VALÈNCIA (EP). El director Miguel Gomes (1972, Lisboa, Portugal), uno de los "máximos exponentes" del actual cine portugués y que ha sido galardonado con el Premio Lluna de València, ha apostado por una mezcla de realidad y ficción en el cine porque considera que "la realidad solo está completa con el imaginario", al tiempo que ha sostenido que el cine "tiene muchas mentiras, pero tiene que decir muchas verdades". Así se ha pronunciado este viernes Gomes en València en una rueda de prensa con motivo del galardón Lluna de València que el Festival Cinema Jove le entrega en su 34 edición, que se celebra desde este viernes y hasta el próximo día 28.
El realizador luso ha explicado que la realidad y la ficción "se mezcla de forma fácil", porque la realidad y el imaginario "es algo con lo que convivimos todos los días". "La realidad solo está completa con el imaginario; hay que tener las dos, no es necesario elegir", ha sostenido. Asimismo, ha valorado las interpretaciones de los espectadores, que considera "tan válidas como la intención del director". "Las películas también son de los espectadores, que prolongan el interés con el imaginario y con su propio mundo", ha detallado Gomes.
En cuanto a sus trabajos futuros, Gomes ha detallado que está preparando un nuevo largometraje, Selvajara, una adaptación de la novela Los sertones de Euclides da Cunha, en una idea que ha calificado de "una locura". Según ha explicado, el film mezcla la crónica de una guerra que ocurrió en 1897 entre los habitantes de la aldea de Canudos y la armada de la joven República brasileña, que también recogió Mario Vargas Llosa en su libro La guerra del fin del mundo, con un estudio etnológico sobre las personas que vivieron allí, así como con un estudio botánico y climático.
"Hay guerras, hay balas de cañón, hay centenares de caballos y es un poco caro, es un presupuesto más grande que en otras películas anteriores. Está siendo un poco largo el proceso de financiación, pero espero estar filmando el próximo año. Estoy con muchas ganas de hacer esta película", ha resaltado Gomes. En este sentido, ha destacado que el cine "tiene muchas mentiras, pero tiene que decir muchas verdades", por lo que este nuevo film "no puede ser en otro lugar" que no sea donde se produjeron los hechos, y los protagonistas serán los descendientes de los supervivientes de la guerra.
Por otra parte, preguntado por las películas portuguesas, Gomes ha lamentado que en su país de origen hay "un público pequeño para las películas que son más personales". "Hay una tentativa frustrada de hacer un cine comercial. En España es posible hacer dinero con las películas porque hay mercado para eso, pero en Portugal es imposible, no es normal, se hace una vez cada 20 años, por el ecosistema económico", ha puntualizado.
"A la mayoría de portugueses no les importa nada el cine; un gran éxito es cuando tienes 100.000 espectadores, pero no es tan normal. Por ejemplo, mis películas están bien para ser películas que no tienen la visión de ser tan industriales, y hacen como 20.000 espectadores", ha apuntado.
El director estudió en la Escuela Superior de Teatro y Cine de Lisboa, pero ha apuntado que era "muy malo" y nadie le quería contratar para los equipos de rodaje, por lo que ejerció de crítico cinematográfico entre 1996 y 2000, profesión a la que llegó "por accidente".
Por sus inicios, ha señalado que no tiene la idea de que las críticas cinematográficas sean "una molestia", sino que cree que "sigue siendo preciosa en el cine". En este sentido, ha resaltado la importancia del "papel crítico" de estas piezas, aunque ha admitido que no las lee todas porque "se escriben tantas que es imposible".
Tras su paso por el mundo de la crítica, al arrancar el siglo, estrenó una serie de cortos "refrescantes y excéntricos" que fueron seleccionados en festivales como Locarno, Rotterdam, Buenos Aires y Viena, que "dieron cuenta de su acercamiento visual, cercano y sensual a relatos que funden el género documental con la ficción pura", además de su inspiración tanto en el cine musical como en el mudo con un enfoque lúdico único, donde los diálogos resultan "tan relevantes como la música"; así como los relatos fragmentados en dos o más partes.
En este contexto, se ha declarado muy cercano al director francés Alain Resnais, del que ha destacado que hacía "películas como juegos, y establecía reglas al principio para luego dejar libertad en el film para que todo pueda pasar". Entre sus películas favoritas de este realizador ha destacado Smoking/No Smoking (1993) y Muriel (1963).
Con motivo de la entrega del galardón Lluna de València a Gomes, Cinema Jove ha programado un ciclo completo de los seis largometrajes que ha dirigido hasta la fecha y dos de sus cortos, seleccionados por él mismo por ser los que más le gustan: Inventário de Natal (2000) y Cántico das Criaturas (2006).
Respecto a estos cortos, Gomes ha detallado que el primero de ellos es "muy importante" para él, en una pieza que "no tiene dramaturgia, no hay historia". "Es un inventario, una colección de elementos, de recuerdos de Navidad de los años 80. Es una película sobre la infancia, sobre la manera de mirar las cosas en ese tiempo", ha explicado.
Por otra parte, Cántico das Criaturas es un corto "más ambicioso", que ha definido como "un tríptico que nace de la idea de hacer una fábula con San Francisco de Asís", en un film que "actualiza un viaje musical" de la figura del santo.
Su paso al formato largo se produjo en 2004 con la comedia musical A cara que mereces, donde se servía de personajes de los cuentos de hadas clásicos para retratar con sarcasmo el paso a la vida adulta. En 2008 estrenó Aquele querido mês de agosto' en la Quincena de Realizadores de Cannes, donde sorprendió por su destreza al difuminar las fronteras entre realidad y ficción en un relato veraniego que es tanto un triángulo amoroso como un juguetón ejercicio de cine dentro del cine.
También fue ampliamente reconocida su siguiente película, Tabú (2012), que se alzó con premios Alfred Bauer y FIPRESCI en la Berlinale y los de mejor película en Gante y Cartagena de Indias. Esta vez, el director portugués evocaba el título del clásico de 1923 de Murnau sobre los mares del Sur, para contar una historia de amores imposibles en el contexto de la colonización africana. Esta película ha sido la más vista de las suyas en el extranjero.