DE QUÉ BARS, NANO?

Taberna Valear

Chavales, estas últimas semanas me he planteado hacer cosas moralmente muy reprochables con tal de acceder a un bar. Finalmente, gente que no piensa pagarme otra fianza, me convenció de que tal vez sería mejor calmarse un poco y buscar una alternativa

26/02/2021 - 

La Taberna Valear (jueguito de palabras Valencia-Balear) está en lo más céntrico de lo céntrico, en Cirilo Amorós, pegada al mercado de Colón, que curiosamente, ni es un mercado ni está en Colón.

La zona, se ha ido convirtiendo estas semanas en un erial triste lleno de persianas bajadas y carteles de Habitale y Tecnocasa. Algunos bares, muy pocos, ofrecen la posibilidad de que te pilles un almuerzo para llevar o un cortado, pero todos con una mesa en la puerta a modo de bloqueo.

Dos señores con pinta de pensar que Willy Toledo muy progre, pero luego bien que come gambas, están en la puerta tomándose unos cafés en vasitos de plástico. Dentro hay dos camareros, ambos con mascarilla. Me asomo un poco al interior.

- Hola, buenos días. ¿Qué tenéis así almorzable para llevar?

- Todo lo que ves en la carta de la pared.

Efectivamente, en la calle, junto a la puerta, hay una carta enmarcada que tiene desayunos, alguna tapita y un greatest hits de los bocatas más clásicos, del Blanc i negre al Almussafes. Me llama mucho la atención el Paquito, que lleva cordero, berenjena a la llama, sobrasada, salsa mallorquina y espinacas baby. Eso no puede estar malo.


- Ponme medio "Paquito", un pincho de tortilla y un quinto, por favor.

- Un quinto no puede ser.

- ¿Cómo que no? ¿Se me está negando un quinto? ¿Es porque soy negro?

- No, es porque no tenemos. Puedo darte una lata.

- Uf, una lata así por la calle, demasiado fallero. Ponme un cortado si eso.

- Marchando.

Durante los diez minutos que tardó en llegar el bocata, se formó una pequeña cola de gente que iba a por cafés y almuerzos. Las 11 sigue siendo la hora punta, pero hay algo en el lenguaje corporal de quien va a comprar, que es como si fueran a pillar al Cabañal. Se van con el bocata en la bolsa, bajo el brazo, mirando hacia todos lados, como si hubieran hecho algo ilegal.

- Pues ocho cincuenta.

- Con tarjeta.

Me alejo unos metros con mi bolsa, hasta donde veo que puedo quitarme la mascarilla para comer. Abro, miro dentro y...

Oh, fantasía.


Me encuentro con tres pequeños minitapers, uno de aceitunas, uno de cacahuetes con cáscara y uno de tramussos. Faltaba solo un condón. Hay que ser una persona moralmente superior para tener este tipo de detalles. O sea, ofrecer eso para llevar, con el escaso margen de beneficio que tiene que estar sacando esta gente, ya es bien, pero ponerlo EN TRES TAPERS DISTINTOS, pudiendo envolverlo en papel de plata, o ponerlo en un vasito de plástico o algo...¿eso? eso es clase. Isabel Preysler es una chonarra que se graba el "Sálvame" en VHS comparada con esta maravilla de señores.

Despliego el chiringuito sobre un buzón.

Bueno, vamos a por el bocata. He de decir que estoy casi seguro que se les pasó ponerme sobrasada, porque no la noté para nada. El resto es jugosidad y churretazo. Punto además para lo original de la combinación de ingredientes. El cordero está perfecto, la salsa mallorquina (que no tengo ni idea de qué cojones lleva, pero ví como la vertían desde una jarrita, y creo que la base es mayonesa) empapa el pan por ambos lados. Todo es bien, excepto claro, comérmelo apoyado en el capó de un Opel.  Hasta el pan tiene su aquel.

Muerdo bocata, alternándolo con las olivas, coqueteando con una cierta vuelta a la normalidad, como si estuviera en una terraza.

Pedí la tortilla porque me aseguraron que era casera. La pinta es como muy perfecta, redondita, suave, parece que hubieran lijado los bordes. El centro está líquido y maravillosamente babosín. Si por lo que sea no te gusta la tortilla poco hecha por el centro, bueno, pues no pasa nada, lo que tienes que hacer es morirte y así dejas de votar.  La patata  más confitada que frita. Está muy buena...un 7 en escala Alhambra.


Dí buena cuenta de la tortilla y el cortadito, sentado en uno de los cubos de piedra que hay junto a Jorge Juan, porque también me pusieron cubiertos.

Se supone que el lunes ya abren todo esto, pero bueno, si hoy o mañana os da tiempo, pasad a por medio Paquito y una tortilla en el Valear, les echáis un cable y además está que lo flipas.

Valear morghulis a todos.

Goza de amplio aparcamiento.