Colecciona guitarras antiguas y ha realizado proyectos de investigación sobre este instrumento con una gran acogida en Estados Unidos
VALENCIA. Del mismo modo que Miquel Àngel Landete (Senior i el Cor Brutal) se inspira en la música yankee a la hora de componer sus canciones (transformando así la ‘americana’ en ‘valenciana’), hay otro hombre en Valencia que participa con entusiasmo en la americanización de esta ciudad. Su nombre es Nacho Baños y se trata de uno de los mayores conocedores de la historia de las guitarras eléctricas. Su trabajo cuenta con un reconocimiento mayor en Estados Unidos que en casa, pero aun así, alejado de una posición victimista, Baños no tiene la sensación de estar predicando en el desierto.
Su especialización son las guitarras fabricadas en la década de los 50, de las que llegó a tener una enorme colección de la que se deshizo casi por completo para poder financiar su primer libro. “Tengo una familia numerosa y muchas facturas que pagar, por lo que no puedo permitirme muchos gastos ‘guitarreros’, aunque sigo siendo muy aficionado y de vez en cuando compro algún modelo antiguo pero asequible”, explica.
Su afición le viene de lejos. Nacido en 1966, desde pequeño sintió pasión por el rock americana y por otros estilos como el blues o el country. “Empecé a tocar a los 16 años y toda mi ilusión era poder llegar a poseer una de esas Fender antiguas que aparecían en las portadas de los discos de mis ídolos”, asegura Baños. Una constelación que estaba formada por estrellas como Elvis Presley, los Rolling Stones, Chuck Berry, Bruce Springsteen, Albert Collins o Muddy Waters.
A los 18 años su padre le regaló una Fender Telecaster nueva. Pero, aprovechando un viaje a Estados Unidos, no tardó en cambiarla por un modelo más antiguo. “Una vez probé las guitarras viejas nunca quise volver a tocar una nueva”, afirma. ¿Por qué esa fijación con lo vintage? “Las buenas guitarras son como el buen vino, mejoran con los años”, explica Baños.
De acuerdo con el especialista, la fabricación de guitarras vivió un boom en Estados Unidos en la década de los 50, coincidiendo con la popularización de medios de comunicación como la televisión y el desarrollo de la música pop y rock. “Por aquel entonces no existía el concepto de obsolescencia programada, los productos se fabricaban con calidad en acabados y materiales para durar toda la vida”, afirma. Pero en 1964 la aparición televisiva de los Beatles en el programa de Ed Sullivan desvió esta tendencia.
“La industria de la música se masificó en todos los sentidos. Todos los niños americanos querían de pronto tener una guitarra para emular a sus ídolos”, explica Baños. De este modo, según el especialista, “las grandes corporaciones multinacionales no desaprovecharon la oportunidad. CBS compró Fender en 1965 y Norlin compró Gibson en 1969. La fabricación se transformó a gran escala y se aplicaron políticas de reducción de costes que buscaban maximizar la rentabilidad del accionista pero pronto afectaron a la calidad del producto”.
Baños es consciente de que, mientras en Estados Unidos se vivía todo ese proceso, la situación en España era totalmente diferente, todavía bajo el yugo de la dictadura. Por ello le resta importancia al hecho de que aquí no exista una cultura de la guitarra eléctrica fuerte y admite sin dramatismo que su afición se desarrolla principalmente en el continente americano. “Seguro que el mundo de las guitarras clásicas y flamencas de colección es muy rico e importante. Yo desgraciadamente lo desconozco, y me encantaría saber mucho más”, reconoce.
De Estados Unidos, donde ha vivido durante años, Baños admira el “carácter emprendedor que aplican a todo lo que hacen y el entusiasmo que ponen en su día a día. Todo es muy dinámico y especializado. La gente se forma con pasión sobre lo que le gusta, y puedes encontrar verdaderos foros especializados en los más variados temas”. Es por ello que el especialista ha desarrollado la mayor parte de sus proyectos de investigación sobre guitarras antiguas en el país americano.
Allí comercializó The Blackguard Book, un libro autoeditado y escrito en inglés en el que Baños realiza “un compendio de la historia y evolución de las primeras y mas legendarias guitarras eléctricas de cuerpo sólido fabricadas en EE.UU. durante los primeros años 50”. Tras su buena acogida, ahora el especialista prepara The Pinecaster Book, una especie de precuela del primero que “cubre la etapa de 1935 a 1950, periodo en el cual se desarrollaron los primeros prototipos de guitarras eléctricas en EE.UU.”. El proyecto, que se plantea como una obra interactiva que se acompañará de material audiovisual, saldrá al mercado estadounidense en 2016.
Tal es la pasión de Baños por las guitarras antiguas que en la actualidad mantiene Nachoguitars, un negocio especializado en la elaboración de réplicas de estos instrumentos con clientes en Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Italia o Alemania. “Fabrico de forma artesanal (con las formulas originales) unas 30 guitarras eléctricas al año y dedico un gran esfuerzo en trabajar todos los detalles para reproducir las especiales características de un instrumento añejo, no solamente en el look sino también en el tacto y el sonido”, explica el especialista.
El proceso de investigación que ha llevado a cabo Baños le ha permitido conocer personalmente a algunas leyendas de la guitarra como John Beland (guitarrista de Ricky Nelson), Redd Volkaert (guitarrista de Merle Haggard) o G.E. Smith (guitarrista de Bob Dylan). En el caso de Billy Gibbons, miembro de ZZ Top y actor en la serie televisiva Bones, les une un vínculo especial. “Con el tiempo nos hemos hecho buenos amigos. Tanto a él como a su mujer les gusta mucho España en general y Valencia en particular, así que siempre que pueden vienen a vernos. Mis hijas ya están acostumbradas a ver al tío Billy por casa. Para mí ha sido algo increíble que uno de mis ídolos guitarreros de mi juventud se haya convertido en mi amigo”, expresa.
Además de coleccionista e investigador, Baños desarrolla también su carrera como músico desde hace 15 años en la banda Tres Hombres, con los que ha grabado cinco discos y en la actualidad prepara nuevos temas. Sobre el panorama musical en Valencia, el coleccionista afirma que “después de tantos años ya nos conocemos un poco todos. Somos como una vieja familia bien avenida. Pero no suelo ir a ver los conciertos de mis amigos. Por motivos de trabajo suelo viajar bastante, así que cuando llegan los fines de semana aprovecho para estar con la familia. Además uno ya tiene una edad y no suelo ir muy sobrado de energías cuando llega el viernes, por lo que intento dosificarme y apuntarme solo a los planes verdaderamente especiales”.