El fotógrafo documental Gianfranco Tripodo, galardonado por su trabajo en la frontera de Melilla, o la artista Angélica Dass participan en el innovador proyecto
VALENCIA. Cuando hace unos meses el fotógrafo Gianfranco Tripodo se despedía de Melilla, donde ha pasado cuatro años contando con imágenes la crisis migratoria, no sabía que su maleta iba a acompañarlo poco después a una Valencia en plena efervescencia fallera. La culpa no fue del chachachá, sino del 'Diari Indultat', un innovador proyecto que se convertirá en la falla de Arrancapins y por el que aproximadamente cincuenta fotógrafos de todo el mundo capturarán entre ayer y hoy su particular visión de la fiesta, que después quedará plasmada en un ejemplar que se editará en tiempo récord para luego ser quemado la noche de San José. Sólo aquellos que se vendan antes de la cremà se salvarán de las llamas.
Profesionales de reconocido prestigio -pocos de ellos conocedores de la fiesta- se enfrentarán a ella en un maratón fotográfico en el que, entre otros, participarán los Premios Nacionales de Fotografía Joan Fontcuberta, Juan Manuel Castro Prieto o Chema Madoz. Con el resultado de su trabajo, el día 18 se maquetarán e imprimirán 5.000 ejemplares numerados de El Diari Indultat, de los que hasta el momento se han salvado 1.700. El resto serán pasto de las llamas.
El fotógrafo documental Gianfranco Tripodo es uno de los profesionales que captará con su particular mirada aquello que pasa en Valencia cuando los falleros toman la calle. Particular y única siendo uno de los protagonistas de la exposición Fronteres d'Europa, que acoge el Museu Valencià d'Etnología en colaboración con PhotOn Festival, y donde muestra su trabajo en la frontera de Melilla con Marruecos. Ahora pisa un cap i casal en fiesta del que conocía más bien poco antes de pisar, hace ahora 48 horas, sus calles.
"Cuando todavía no estaba muy avanzado me contaron los organizadores que tenían entre manos un proyecto muy loco. Me gusta mucho estos proyectos colectivos que suponen una experimentación del lenguaje, del vehículo con el que una foto se da a conocer al público", explica Gianfranco Tripodo, que sabía más bien poco a lo que se iba a enfrentar en estos días. "Intenté documentarme sobre qué era, leí y miré vídeos, pero no lo llegué a entender. Es una cosa muy loca, parece muy divertido. He intentado pegarme a fallas pequeñas, donde pudiese entrar a la carpa o ir con ellos a la despertà".
Es Laura Carrascosa Vela la más joven del equipo, con 22 años la fotógrafa quiere dar un nuevo aire a la fiesta y, en año de internacionalización con la catalogación como Patrimonio de la Humanidad como objetivo del gobierno local, se ha propuesto unirla a otra cultura lejana pero con muchas similitudes. Su proyecto será casi una continuación de su serie Como la casa mía, una serie en la que habla de la situación de la juventud china inmigrante de Madrid. En este caso serán los habitantes asiáticos de Valencia los que protagonicen su obra.
No en vano, la Ruta de la Seda tiene como punto de partida la ciudad de Xian y finaliza en el cap i casal, donde marca el kilómetro 9.090. "Las Fallas potencian y engrandecen lo que Valencia tiene de chinesco: el arroz, las naranjas y la pólvora", explica Carrascosa. A pesar de ello, ha tratado de evitar los lugares comunes, como mascletaes o monumentos, y se ha centrado en la vida de sus protagonistas. "Las Fallas transforman la ciudad. Quiero aportar un punto de vista cultural y social".
El resultado del proyecto es todavía un misterio, pues en este mismo instante muchos de los fotógrafos que participan de la iniciativa se encuentran recorriendo las calles de Valencia a la espera de alcanzar o ser alcanzados por la inspiración. Los ejemplares no indultados descansarán en un peculiar soporte creado por el escultor valenciano Cristóbal Delgado, una pieza que tendrá dos platàs: la del día 15, cuando fue depositado vacío junto al monumento fallero de Arrancapins y la del día 19 cuando sean depositados en él los diaris no indultados.