València como líder mundial en la atracción de los expats. Tiene algunas partes buenas… pero también una mala: que nos lo creamos. Expats dedicados a la creación cultural, pasan a decir la suya
VALÈNCIA. Ya se sabe que en los últimos días València se ha situado en el centro del mapa expat, por razón de un ranking que entre miles situaba a la ciutat en la pole por su capacidad para acoger... a señores y señoras profesionales que quieren seguir con su trayectoria aquí.
Es divertido comprobar que algunas de las reacciones encadenadas tras la noticia han sacado a pasear viejas coletillas: València en el mapa - València bonita- Todos nos quieren - Qué bien se vive aquí.
El liderazgo en el ranking tiene algunas partes buenas: el chute de moral, el autoconocimiento, generar reclamos propios. Solo que también tiene una cosa mala: que nos lo creamos.
Como antídoto ante el exceso de azúcar, algunos cuantos expats que viven y generan creación cultural desde València, explica por qué vinieron, por qué sigue, por qué se irían.
Por qué vine… “Me atrajo el Máster March de Arquitectura. A partir de ello junto a mi mujer nos planteamos València, ya que todas las propuestas clásicas venían de Madrid y Barcelona. Pero ese distintivo único, nos atrajo aún más. Una ciudad no tan grande e impersonal, sino lo contrario. El saber que las rentas y el costo de vida son hasta un 30% más barato, fue alentador, pero no teníamos mucha información más”
Por qué me quedo… “La clave está en su frescura y actualidad, tal vez por la influencia y movimiento de las universidades y el recambio de su gente, la ciudad tiene un aire joven y abierto con un claro foco en el diseño y vanguardia. El Túria, los parques, el mar y fundamentalmente la conectividad con Madrid mediante el AVE fue una de las mejores razones, ya que tenemos amigos allá y son lo más cercano a la familia, viajamos aproximadamente una vez por mes allá. El idioma local no es tan rígido como en otras zonas, el español e incluso el inglés ayudan mucho en el día a día”.
Por qué no me quedaría… “Es muy difícil llegar y rentar algo que se ajuste exactamente a las necesidades personales de cada uno. El papelerio, las nóminas, los trámites necesarios para acceder al NIE y dar garantías para el pago de una vivienda realmente es algo muy poco amistoso. Al mismo tiempo la forma de acceder al transporte, a la Valenbisi por ejemplo, o entender el perfecto funcionamiento de los viajes de trasbordo y que es preferible usar. Eso lleva entre un mes y dos en establecerse y es agotador, los supuestos portales para alquiler por dueños directos están completamente ocupados por inmobiliarias, debería ser ilegal. Un portal real, colaborativo de dueños directos e inquilinos que compartan la pasión por el diseño, el arte y la música, que es lo que la ciudad propone pero el marco inmobiliario no acompaña. Por otro lado la oferta laboral a nivel multinacional es escasa, mi mujer es licenciada en marketing y trabajo en Unilever por 4 años, con un foco muy internacional y no consigue seguir aquí por ese camino, ya que la gran mayoría de empresas están en Barcelona o Madrid, al menos las más importantes”.
Por qué vine… “Nos embarcamos desde el Reino Unido para dar una vuelta al mundo en nuestro van, en búsqueda de un nuevo país y una nueva ciudad que podría ser nuestro hogar. El Covid-19 ha puesto nuestros planes entre paréntesis después de solo 10 días en la carretera, pero nos ha permitido descubrir València. Es una ciudad que reúne muchas cosas importantes para nosotros: un tiempo fantástico, un territorio fértil que permite tener productos frescos y una vida al aire libre vibrante, un coste de vida accesible en términos de alquiler y transporte y, por supuesto, la cultura mediterránea. Es por esos motivos que hemos cambiado nuestros planes y hemos decidido vivir aquí en 2021”.
Por qué sigo… “València parece estar al borde de algo especial. Tenemos la sensación que la ciudad antepone la cultura y la creatividad y no tiene miedo al atrevimiento en los eventos y proyectos que se comisionan. Como creativos audiovisuales, ha sido un gran placer encontrar muchos proyectos y trabajar con clientes y colaboradores que encarnan ese espíritu de atrevimiento. Imaginamos que muchos expats como nosotros reconocen ese espíritu y están atraídos por la ciudad”.
