En una ciudad como la nuestra, en ocasiones, salir al encuentro de un bar de vinos y tapas que nos satisfaga puede ser un deporte de riesgo. No es oro todo lo que reluce.
Y hoy quiero hablarles de una de esas elaboraciones a la que la voy a colocar en el lado de las pepitas de oro. La prueba (ya superada con nota la parte de los vinos y sala que realizó Ferran Salas) toca hacerla en la cocina.
El tataki de picanha de Le Bar de Vins es uno de esas piedras preciadas que tanto nos gusta encontrar, esta vez pulida y adorable.
La picanha es un tipo de corte de carne brasileño, uno noble, en el que se concentran el sabor intenso, la jugosidad y una textura suave. Y Jordi Riera, el cocinero de Le Bar de Vins, lo prepara cuidando al máximo sus cualidades: le quita la capa de grasa que recubre la carne, que marca en la plancha en el momento, aprovechando que está fría, “así se templa por dentro y se origina un sabor de filete recién plancheado”. Sale acompañada por un aliño doble: una salsa francesa con ajos, tomillo, soja y AOVE, más una mayonesa de cebolletas.
El efecto visual ya hace salivar, pero es que saborearla les va a crear un nuevo apartado en la memoria, imborrable, y siempre que vuelvan a Le Bar de Vins van a querer repetir.