VALÈNCIA. El Grupo de Investigación en Procesos Electorales y Opinión Pública (GIPEyOP) de la Universitat de València ha sido autor de una encuesta online sobre intención de voto para las elecciones autonómicas y municipales en la Comunitat Valenciana el próximo 28 de mayo que este domingo publica Valencia Plaza. Para llevarla a cabo, el grupo de investigación dirigido por el catedrático de Métodos Cuantitativo Jose Manuel Pavía ha utilizado una fórmula de recogida de datos denominada bola de nieve.
La metodología de los investigadores que acompañan a Pavía -Cristina Aybar, Virgilio Pérez, Rosa Roig y Alfredo Rubio- es la siguiente: distribuyen entre su grupo de colaboradores, que conforman en torno a 5.000 personas, un mail con el link de la encuesta. En él, además, se les pide que la distribuyan por sus redes sociales para que la penetración sea mayor, de manera que la cantidad de respuestas que obtengan sean una masa considerable a partir de la cual poder realizar predicciones.
A este método de reclutamiento de datos, se suma también la manera en la que se ha enfocado la encuesta, en la que no solo se pregunta por la intención de voto individual de la persona que ha respondido las preguntas que se le planteaban, sino que también se le ha cuestionado por lo que cree que pasará el próximo 28 de mayo. Lo que se conoce como la sabiduría de masas.
"Las personas vivimos en sociedad y por ello tenemos más conocimiento que solo nuestra intención de voto. Sabemos lo que vamos a votar, pero además vivimos en un entorno, hablamos con personas, percibimos cosas... y a partir de ahí tenemos unas expectativas de lo que va a ocurrir. Así que hemos preguntado a los encuestados qué es lo que creen que va a ocurrir en su municipio o en su comunidad autónoma, y responden basándose en su percepción de la realidad", explica Pavía. "A partir de ahí, agregamos información", añade.
En este punto el investigador expone que es un método cuya efectividad ya apreció Francis Galton en el siglo XX a la hora de obtener resultados que se aproximasen a la realidad: "Un grupo de personas realizaron una apuesta sobre cuánto pesaba un buey. Entre ellos había expertos, pero también apostaba más gente y Galton lo que hizo fue tomar nota de todas ellas. Luego hizo la media, y resultó que esta era mucho mejor que cualquier respuesta individual. En definitiva, probó que la agregación de conocimiento suele funcionar mejor que un conocimiento aislado de un único sujeto o un grupo reducido de personas". Y precisamente así lo ha aplicado este grupo de investigadores.
En encuestas anteriores, el grupo ha aplicado los denominados "modelos multinivel con imputación en celdas pequeñas" para el tratamiento de datos posterior y que se utiliza por ejemplo en las elecciones de Estados Unidos. Un método especialmente "preciso" con el que se logran "predicciones de mucha calidad". No será, no obstante, la fórmula elegida en esta ocasión para analizar las respuestas obtenidas porque "su implementación requiere de mucho trabajo de programación previo difícil de en marcha actualmente". Ahora bien, aunque la metodología aplicada ahora ha sido "más sencilla", confían en extraer de la encuesta escenarios lo más próximos a la realidad que dejen las urnas el 28 de mayo.
Sobre cómo se plantea una encuesta para que esté bien hecha, Pavía explica a este diario la trascendencia de tipo de preguntas que se vuelquen, el orden que se les dé e, incluso, la duración que tenga para evitar que los ciudadanos la abandonen. "Primero planteamos un borrador de encuesta, luego discutimos sobre qué preguntamos, intentamos que sea corto porque la capacidad para mantener la atención cada vez va a menos", subraya.
El catedrático, además, apunta que las encuestas online son más fáciles de abandonar por el usuario que las telefónicas, dado que en estas últimas hay una persona que interpela a la que "por una cuestión de educación no se abandona tan fácilmente". "Es importante intentar que las respuestas de los encuestados sean lo más libres y asépticas posible, y atender al orden que se plantea, porque este puede condicionar la respuesta", argumenta. A la pregunta sobre cómo no se hace una encuesta, el investigador es concluyente: "Dirigiendo las respuestas".
En este sentido, reconoce una fortaleza que tiene su grupo de investigación: "Al no tratarse de ninguna empresa, sino de investigadores, no tenemos ningún interés con nadie. No somos el CIS, ni tampoco ninguna empresa a la que contrata un medio de comunicación concreto", manifiesta. "Las encuestas se pueden utilizar para dos objetivos: tratar de conocer lo que está ocurriendo o intentar influir en la opinión pública. Ambos objetivos conviven y coexisten. Pero el nuestro no es influir, sino tratar de probar nuevas metodologías", zanja Pavía.
El grupo de investigación tiene entre sus principales líneas de investigación la inferencia del comportamiento individual de los electores, el análisis de encuestas y sondeos, la propuesta de nuevas aproximaciones metodológicas para mejorar, reduciendo costes, la calidad de los métodos de muestreo, la inferencia ecológica, el análisis semántico de opiniones y la monitorización del sentimiento en la red, el estudio de las consecuencias de la no-respuesta y los sesgos introducidos durante todo el proceso de inferencia, la solución a los vacíos en las bases de datos y la integración de información local y global en la obtención de respuestas multinivel.