RÍO DE JANEIRO (EFE). El Museo del Mañana, cuya edificación fue diseñada por el arquitecto valenciano Santiago Calatrava, abrirá sus puertas al público en la ciudad brasileña de Río de Janeiro el 19 de diciembre tras cinco años de construcción, informaron hoy sus responsables.
Este centro cultural de motivación científica ofrecerá alrededor de 30.000 metros cuadrados de salas, jardines, espejos de agua y áreas de ocio, que mostrarán al público el poder del hombre para cambiar el mundo, ya sea mediante la alteración del clima, la degradación de los ecosistemas o la interferencia en la naturaleza, así como el legado que está dejando de cara al futuro.
"La idea es que el museo no sea una casa que recolecta obras de arte sino un centro que investiga y profundiza en las ciencias que miran hacia el mañana y muestran los distintos escenarios a los visitantes, para provocarles una reflexión sobre las acciones de ellos hoy", explicó a Efe la gerente del proyecto, Deca Farroco.
El museo de diseño moderno de Calatrava será una de las principales atracciones en la remodelada Plaza Mauá, ubicada en el centro de Río de Janeiro y vecina a los muelles del puerto de la ciudad, junto con el Museo de Arte de Río.
Su edificación proyectada hacia el mar forma parte, junto con otras instalaciones como el futuro Acuario de Río de Janeiro, del proyecto Puerto Maravilla, con que el Ayuntamiento carioca se propuso revitalizar el puerto de la ciudad, siguiendo el ejemplo de Barcelona y Buenos Aires, de cara a los Juegos Olímpicos que organizará en agosto de 2016.
Aunque el diseño es originario de Calatrava, la construcción fue realizada por un consorcio de empresas brasileñas bajo la dirección del Ayuntamiento de Río de Janeiro, que desarrolló el proyecto de la mano de la Fundación Roberto Marinho.
El Museo del Mañana hospedará de manera permanente una exposición dividida en Cosmos, Tierra, Antropoceno, Mañana y Nosotros, de la que se derivarán 53 experiencias diferentes, entre vídeos, juegos, presentaciones interactivas y fotografías.
El crecimiento de la población y el aumento de la longevidad, los modelos de consumo, la manipulación genética y bioética o el avance de la tecnología serán algunos de los temas que los visitantes podrán encontrar en el museo, que cuenta como comisario de exposición al físico y doctor en Cosmología Luiz Alberto Oliveira.
Asimismo, ofrecerá espacios reservados para exposiciones temporales de menor tamaño con la temática del futuro del mundo y de la humanidad como factor común, un laboratorio de empresas en las que los interesados puedan exhibir proyectos, un auditorio o un observatorio con información constantemente renovada sobre investigaciones relacionadas con la temática del museo.
El contenido del museo ha sido desarrollado por un equipo con más de 30 consultores brasileños e internacionales de diversas áreas, como el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Massachusetts Institute of Techonology (MIT).
Las autoridades del centro esperan que reciba un promedio de 450.000 personas al año, con los niños como principales implicados (9.000 estudiantes por año de media).
Con las medidas que adoptó para consumir el mínimo de energía posible, el Museo del Mañana busca obtener la certificación LEED (Liderazgo en Energía y Proyecto Ambiental) concedida por Green Building Council (USGBC), por su arquitectura sostenible y por la utilización de recursos naturales como el agua de la Bahía de Guanabara o el uso de placas solares.
Este edificio pretende compensar sus emisiones de dióxido de carbono (con un cálculo previsto de 415 toneladas al año) mediante la compra de créditos de carbono de pequeñas empresas sostenibles de Río de Janeiro y ofrecerá a sus visitantes la posibilidad de calcular sus propias emisiones y comprar créditos de carbono de los proyectos seleccionados por la plataforma "Reduzca y Compense CO2".
Santiago Calatrava expandeix la seua pràctica ara cap a Orient. L’agenda per al 2021 de l’arquitecte es concentra als Emirats Àrabs, mentres van descartant projectes a Europa i els Estats Units