Por qué no me quedaría… “Mudarnos a otro país puede ser una pesadilla burocrática, pero España lo lleva hacia otro nivel. Sistemas integrados y simplificados que permitiera facilitar los procesos de alojamiento, sanidad, seguros y demás mejorarían mucho la experiencia de los expats. Por otro lado, las tradiciones muy arraigadas vinculadas con la comida, la religión y las fiestas que existen en València y sus alrededores pueden tener un punto excluyente y de alguna forma pueden complicar la integración de la comunidad expat en la cultura local. Nos encantaría que València adopte una visión más contemporánea de esas tradiciones y que anime la gente que no es originaria de la ciudad a sentirse más partícipe y a conectar mejor con el lugar”.
Por qué vine… “He tenido la suerte de poder visitar muchas ciudades distintas de Europa, pero ninguna despertó en mí, como hizo València, las ganas de vivir en ella, gracias a su cercanía al mar, su clima mediterráneo, su comida y su cultura en relación al arte, diseño y arquitectura”.
Por qué sigo… “Es una ciudad que tiene un poco de todo: música, arte, festivales, tradiciones, y sobre todo te da ganas de disfrutar de cada momento del día. Para mi es el lugar perfecto, porque sin ser un lugar ni muy grande ni muy pequeño, encuentro todo lo que necesitas, como naturaleza en forma de mar y montaña, la huerta o l’Albufera, zonas del pasado como los pequeños pueblos y el centro histórico, y zonas que parecen del futuro como la Ciudad de las Artes y las Ciencias”.
Por qué no me quedaría… “No es específico de València, pero ser autónomo en esta ciudad viniendo de Italia (donde recibes ayudas hasta los 35 años: pagas en función de lo que ingresas, supones 0% de IVA) resulta complicado. Es una barrera para quienes quieren abrirse paso en la ciudad llegando de otro país”.
Por qué vine… “Cuando nos decidimos por ir a vivir a España empezamos a investigar las diferentes ciudades. València nos destacó por varios motivos: primero por ser una ciudad no demasiada grande que se acercaba un poco a lo que es un pueblo, pero con un tamaño superior. Es muy tranquila y no tiene una vida bulliciosa como la conocemos en las grandes ciudades como Madrid. Por otra parte su clima es de los más privilegiados en Europa con mucho sol, poca lluvia y temperaturas agradables en invierno. Además sus habitantes son pacíficos y amables, la delincuencia en la ciudad muy limitada por lo que es una ciudad muy segura. Por último su ubicación con la playa era otro plus”.
Por qué sigo… “Además del clima, la comida y su gente, es una ciudad en la que todavía es posible vivir gracias a unos precios de vivienda razonable. La ciudad ha crecido mucho en los últimos años, sin embargo todavía hay mucho por hacer y desde nuestro punto de vista tiene todavía una capacidad de crecimiento enorme, lo que es un punto a favor para los que como nosotros están en búsqueda de crear nuevos proyectos y no llegar a una ciudad donde todo está ya muy establecido. También es ideal para personas que trabajan como freelance o de forma independiente desde su casa, ya que aquí lo puedes hacer disfrutando de una buena calidad de vida, a precios asequibles”.
Por qué no me quedaría… “Es una ciudad en la que a veces es difícil avanzar en proyectos ya que los trámites burocráticos son lentos si quieres hacer algo diferente. Por otra parte la red de transporte público es reducida en algunas zonas, cida por lo que a veces es difícil llegar a algunos puntos cercanos de la ciudad e incluso a algunos barrios por no tener red de metro, autobuses de trayectos largos y que pasan una vez cada hora o incluso a algunas zonas no llegan. La oferta cultural al ser una ciudad pequeña es también reducida, mientras que hay que tener en cuenta por último que los valencianos tienen la costumbre de irse a su segunda residencia los fines de semana de verano y durante el mes de agosto por lo que en esas épocas hay aún menos actividad cultural y muchos establecimientos como restaurantes suelen salir durante ese mes. A esto los primeros años los nuevos expats sin duda les costará acostumbrarse”.