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La artista abre en Bombas Gens la que es su primera exposición en España
VALÈNCIA (EP). La pintora alemana Irma Blank se estrena con su primera exposición individual en España, en Bombas Gens, en la que "libera" el lenguaje de la palabra y le da un significado abierto a la interpretación de cada uno, mediante un recorrido por toda su obra desde los años 60. Blank forma parte una producción en colaboración con las instituciones internacionales Culturgest (Lisboa), MAMCO (Ginebra), CAPC (Burdeos), CCA (Tel Aviv), ICA (Milán) y Museo Villa Dei Cedri (Bellinzona) que lleva en marcha desde 2017 y ahora recala en València hasta el 20 de marzo.
Esta muestra pretende "iluminar" el legado de una artista que creó un lenguaje único y convirtió sus trazos en escritura universal. Una pintora que decía que la transcripción era una forma de incorporar su mundo a un libro, como "comerse un libro", y que pensaba que las palabras son "fósiles del pasado". Así han definido a Blank las comisarias del proyecto, Joana Neves y Johana Carrer, en la presentación en Bombas Gens junto a la directora artística del museo, Sandra Guimarães; la vicepresidenta de la Fundació Per Amor a l'Art, Susana Lloret, y Vicent Todolí como asesor de esta colección que cuenta con dos de sus obras.
Desde sus primeras creaciones con la serie Eigenschriften (1968) hasta la más reciente, Gehen (2018), la exposición se adapta al espacio "monumental e íntimo" de Bombas Gens y descubre cómo la artista despoja al lenguaje de su significado y le da un valor propio y "radical" que no está vinculado al entendimiento.
Su obra se basa en la idea de un "libro infinito" con páginas arrancadas e imposibles de recomponer, a través de la acumulación de dibujos y pinturas en forma de página. A partir de ahí, Blank se centra en la escala oscilante entre la línea de escritura y lectura y la página ampliada, un ritual que entiende el proceso artístico como registro de tiempo y vida. Irma Blank trabaja de manera "obsesiva" sobre superficies como papeles, lienzos, paneles o libros y materiales que van de tinta a bolígrafos, acuarelas, pinturas al óleo o acrílicos. Fue una artista que decidió viajar muy joven desde su Alemania natal a Sicilia y se encontró con un choque lingüístico y un aislamiento que le hizo repensar el significado de las palabras.
Precisamente, el asesor de la fundación la descubrió en una galería de Italia y decidió adquirir dos de sus obras. "Esta colección está haciendo historia, porque no hay una historia del arte: son historias del arte", ha proclamado Todolí, mientras la vicepresidenta de Per Amor a l'Art ha destacado el deseo de internacionalizar la colección y "no pasar de puntillas" por el trabajo de un artista. A lo largo de su carrera, Blank emigró a Milán y allí cambió su obra, empezó a exponer y encontró su lugar al igual que las mujeres de su época. "Aunque no se defina como feminista, para ella era muy necesario crear su espacio", han explicado las comisarias.
Entre las obras, que llenan las naves 3 y 4 de Bombas Gens, destacan las del ciclo Radical Writings (1983-1996) donde combina el gesto de la línea con el acto de la respiración constante que grababa exhalando ella misma, como el conjunto Gesetztafel (1993) de siete pinturas de unos dos metros de altura. Otras de sus facetas son la de los libros realizados a mano, más de cien a lo largo de su carrera, o la de los lienzos cubiertos con líneas circulares en la serie Horizont (2007). Esta es la única de su carrera basada en el gesto circular, ya que el resto sigue la dirección de la línea de escritura.
De hecho, Blank quiso volver a la simplicidad del dibujo a mano a través de la grabación de unas manos golpeando un teclado, pero también fue más allá con una de sus creaciones más espectaculares: una instalación colgada del techo que es visible desde todos los lados y se completa con escritos de su puño y letra en tres idiomas. El color encuentra su espacio en la exposición con su ciclo Germiazioni (1982-1983), breve pero sorprendente, en el que examinó el peso de la pintura dorada junto a ligeras acuarelas en púrpura, verde, azul y gris plateado. Como colofón, Blank concluye con sus últimos trabajos: la serie Global Writings (2000-2016), en la que ideó un alfabeto de ocho consonantes, y su ciclo Gehen-Second Life (en desarrollo desde 2017) con el que se enseñó a dibujar a sí misma con la mano izquierda tras perder la movilidad del lado derecho del cuerpo por un problema de salud.
"En tiempos de incertidumbre, Irma Blank une la vida y el arte y cuestiona lo que significa estar vivo", ha resumido la directora artística. La exposición, enmarcada en la pintura abstracta de la colección, va acompañada de un catálogo de más de 300 páginas traducido a valenciano y castellano.