La cantante catalana, que hace sólo un año debutó en YouTubecon un remix de Rihanna, hoy graba con productores de USA y Francia. El sábado 29 en Las Naves junto a Bea Pelea
VALÈNCIA. Ha pasado poco más de un año desde que Alba Farelo subiera a YouTube aquel vídeo en el que revisionaba del ‘Work’ de Rihanna. ‘Pai’, con letra completa en catalán, era la presentación de Bad Gyal: un mix a cargo del valenciano Fake Guido con un videoclip protagonizado por Farelo, que aparecía cantando en el zócalo de una peluquería india, lavándose los dientes en el baño y dentro de una bañera con unos vaqueros y una camiseta del Paris Saint-Germain. Aquel vídeo acumula hoy más de un millón y medio de reproducciones. YouTube, esa especie de termómetro social de la música, fue la rampa de salida de Bad Gyal; como lo ha sido -y lo es, hasta que alguien diga basta- en los últimos tiempos y en diferentes sectores.
El perfil de Bad Gyal en YouTube es su biblia actualizada: vida y obra del momento. Fácil de consultar. Difícil de malinterpretar. ‘Indapanden’ -un vídeo de presencia 100% femenina- y ‘Leiriss’ fueron las continuaciones apenas un mes después. Sus penúltimas letras en catalán antes del cambio al castellano tuvieron su epitafio el 23 de mayo de 2016: “No parlu b angles pro catala tmpoc” (sic), firmaba en la descripción de ‘Leiriss’, un videoclip en el que hacía acto de presencia en la orilla de una playa sosteniendo un madero prendido. Inglés y catalán sobre una canción con todos los elementos necesarios como para que en los comentarios ya la simplificaran con el título de “la Khaleessi del trap”: la base de Fake Guido y un universo lírico que viajaba entre el cliché (“I just started counting money i see there's no end”) y lo que estaba por venir justo por la puerta de atrás (“Leiris, you must keep your head up, you must be yourselves, cap de tots aquests nois us portara al cel”).
En julio llegaba el vídeo del cambio. El del autotune. El del dancehall definitivo. El del do it yourself. “Penses que sóc així, no saps de mi, m’ho fet molt fi, tot fet per mi”, cantaba en su último tema en catalán y castellano. En ‘No Pierdo Nada’, Farelo seguía con su autoempoderamiento: ella se lo hace todo. Como metáfora, en un vídeo en el que se dejaba ver junto a un póster de Al Pacino en Scarface, se tatuaba ella misma. Cuatro vídeos en cuatro meses que hoy, un año después, recogen más de cinco millones y medio de reproducciones entre todos. Lo que viene a continuación te sorprenderá.
Si hay algo de lo que no se pueda acusar a Bad Gyal es de que su crecimiento no haya sido progresivo; y eso se refleja tanto en el apartado meramente musical como en el audiovisual. Al contrario de lo que sucede con casos tan particulares como el del proyecto valenciano-catalano-uruguayo de Muevelo reina, que empezó estética y musicalmente arriba desde el primer momento, el reconocimiento en YouTube acaba por granjear, poco a poco, las herramientas suficientes como para enriquecer el producto si las cosas salen como tienen que salir.
Su quinta entrega en la plataforma de vídeos era una pieza mucho más refinada que sus anteriores trabajos. Si bien bebía de las mismas fuentes y explotaba los mismos elementos del universo Bad Gyal -que es, fundamentalmente, el del dancehall y el reguetón-, todo en ‘Mercadona’ disfrutaba de una pátina menos amateur y más profesional: dinero, baile y sensualidad como pilares de un producto que empezaba a asomar su verdadero potencial al margen de Internet. De hecho, aquel vídeo era el avance de su primera colección oficial: la Slow Wine Mixtape -cuyo tracklist anunciaba en el apartado transitorio de Instagram en septiembre-.
Aquella especie de reguetón sintético vestido de suavidad y autotune adelantaba lo bueno que estaba por llegar. Slow Wine era justo lo que necesitaba Bad Gyal: una mixtape, algo tangible, sobre la que apoyar todo lo intangible que estaba cosechando en Internet. La colección, entre los ritmos caribeños y latinos, el dancehall e incluso ecos de mákina, le dio una base palpable con la que enfrentarse a la vieja escuela. Slow Wine contaba con la participación de Fake Guido, pero también con otros nombres como Plata o King Doudou (Dengue Dengue Dengue); con el francés firma‘Fiebre’, una pista de baile en sí misma difícil de discutir.
La mixtape recogía también la colaboración de Ms. Nina, coetánea del reguetón y representante más sólida del trap nacional. El rap de ‘Despacio’ es sólo la punta del iceberg del ideario de Bad Gyal: independencia, dinero, trabajo y control absoluto de sus decisiones. “Soy independiente, yo tengo trabajo”, cantan en ‘Despacio’ y no es casualidad que le siga ‘Dinero’, en la que Farelo asegura que se gana su dinero y matiza: “si yo te doy mi culo es porque te lo quiero dar, esto para ti es una ganga”. “Yo creo que mi música, simplemente escuchándola, ya sabes que no es trap (…) en mi caso en concreto puedes ver que no es trap, ni por las letras ni por las instrumentales”, explicaba hace no demasiado en una entrevista a WAG1 Magazine. Sobre todo por las letras.
Poco después de sacar a la luz aquella mixtape, en noviembre del año pasado, Bad Gyal llenó Costello en su primera visita a Madrid. Días después veía la luz el vídeo de ‘Fiebre’, un retorno a los inicios -con lata en mano- que va por los dos millones y medio de reproducciones. Desde entonces, todo se ha acelerado aún más. Conciertos en Londres, Roma y también en Praga, y presencia en festivales como el Sónar y el Festival Internacional de Benicàssim, donde reunió a más gente que nadie en el escenario South Beach.
La sucesión de acontecimientos en 2017 es vertiginosa, pero la policía de la moral musical no descansa nunca y sólo retrocede si ve músculo. Bad Gyal lo tiene. A la participación en Sónar y FIB ha añadido no hace demasiado la creciente presencia en medios internacionales merced a su trabajo con Dubbel Dutch, productor norteamericano que, entre otros, ha unido su nombre al de Popcaan, uno de los más importantes representantes del dancehall jamaicano actual. Todo esto ha provocado el hito indirecto más surrealista de Bad Gyal y que consiste en haber llevado Mercadona a Pitchfork, donde mencionan su canción en la reseña de ‘Jacaranda’, su tema con Dubbel Dutch.
El último paso de la cantante de 20 años con actitud de no importarle nada una mierda envuelta en auto-tune sedoso, tal y como la definen en Pitchfork, es la sublimación de su trayectoria. El videoclip de ‘Nicest Cocky’, producida por Paul Marmota (exmiembro del sello mexicano NAAFI), cuenta con la participación de dos referentes nacionales de la elaboración de productos audiovisuales: CANADA y Roger Guàrdia, responsable desde la dirección de los videoclips de Mourn, Delorean, Mates Mates o Battles. La experiencia de ‘Nicest Cocky’ resulta especialmente radical si se precisa que, entre la bañera a medio llenar con vaqueros y la camiseta del Paris Saint-Germain y el vídeo con CANADA, apenas ha pasado un año. Y este puede ser el problema más serio que Alba Farelo pueda tener que afrontar prematuramente; lo que decía la pintada de aquella foto del Flaco: en miqueta de sort, no arribaràs mai.
Bad Gyal actuará este sábado 29 de julio a partir de las 21:00 en Las Naves junto a Bea Pelea.