El documental ahonda en la trayectoria del artista a través de diversas conversaciones con un hilo conductor: sus diseños
VALÈNCIA. Francis Montesinos ha dedicado toda su vida a la moda. Desde el movimiento hippie en los 70, ha ido bebiendo de multitud de corrientes que le han construido como el artista que es hoy. Ha viajado por todo el mundo con sus diseños, que son un recuerdo de la evolución histórica de España. Poco queda de aquel niño que en los años 50 se rodeó de un barrio -el Carmen- plagado de pequeños negocios de modistas, sastres, sombrereros o pantaloneros. O mucho, según se mire.
Su trayectoria llevó a que el MuVIM organizara hace unos meses una amplia exposición con motivo de los 50 años que lleva inmerso en el mundo de la moda. València, seda i foc hace un recorrido histórico a través de más de 400 piezas diseñadas por él mismo. Esa exposición, que se puede ver hasta finales de año, hizo que su compañero y amigo Carles Castillo tuviera la idea de hacer un documental sobre todo aquel proceso: un viaje en el que Francis echa la vista al pasado y habla sobre los diseños que más le han marcado. Además, el documental viaja al domicilio del modisto en Llíria y al Forn de la Vila (que es donde se preparó toda la exposición); y recoge los testimonios de personalidades como la diseñadora y actriz Paola Dominguín, Nacho Duato o el alcalde de Llíria Manolo Civera.
El documental ha sido presentado durante la mañana del jueves en el salón de actos del Museu de Belles Arts, y además del propio Montesinos, al evento han acudido Carles Castillo, Manolo Civera, el estilista Rafa Moreno y el director del Museu Pablo González Tornel.
Montesinos Íntimo fue una idea que surgió de la exposición del MuVIM. Carles Castillo, al ver la extensión e importancia de una muestra que recoge cinco décadas de historia, pensó que “era necesario que quedara constancia del esfuerzo y la dedicación de Francis”. Él mismo es quien dirige la producción junto a Rafa Moreno, que en un principio no iba a durar más de diez o quince minutos, pero que finalmente se extendió a una hora y media de metraje.
Castillo explica que conforme fueron grabando las entrevistas, las historias y vivencias de Francis iban alargándose, uniéndose unas con otras desde la óptica del propio modista o del resto de entrevistados. Aunque resalta que en realidad, más que entrevistas, “el documental recoge conversaciones, puesto que más de la mitad de las cuestiones que se plantean no estaban preparadas”.
La producción hace un viaje por algunas de las anécdotas e historias interesantes que le han ocurrido al modisto y a quien tenía a su alrededor. Todo ello con un hilo conductor muy claro: sus diseños. Montesinos Íntimo muestra decenas y decenas de vestidos de distintas épocas, estilos y colores. Desde estampados emblemáticos que recuerdan a la València fallera, trajes que confeccionó para Miguel Bosé o Carmen Alborch, atuendos que modelos internacionales vistieron en pasarelas berlinesas, una colección dedicada a las Olimpiadas de Barcelona de 1992 o hasta un vestido de novia en el que Castillo y Francis se detienen por la historia que esconde: “Este vestido no tiene ni una costura. Fue un trabajo muy complejo. Está hecho de florecillas blancas que se van uniendo unas con otras. Una señora me dijo una vez que una tela, cuantas más costuras tiene, peor”, relata.
Montesinos también habla en el documental de una colección que dedicó a Dalí, de vestidos con decenas de metros de tela que “son maravillosos cuando la persona que los lleva se pone a dar vueltas”, atuendos de la época en que el modisto se vio influenciado por la moda americana u otros que dedicó a Miguel Hernández.
Uno de los momentos de importancia en el documental es la visita que Francis y Castillo hacen a la suite del hotel Westin que lleva por nombre el del modisto. En ella se puede ver nada más entrar una de las alfombras de una colección confeccionada por él: “Se vendieron en 40 países. En Turquía incluso tuvimos que montar una tienda adrede para venderlas”.
Durante el documental, Francis Montesinos reivindica el valor de la moda en medio de una de sus conversaciones con Carles Castillo. Explica que a nuestro país siempre le ha costado mucho valorar la moda con todo lo que implica. “Hay que vivirla, entenderla y algo que a España todavía le hace mucha falta: amarla -explica-. La moda no tiene edad ni sexo”. También ha explicado que es un sector que se suele desmerecer porque su elevado coste: “¿La moda es cara? -se pregunta-. Un jersey de Montesinos te puede durar veinte años y estar perfecto. Una prenda barata se desgasta enseguida. ¿De verdad es cara?”.
El modisto también ha resaltado la importancia de esa fina línea “entre la moda y el arte, entre el loco y el cuerdo”. Explica que se trata de un límite muy importante, y que aparece en el momento “en que te atreves a llegar a algo bueno. Se duda, claro que sí, pero cuando sobrepasas la normalidad, lo que haces se convierte en arte”.
Por su parte, Paola Dominguín interviene en el documental denunciando cómo ha cambiado el mundo de los desfiles: “Antes se dramatizaba sobre la pasarela, era bello. Ahora la ropa se vive de otra manera. Hay menos gestos, todo es mucho más estático. La manera en que se concibe hoy en día el desfile resta el protagonismo de la modelo, y eso es un error. Francis siempre ha jugado con ese protagonismo. Con su moda te sientes libre, guapa y hetérea”. El modisto destaca de Dominguín su capacidad para satisfacer a un público grande ella sola: “Se puede llenar una plaza de toros o un estadio con cien personas o con una sola. Paola no necesita a nadie más para hacerlo”.
Por último, el director del Museu ha querido reivindicar al centro como institución “abierta a toda la cultura, no solo a cosas lejanas y vetustas. Aquí no hay nada de esnobismo. Un día celebramos un concierto de pop, otro una conferencia de la directora del Museo Nacional de Escultura y otro el documental de Francis Montesinos, que merece estar aquí por ser un referente cultural en toda la Comunidad Valenciana”.