GANADORA DE LA SECCIÓN 'AMALGAMA' DE LA CABINA

‘Simba en Nueva York’ o cómo Disney ha construido a la sociedad americana

El joven director alemán Tobias Sauer, de 26 años, gana el premio de la sección dedicada al documental y experimental con un ensayo audiovisual sobre el sueño americano a través de antiguas películas caseras estadounidenses compradas al alzar en eBay

26/11/2017 - 

VALÈNCIA. Una formación de majorettes desfilando sonrientes, un político saludando al público desde los asientos de un descapotable rojo, un señor disfrazado de mujer bailando en el comedor de su casa, una función escolar de niños disfrazados de indios, una bebé llorando a moco tendido, un señor con velas de cumpleaños encendidas en el interior de las orejas… Una enorme amalgama de escenas caseras cotidianas estadounidenses se yuxtaponen en ‘Simba en Nueva York’, la película del director alemán Tobias Sauer que compite en la sección experimental del Festival de mediometrajes La Cabina.

En sus 31 minutos, la película mezcla las vivencias personales del director, fascinado por las películas de Disney en su infancia, con un ensayo visual donde analiza de forma crítica la influencia del emporio de Mikey Mouse. “El inicio de la película cuenta mi propia historia, de hecho, el audio con el relato de ‘Simba en Nueva York’ que se oye en la película soy yo mismo, me grabé cuando tenía 6 años. Pero después he añadido algunos detalles de ficción hacia el final”, explica su director, Tobias Sauer. 

Inició en 2012 sus estudios de Comunicación Audiovisual en una academia de arte en Kasel (Alemania), a sus 26 años, Sauer ha grabado ya varios cortometrajes experimentales y de ensayo en los que también ha incorporado elementos de la factoría Disney como ‘Football magic Donald Duck’ donde pone al pato Donald a jugar al fútbol. La visión crítica, transgresora e innovadora del sueño americano ha hecho que ‘Simba en Nueva York’ sea finalista en los Lichter Art Award 2017, festival internacional de cine de Frankfurt (Alemania). 

No sé por qué me atraían tanto los personajes de Disney. Quizá porque son huérfanos o medio huérfanos y me sentía identificado con ellos. Y quizá por el mensaje individualista que tienen muchas de esas películas, habitualmente el “cree en ti mismo” o “todo el mundo puede ser exitoso solamente trabajando lo suficiente”, explica el director. El metraje, parco en música y efectos, incluye una voz en off que analiza a modo de ensayo cómo la sociedad americana y Disney se han influenciado entre sí. 

Las películas que componen el montaje, compradas por el autor en eBay al azar, le han servido también como material sobre el que reflexionar. “Compré cerca de 20 cintas de super 8 y de 16 milímetros. Algunas eran de tres minutos y otras más largas. Puedes encontrar muchísimas en internet y muchas tienen descripciones, pero otras no y las compraba en bloque sin saber qué contenían. Ha sido interesante trabajar con un material nuevo: a veces buscaba imágenes para el texto de mi reflexión y otras veces eran las imágenes las que han influenciado mi visión y mi texto”, detalla. 

En el mediometraje los inesperados actores miran a cámara y se muestras desinhibidos ante un espectador que suponen conocer, lo que ha llevado a Tobias Sauer a plantear un metaensayo sobre el cine. “Tengo cerca de 17 horas de descartes. Decidí hacer así la película porque intentaba buscar imágenes que no hubieran sido utilizadas antes y si hubiera ido a buscar a una galería no lo habría encontrado, probablemente. Es mucho más emocionante describir la película así, hablando sobre las propias películas y sobre la gente que usa las películas ‘amateur’ para expresar su individualidad: En estas películas, las personas usan su casa como estudio, su salón como cine y su familia como espectadores”, detalla. 

En el peculiar montaje de la película, Sauer conecta imágenes con reflexiones, presentando vídeos de familias bebiendo té con reflexiones sobre el movimiento ultraderechista del Tea Party o conectando incluso clips de cintas caseras y películas de Disney en las que el movimiento de los personajes es similar. “La influencia de Disney actualmente se ha diversificado mucho. Tienen un montón de otras propiedades como Marvel o Star Wars y han aumentado mucho su emporio. Pero realmente no hay ninguna compañía mediática que tenga ahora mucha más influencia que las demás”, asegura. 

Los personajes femeninos de los vídeos que Sauer utiliza aparecen en el contexto de la casa o el cuidado de los niños y las contrapone con los personajes femeninos de Disney. “La percepción de las mujeres ha cambiado a lo largo de los años. La Cenicienta era una de las primeras princesas Disney que solo limpiaba la casa y lo único que quería era un príncipe. Pero poco a poco han intentado mejorar los personajes femeninos, sobre todo porque vieron que los anteriores eran socialmente problemáticos. La representación de Pocahontas como personaje femenino de los nativos americanos también es una manera de integrarlas a ellas pero, aunque por un lado quieren mejorar, por otro lo que realmente quieren es vender juguetes a las niñas”, critica. 

El objetivo de su cine no es dar soluciones, sino plantear incomodidades: “Mi película quiere plantear preguntas. Espero sinceramente no haber dado ninguna respuesta fácil a las cuestiones que planteo, es más un: responde tú mismo”.

Las imágenes que utiliza en su película muestran una sociedad individualista, capitalista, consumista, puritana y con el éxito como objetivo. Los enanitos de Blancanieves picando en la mina y asegurando que se harán ricos, la sociedad piramidal del Rey León donde los personajes nacen en una sociedad piramidal y una clase social que les impedirá cambiar de rol. 

¿Cómo imagina Sauer la evolución de la sociedad americana actual a la vista de las películas que se producen actualmente? “Solo espero que la gente pueda ver en Donald Trump los problemas que en el pasado estaban ocultos. Creo que es positivo que se haya hecho visible y se haya aireado algo que estaba ahí y que espero que cree oposición social, protestas y baje su popularidad”. 

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