VALÈNCIA. "De acuerdo con el Consejo de Ministros y a propuesta del de Instrucción pública y Bellas Artes, vengo en nombrar Director general de Bellas Artes de este Departamento a D. José Renau Berenguer. Dado en Madrid a nueve de Septiembre de mil novecientos treinta y seis. Manuel Azaña (sic)". De esta manera la Gaceta de Madrid anunciaba el nombramiento del valenciano, una de las figuras claves del periodo republicano. Profesor de dibujo de la Escuela de Bellas Artes San Carlos, responsable de que Picasso creara el Guernica –habiéndolo encargado para la Exposición Internacional de París- y artista por derecho, el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) recorre en su biblioteca aproximadamente ochenta documentos procedentes de los fondos del IVAM y del Archivo Fundació Renau, una muestra comisariada por la conservadora del museo Irene Bonilla bajo el lema Josep Renau y la Segunda República.
La exposición abre con una bandera republicana pintada por Renau, un punto de partida curioso en un día en el que el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Juan Carlos Moragues, ha declarado su intención de llevar a los tribunales a los ayuntamientos de la Comunitat que exhiban banderas republicanas el próximo 14 de abril. Casualidades aparte, la muestra abarca la trayectoria del valenciano Josep Renau desde 1931 hasta el fin de la contienda civil “con el objetivo de mostrar a través de fotografías, libros, manuscritos y revistas procedentes del Archivo Renau y de los fondos del IVAM el papel de Josep Renau y su riqueza artística”, indicó el director de la pinacoteca, José Miguel García Cortés, durante la presentación de la exposición. Esta no es la primera vez que el museo trata este periodo histórico con motivo del ochenta aniversario de la capitalidad valenciana, habiéndose sumergido en él con La presencia y la ausencia de Xavier Arenós, aunque sin duda en esta se muestra de una manera más explícita.
Entre las piezas, algunas curiosas que salen del discurso general como su serie de carteles de cine o una representación de la serie temática de fotomontajes ‘Amor Humano’ de la Revista Estudios, en los que aboga por la legalidad del aborto. “Este proyecto expositivo es un homenaje a uno de los intelectuales más importantes del siglo XX […] Desempeñó un papel fundamental para que el pueblo español salvara su patrimonio artístico con el traslado de las obras del Museo del Prado. Su papel es muy importante para entender la España de la primera mitad del siglo XX”, indicó Cortés. Si su producción es importante, también es su papel decisivo para que se ejecutara una de las piezas clave de la Historia del Arte de España. Durante su periodo como director general de Bellas Artes ciertamente su ritmo como creador bajó, tal y como él mismo reconoció en Arte en peligro 1936-1937, un periplo de dos años dedicado a salvaguardar, conversar y evacuar las valiosas colecciones artísticas trasladadas desde Madrid hacia la nueva capital, València, antes de los bombardeos.
Entre las medidas de promoción de la República, se incluye la participación en la Exposición Internacional de París de 1937 en la que se presenta el Guernica de Picasso, comandado por Renau expresamente para el evento. La muestra incide en esta cuestión a través de las fotografías con las que Dora Maar recogió, entre el 1 de mayo al 4 de junio de 1937, la evolución del cuadro. “La muestra presenta por primera vez juntas la revista valenciana Nueva Cultura, en la que se publicaron por primera vez en el mundo dichas fotografías, y poco después en la revista francesa Cahiers d’Art ”, indicó la comisaria. Ya en 1938, Renau fue nombrado Director de Propaganda Gráfica y acogió a muchos creadores como Mauricio Amster o Pérez Contel. “Fue una nueva época en la que Renau recupera parte de su creatividad, aporta novedades estilísticas y reflexiona sobre nuevos formatos de promoción y difusión de la República”, afirmó Irene Bonilla. La muestra también reflexiona sobre el valor que dio Renau a la publicación de carteles y folletos para comunicar los avances de la República, la celebración del II Congreso de Escritores Antifascista en Valencia o la carpeta de grabados de Picasso Sueño y mentira de Franco, que se vendía en la librería del Pabellón Español.
Aunque parece imposible desligar la producción del artista del ámbito político y social, una de las facetas que destaca la muestra es la de cartelista de cine, un camino que recorrió de la mano de la productora independiente Cifesa, fundada en València en 1932. Centrada en las películas de acuerdo a los gustos populares, fue en 1933 cuando consiguió la exclusividad para distribuir en España las películas de Columbia Pictures. Si en un primer momento Cifesa se dedicaba exclusivamente a distribuir el material de Columbia, pronto comenzó a producir sus propias películas. Fue en diciembre de 1934 cuando Renau firma un contrato en exclusiva con la productora para diseñar sus carteles, una fructífera carrera que dio lugar a modernos diseños donde destacan las tintas planas y los dibujos geométricos como en La mujer X (1935), El noveno huésped (1934) o Mi debilidad (1936).
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