Qué pedirías tú para un centro histórico de València… con habitantes

VALÈNCIA. Lo bueno de cómo funciona el centro histórico de València es lo mismo que lo malo: se parece demasiado a los de la mayoría de ciudades, con dinámicas casi idénticas que apenas tienen particularidades locales. Esa homogeneización de las calles poco tiene que ver con que a los ciudadanos valencianos (meninfots, dice tu cuñado) les sople el viento de poniente y consuman poco donde consumían sus padres. 

Las arquitectas Ana Beltrán y Eva Sanjuán (Correoviejo), que de alguna manera hace años que vieron venir la necesidad de que Ciutat Vella tuviera vida propia a partir de su valor estratégico, dan tres ideas básicas:

• “Los centros históricos han sido y deberían seguir siendo multifuncionales, ya que en ellos conviven o convivían funciones residenciales, comerciales, administrativas, monumentales…”
• “Ahora no encontramos esa diversidad. Vemos cómo cada vez se cierran cada vez más comercios, con la perdida de servicios que conlleva para los residentes, y se abren apartamentos turísticos en sus plantas bajas. El motivo es obvio; las rentabilidades económicas que ofrecen los apartamentos turísticos, debido a su gran demanda, son muy superiores a cualquier otro uso”
• “Los usos turísticos en exclusiva ahogan la esencia de su historia y lo convierten en un espacio sin identidad”

La discusión sobre el turismo acaba siendo una trampa en sí misma desde el propio momento en que estampa contra la pared: los amplios debates sobre el color de los turistas (y de su dinero) no deja margen ni agenda para lo más importante: quién habita, quién se supone que se beneficia de que haya más o menos incrementos turísticos. 

Por ello, y a modo de primer escaparate de voces, pido a algunos conocedores del día a día del centro qué propondrían para incrementar los puntos de afinidad con la ciudadanía local. El siguiente es un hilo desencadenado de ideas -únicamente eso- destinadas a abrir posibilidades de acción.

Instrumentos para agilizar la gestión ciudadana

Por Eva Sanjuán y Ana Beltrán (Correoviejo):

• “Es necesaria una entidad que promueva y facilite las ideas que nacen de los propios ciudadanos”.
• “Buscar una rentabilidad que derive a largo plazo en rentabilidad social, cultural y patrimonial, que es lo que conseguirá que los centros históricos recobren su vida y le devuelva la identidad al barrio”.
• “Plantear usos que no tengan que ser fijos y estables, podrían ser espacios más dinámicos y abiertos, que puedan dar cabida a usos más variados a lo largo del día. Espacios con capacidad multifuncional”.

Incentivar y acompañar los usos residenciales

Por Irene Benet (arquitecta) 

• “Incentivar fiscal y socialmente el uso residencial de las viviendas. Reducción del IBI, ayudas en reformas y rehabilitación en edificios para primera residencia”. 
• “Fomentar el uso de las viviendas para familias con alquileres de larga duración y una limitación del máximo de renta. 
• “Mejoras en el ámbito de movilidad real, con una frecuencia de transporte público suficiente y posibilidades de un aparcamiento real para residentes y con precios dignos y o con subvenciones si van asociados a un empadronamiento al barrio”.
• “No limitar el tamaño máximo de las superficies de los negocios, puesto que se ha demostrado que no llevan a ninguna parte, y solo hacen que llenar el centro de pequeñas tiendas de souvenirs, franquicias o tiendas que están en constante traspaso sin dar un servicio real a los vecinos. Dar beneficios y facilidades a los negocios tradicionales y a los de servicios de primeras necesidades”.

Provocar nuevos espacios de conexión

Por Maria Donnini y Maria Grifo (Pianopiano) 

• “Buenas plazas muy resueltas y de calidad espacial y material. Puede que se haya dirigido la mirada demasiada hacia las grandes plazas que por su parte monumental se convierten en turísticas, abandonando aquellas otras que, de manera menos planificada y conformando espacios de una escala acotada y relativamente delimitados por la sombra de los árboles o de un muro, podrían ser el lienzo sobre el cual surgieron nuevas formas de utilización, de comunicación, de relación y de convivencia”.
• “Espacios de barrio, de pertenencia y de fomento de la cohesión más allá de las Fallas. ¿Hay una red de fiestas o de espacios sociales de reivindicación? Poder ofrecer espacios públicos, como por ejemplo una biblioteca con un horario más extenso que el actual o abrir las escuelas en un horario más allá del escolar, permitiría favorecer esta cohesión, que por ahora nos parece inexistentes”.

Recuperar la afinidad con el centro a través de la música 

Mario Ballester (Discos Oldies)

• “Hay espacios en el centro de València que serían ideales para llevar a cabo algún ciclo de conciertos con los cuales apoyar y visibilizar la efervescente escena local. (…) Las bandas locales emergentes necesitan espacios donde darse a conocer y crecer. Y la Plaza del Patriarca, el Mercado de Colón o la Plaza de la Merced ya saben el que es acoger conciertos, aunque sea de manera esporádica. Hay mucha gente joven formando grupos, y muchísima más yendo a sus conciertos. Veo una unidad y pasión preciosa en estas generaciones”.

Palacios para el uso ciudadano 

Pablo Camarasa (Fran Silvestre Arquitectos)

• “Seguir ejemplos como el del Museumsquartier en Viena, con nuevos volúmenes en el patio interior (hoy son el Mumok y el Leopold Museum) y con una librería que es hoy un punto de referencia en la ciudad, una cafetería, una tienda y un archivo, el Arkitekturzentrum, que no sólo es un lugar para consulta; también tiene una vertiente educativa muy interesante. Además, el patio se ha convertido en lugar de encuentro, zona de lectura y espacio para la celebración de conciertos. 
• “Si bien en Valencia no hay un espacio de estas dimensiones dentro del propio casco histórico, sí se pueden extrapolar algunas ideas: recuperar alguno de los palacios urbanos o grandes casas en desuso para convertirlo en un archivo de referencia, o incluso en un espacio educativo que esté vinculado a la universidad. En este sentido, pongo como ejemplo el Instituto de Historia de la Medicina y de la Ciencia López Piñero en el Palacio de Cerveró, que creo que además de permitir la recuperación y uso de un edificio histórico, también contribuye al dinamismo de la plaza en la que se encuentra. Su zona de influencia es muy pequeña, por eso lo que planteo es una intervención más de microcirugía que no el desarrollo de un plan general”.