'tejer como código abierto', en el ivam

Teresa Lanceta hilvana su mayor exposición en València

6/10/2022 - 

VALÈNCIA. Imagine una sala de museo moderno. Con mucha probabilidad, la imagen que le venga a la cabeza sea la de un cubo blanco, un lugar aséptico, marcado por el espacio entre obra y obra. Ahora olvídelo. El Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) ha dejado la frialdad del blanco por la explosión de colores y la calidez del tejido, dando paso a una sala acogedora que tiene que ver con la conversación y no tanto con el mensaje unidireccional. La culpable: Teresa Lanceta. La artista catalana, que reside actualmente en Alicante, presenta en València su primera exposición retrospectiva, la mayor que ha desarrollado en la ciudad, un viaje a través de cinco décadas de producción que nos sumerge en un universo en el que lo cotidiano y lo poético se dan la mano. 

Teresa Lanceta. Tejer como código abierto es un proyecto diseñado en colaboración con el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba), primera parada de una muestra que llega ahora a València con una versión adaptada a las salas del IVAM, aunque no por ello menos especial. “En el Macba eran espacios estancos, cerrados… aquí casi todo está junto. Es un espacio más reducido pero desde cualquier lugar se pueden ver otros proyectos, aquí los unifica, algo que me ha gustado mucho”, destacó Lanceta, quien estuvo acompañada durante la presentación por la directora del IVAM, Nuria Enguita; y la comisaria de la muestra, Laura Vallés. Esa unión de relatos no es baladí, pues tiene mucho que ver con la manera de enfrentarse a la obra que tiene Lanceta, una unión forzada por la disposición planteada en el IVAM que la hecho seguir reflexionando sobre sus propios proyectos, tal y como confesó. 

Tal es el caso del ‘enfrentamiento’ espacial entre dos de sus proyectos: La alfombra española del siglo XV y El paso del Ebro. El primero presenta una serie de alfombras y cerámicas inspiradas en la industria de ejecución morisca que abastecía distintos palacios en Albacete y Cuenca, piezas marcadas por los motivos religiosos y delimitadas por numerosos y potentes marcos. El segundo proyecto, realizado en colaboración con La Trinxera, reflexiona sobre la batalla del Ebro de 1938, un viaje que tiene que ver con su infancia -a partir de los recuerdos de su familia materna- y con su pasado reciente, pues habitó la zona entre 2013 y 2020 como profesora de la Escuela Massana, una sección que recoge objetos como el tejido que empleaba su abuela para guardar el pan y que revela un pasado de miedo y violencia. Entre un proyecto y otro, apenas unos pasos. “De pronto veo que la Historia es comprender el pasado desde el presente”. 

La exposición hace una fotografía que va desde 1972 hasta la actualidad, aunque el recorrido no plantea una lectura cronológica, sino más bien un mapa de sus inquietudes, intereses y experiencias vitales. La idea de mapa es, quizá, la que más ayuda a comprender el relato que plantea Lanceta, un viaje en el que se pueden identificar rápidamente los espacios físicos que la han marcado. Algunos clave pare entender su propuesta, como el Raval, “donde residió durante sus años de formación compartiendo experiencias con la comunidad gitana y allí comenzó su necesidad de ahondar en lo roto, lo destruido y lo remendado”, destacó Vallés. Otro de los puntos calientes de esta suerte de mapa de querencias son los pueblos bereberes del Atlas Medio, que Lanceta visitó en los años ochenta y donde se enamoró de sus técnicas tradicionales. Tanto es así que la exposición incluye trabajos originales de estas comunidades tejedoras. 


Es ese tejido el corazón de la muestra y, por ende, de la propia trayectoria de Lanceta, un medio que la conquistó desde joven y que, a pesar de todo, no ha querido nunca abandonar. Y es que estos materiales no son solo un camino hacia algo, sino que son en sí mismos, piezas que hablan de tradición y de emoción, un forma de hacer que marca su propio ritmo. “Tejer es un código binario abierto, una alternancia entre unos y ceros similar al lenguaje de los ordenadores”, incidió la creadora. “Es una técnica muy repetitiva, pero al mismo tiempo te deja mucho tiempo de pensamiento […] A veces me pregunto si esa técnica era inevitable”

Esta es una exposición de Lanceta, pero no solo. Ella es la cabeza de cartel de un festival que cuenta con muchos más creadores. Y es que hace años que declaró que nunca más quería trabajar sola, una decisión que fuerza la convivencia con otras sensibilidades que la complementan hasta difuminar los límites entre lo que es una exposición individual y una colectiva. Así, además de La Trinxera, la muestra incluye otras colaboraciones como los proyectos realizados junto a los artistas Olga Diego, Pedro G. Romero y Xabier Salaberria; la comisaria Leire Vergara; la cineasta Virginia García del Pino; el artista y pensador Nicolas Malevé y el instituto de secundaria Miquel Tarradell, con quien ha desarrollado la obra Los oficios del Raval. “Mi trabajo existe porque existe el trabajo de los demás, el arte es colectivo”, recalca Lanceta. 

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