras. Desde entonces, el mundo de las galerías no ha dejado de echar cables y tender puentes para tratar de integrar aspectos sin duda valiosos e interesantes. Sin embargo, no es sino hasta fechas recientes cuando estamos viendo superado el enorme recelo que los artistas urbanos han sentido hacia el mercado del del arte y acortando la distancia que han estado guardando. Afortunadamente, la convivencia está demostrando que las incompatibilidades no son ni mucho menos genéticas, sino más bien culturales”, explica Juan Bta. Peiró comisario y crítico de arte.
En este caso, la muestra juega a relacionar la producción de unos artistas urbanos que tienen muy presente la abstracción, un discurso global que deja espacio para que cada uno deje una huella independiente. “Bajo el doble juego de Shapes & Forms, nos encontramos con obras de cinco artistas sobradamente conocidos en el panorama internacional. Todos han sabido compaginar diferentes facetas de su actividad artística con una naturalidad que sería inimaginable hace un par de décadas. Cuando menos evidentes son las referencias figurativas, más claras y profundas han de ser las motivaciones y las raíces que animan y vivifican sus respectivas poéticas”, añade Peiró.
La muestra de inicia con la inconfundible obra de 1010 (tip: pronunciado ‘tenten’), de origen polaco pero residente en Hamburgo, piezas que juegan todo al color y la profundidad para generar una ilusión de abismo que trata de recrear en las obras de pequeño formato expuestas en la galería de Ruzafa. Frente a él si sitúa SatOne, que despliega una actividad que, según indica el comisario, se podría calificar de barroca. El alemán abre sus ventanas con OPEN WINDOW 1 y OPEN WINDOW 2 a un paisaje en el que domina una paleta limpia, de formas abigarradas que generan ritmos sinuosos y dinámicos cuya fuerza no puede encerrarse en los límites ortogonales de la obra.
El también arquitecto Nawer presenta al público unos espacios expansivos que como pequeñas galaxias parecen extenderse desde su centro hasta rebasar los márgenes perimetrales del soporte. Formas geométricas y líneas duras conviven con unos contrapuntos evanescentes y un tanto gestuales. Por su parte, el francés Nelio huye del color vibrante y opta por el negro, gris y blanco en una propuesta que conjuga la acción inherente al proceso de pintar con una geometría sintética -a veces orgánica- que suele dialogar con el fondo, especialmente cuando el soporte es un muro abandonado, mientras que en sus pinturas tiende a una ordenación cuasi alfabética. Finalmente, CT con su trabajo estrictamente geométrico en el que deconstruye su nombre para formar un alfabeto inexistente.
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