VALÈNCIA (EFE/Carla Aliño). Parte del patrimonio cultural valenciano que albergaban tres museos arrasados por la dana del pasado 29 de octubre empieza a "revivir" y "recuperar su color" dentro del Museu Valencià d'Etnología (ETNO) gracias los minuciosos trabajos que restauración que realizan técnicos de la Diputación de Valencia. Este museo, en pleno centro histórico de València y dedicado a recoger, estudiar y difundir todo lo relacionado con la cultura popular y tradicional valenciana, y que en 2023 fue premiado como mejor museo europeo, trabaja, en colaboración con el Museo de Prehistoria, sobre más de 200 piezas dañadas procedentes del Museu de la Rajoleria de Paiporta, el Museu del Palmito de Aldaia y el Museu de la Festa de Algemesí.
En concreto, se está actuando en más de un centenar de piezas de los museos de Rajoleria (unas 80) y de la Festa, y en un centenar de abanicos del museo de Aldaia, desde donde este viernes ha llegado una segunda remesa de 60 piezas para poder ser recuperadas, en vista del éxito obtenido con el primer lote.
En una entrevista con la Agencia EFE, el director del ETNO, Joan Seguí, explica que en el caso de los abanicos, que son las piezas más delicadas, las cosas "se ven ya de otro color", pues los primeros días fueron "muy duros" y el trabajo parecía "infinito", mientras que ahora las piezas están "reviviendo". Al frente de esta actuación está Ana Serrano, una experta restauradora cuya tesis se centró en la conservación y restauración de abanicos, quien desde el primer momento se ofreció para llevar a cabo esta tarea y cuyo trabajo está logrando grandes avances.
Desde el pequeño laboratorio que ocupa en el Centro Cultural La Beneficencia, Serrano limpia, recupera, restaura, repara y protege decenas de abanicos de diversos materiales, entre los que se encuentran algunos con plumas o con papel, elaborados en los siglos XVIII, XIX y XX. Según señala a EFE, el panorama que encontraron tras la dana fue "desolador" y algunos abanicos estaban en unas condiciones lamentables, hechos "una bola de barro", pero con paciencia y muchas horas de trabajo ha logrado que todos los que han pasado por sus manos recuperen, prácticamente, su estado original.
El diputado de Cultura de la Diputación, Paco Teruel, apunta que recuperar todo este patrimonio requiere de tiempo y paciencia, pero defiende la importancia que tiene este trabajo, pues "es historia de nuestro pueblo" y de esos pueblos, en concreto, donde se exponían estas piezas. El director del ETNO estima en dos o tres años el tiempo que costará restaurar todas las piezas, y destaca el esfuerzo que están haciendo las instituciones, que cree que deben buscar un equilibrio entre el tiempo que hay que dedicar a esta labor y el que deben prestar a sus tareas diarias.
Otra de las colecciones que está restaurando el ETNO es la del Museu de Rajolería de Paiporta, un espacio que quedó completamente inundado por la riada, al encontrarse instalado en un sótano, destaca Seguí.
Aunque los trabajos son algo más sencillos que con los abanicos por el tipo de material que se tiene que tratar, tampoco será algo que se logre "de hoy para mañana" y son varios los restauradores que trabajan en la limpieza y recuperación de estas piezas en el almacén que el ETNO tiene en Bétera.
El ETNO también trabaja con el Museu de la Festa de Algemesí, en el que las consecuencias de la riada han sido menores que en los otros dos espacios, pero que tiene algunos 'ninots' de falla o piezas de indumentaria festiva que se han visto afectadas por cuestiones de humedad, un problema que no se ve pero que es "difícil de atacar".
Tanto Seguí como Teruel destacan que restaurar las piezas es la primera fase de un proceso que deberá ocuparse también de recuperar los espacios expositivos de esos museos. "No solo hay que restaurar las piezas, hay que es restaurar el discurso museográfico", afirma el diputado de Cultura.
Por ello, desde el área de Cultura de la Diputación, y a través del ETNO, se aprovechará la línea de subvenciones destinada a los museos de la 'Etnoxarxa' para abrir una línea de ayudas específica para que estos centros puedan empezar a plantearse rehacer sus exposiciones permanentes.
Paco Teruel asegura que la gente aún no es consciente de todo lo que ha pasado y de la afección tan "brutal" que ha dejado la dana en todos los aspectos, y advierte de todo lo que se ha perdido en los archivos municipales afectados por esta catástrofe. "Eso será muy difícil de reponer y de poder restaurar lo que se pueda restaurar", lamenta, y destaca la colaboración que mantiene la Diputación de Valencia con la Generalitat y con el Institut Valencià de Conservació, Restauració i Investigació (IVCR+i) para recuperar el patrimonio dañado.
El jurado ha valorado la calidad en la estructura, la redacción del texto y la claridad en la presentación de los contenidos. Igualmente, se ha valorado el estudio de un material "escasamente difundido" y la voluntad del autor de incluir otras comarcas, más allá de la Marina, dando así un planteamiento "más transversal" desde el punto de vista territorial
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