APPS, REALIDAD AUMENTADA, PANTALLAS...

Mediación virtual: el futuro de los museos

La realidad aumentada y otro tipo de herramientas virtuales se emplean cada vez más como mediación en museos, ¿son los recursos didácticos del futuro? ¿Sustituirán a trabajadores?

17/05/2016 - 

VALENCIA. Ante el típico dilema a la entrada de una exposición, con el folleto en la mano, dudando entre una estática audioguía que puede alquilarse en cualquier momento o concertar cita para una visita guiada por un mediador del centro según en qué horario y qué disponibilidad de plazas haya, se dan gran variedad de reacciones. Los que prefieren esperar y adaptarse a las condiciones de la visita guiada por una persona y no un aparato lo hacen porque pueden interactuar, preguntar dudas, relacionarse con otras personas que estén en ese grupo y disfrutar de una experiencia que tiene algo de exclusivo porque es irrepetible. La audioguía, aunque útil, suele aislar en cierto grado. Nos tapamos el otro oído para poder escuchar bien, adelantamos tres números y vemos la exposición en un orden diferente al de los demás que, aunque lleven también aparato pegado a la oreja probablemente ni nos miren. Si ese aislamiento mecánico ya provocaba discusión antaño ahora nos encontramos con una controversia avanzada y es la relativa a los dispositivos de realidad aumentada o recursos virtuales en la sala de exposiciones. 

Javier Campos dirige junto a Toni Úbeda la empresa valenciana eDiamSistemas, dedicada al desarrollo de aplicaciones de realidad aumentada. Campos es CTO (Director de Tecnología) y ha colaborado en la exposición Ecos & Huellas de la artista Victoria Cano que ha podido verse hasta el pasado domingo 15 de mayo en el Centro del Carmen incorporando diversos recursos a la experiencia museística. Desde obras a las que enfocando con el móvil o la tableta les aparecía la propia artista a escala como un holograma explicando su contenido conceptual a través de la pantalla del dispositivo, hasta dibujos digitales que sobrevolaban la sala interactuando con el público como una pieza más de su serie de libros voladores que colgaban del techo, pasando por animaciones que cobraban vida sobre un lienzo al posar la cámara tal que si de un código QR se tratasen las huellas del cuadro en cuestión. "Es una tecnología que permite crear entornos virtuales a partir de una base física real. Se apoya en un mundo real para crear y superponer un mundo virtual creando una mezcla mucho más rica en contenido. Las aplicaciones móviles de realidad aumentada ofrecen multitud de beneficios para el usuario ya que se incrementa la información de su entorno, pudiéndose presentar esa información en distintos formatos multimedia como son el vídeo, objetos 3D, audio..." explica. 

¿Sustituirá la realidad aumentada con aplicaciones específicas a los equipos de didáctica a medio plazo? Preguntamos a Anna Peris, educadora de museos picañera que se autodefine como "educadora agitadora" y trabaja dando talleres y visitas guiadas en la Fundación Bancaja y el Museo de Bellas Artes de Valencia San Pío V, además de colaborar con la galería Shiras. Peris está especializada en ludificar la figura del museo, entiende que de por sí no siempre surge una unión espontánea entre las salas, las obras y el visitante, de modo que la mediación y la orientación educativa le parecen cruciales. Tiene experiencia trabajando como mediadora en otras ciudades y contextos como el de la feria ARCO en Madrid dentro del proyecto ARCO Kids 2012 y en el Museo de arte Thyssen-Bornemisza con el proyecto "Aquí pintamos todos, el museo llega a las aulas" en 2013, para los cuales empleó distintas herramientas. En ARCO Kids nos cuenta que más bien se trataba de manualidades muy rudimentarias que entretenían a los niños cuyos familiares visitaban la feria aunque en principio fuese una actividad destinada a fomentar el coleccionismo entre los más pequeños y estimular un acercamiento temprano al arte contemporáneo. Por su parte Thyssen-Bornemisza incorporaba consolas que los visitantes, niños y adultos, podían utilizar e intervenir algunas de las piezas del museo de forma virtual. Mediante unas Nintendo DS XL Peris proponía un juego para implicar al público incitándoles a pintar en sus pantallas con el puntero las imágenes por colorear de reproducciones de cuadros fragmentados que encontraban a su alrededor, una actividad que trasladó, después de su experiencia madrileña, a un instituto de Albal donde adolescentes que no habían visitado físicamente el museo podían aproximarse a las obras de su colección de esa manera y entre todos los fragmentos pintados descubrir una obra concreta, es decir, trabajar juntos en un juego en el que la herramienta une y aproxima al arte. De modo que el secreto está en cómo servirse de estas nuevas herramientas que no tienen por qué sustituir a nadie si no que complementan.

"En contraposición a la máquina las personas como yo creamos vínculos afectivos entre público-obra, público-museo, y que vuelvan, que el público regrese al museo, depende en mucho de esos vínculos. Trato de que la experiencia no se reduzca a ese único momento, que no se acabe ahí si no que siempre haya ganas de volver porque se ha disfrutado y aprendido. Me importa que los miembros del grupo se interrelacionen, me adapto al grupo cada vez, hago preguntas, estudio su perfil, me interesa introducir el juego y provocar dudas como respecto a qué sentía el artista cuando creó tal obra o en general qué nos está diciendo un cuadro", comenta la educadora. Para ella hay referentes claros que le han llevado a trabajar en esta línea o que le han estimulado por el camino; Luis Camnitzer, desde Alemania, María Acaso, en Madrid, la iniciativa Pedagogías Invisibles, Aitziber Urtasun, responsable de didáctica en el Museo Oteiza y Ricard Huerta de la Asociación Valenciana de Educadores de Museos (AVALEM), además de su compañera Laura Campos, responsable de cultura en la Fundación Bancaja en Valencia, que estos días prepara las jornadas más intensas del centro con motivo de la noche blanca cultural.  

Las conmemoraciones del Día Internacional y la Noche Europea de los Museos tienen lugar el 18 y el 21 de mayo, implicando no solo el hecho de que los museos y salas de arte vayan a permanecer abiertos con una jornada particularmente amplia si no que además atraerán a público de todas las edades con visitas guiadas, talleres didácticos y actividades paralelas. Así que en nuestra ciudad habrá una gran oferta de actividades en distintos centros. La Fundación Bancaja, por ejemplo, celebra el próximo sábado 21 de mayo la Noche Europea de los Museos con la apertura de sus salas expositivas hasta medianoche, con entrada gratuita. Permite visitar las exposiciones que se encuentran actualmente en marcha: Coleccionismo y mecenazgo. Jesús Martínez Guerricabeitia y Colección Lladró. Seis siglos de pintura. Además, se realizarán visitas guiadas de inscripción libre a ambas muestras a las nueve de la noche, diez y once. Parte de esas visitas están a cargo de Peris, quién afirma enfocarlas a conseguir una experiencia enriquecedora a través de intercambios de opinión entre el grupo, reflexionar y descubrir el discurso que hay detrás de las obras. No sabemos si se servirá de recursos digitales para esta ocasión pero el público valora la combinación del elemento virtual con la transmisión oral de conocimientos, por ello en el ámbito universitario de nuestra ciudad se experimenta en esa dirección.

Recordemos que el año pasado, tras diversos encuentros entre Ana Juan, Premio Nacional de Ilustración en 2010, y el joven equipo de UNIT Experimental, formado por investigadores de la Facultad de Bellas Artes y la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática, surgió la idea de desarrollar conjuntamente una aventura gráfica interactiva basada sobre todo en la obra de la ilustradura Snowhite (Blancanieves). De la mano de los comisarios Nuria Rodríguez y David Heras la aventura derivó en un montaje expositivo que pivotaba sobre dos de los proyectos más recientes de la artista, Snowhite y Otra vuelta de tuerca, conformando su exposición individual titulada Dibujando al otro lado en la Sala Josep Renau en la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politècnica de Valencia (UPV), que pudo verse hasta el 30 de enero y que también partía de una aplicación móvil para poder apreciar la realidad aumentada en relación con las obras expuestas una vez el público recorría la sala, pudiendo, por ejemplo, ver a los personajes moverse y relacionarse.

En este sentido encontramos que hay temas y propuestas visuales que son aproximados al visitante con mayor destreza o efectividad mediante dispositivos móviles. Lo novedoso aquí no es sólo el todavía rudimentario empleo de nuevas tecnologías si no la búsqueda patente de expansión por parte de los artistas tanto conceptual como espacial, expansión en toda su esencia, cambiando el proceso creativo tal y como lo conocemos hasta ahora. Probablemente lo mejor de este campo que se abre cada vez más y se experimenta dejando ver que acaba de comenzar su andadura y dará que hablar para rato, es que incita a compartir. Las experiencias con realidad aumentada en los museos y salas de arte despiertan curiosidad entre un público que comenta, señala, pregunta, sonríe, lejos de aislarse, comparte. Eso es lo fundamental ya que, como apunta Anna Peris "La educación es compartir".

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