Viajar a otras ciudades y querer que la tuya tenga un wine bar como el que te ha enamorado está bien, yo diría que muy bien.
Y más si esa ciudad es Valencia, donde nos gusta saborear del buen vino más allá de las comidas (y más allá de las cervezas). ¿No somos una tierra rica en producción de vino y en DOP? Pues que se note.
El concepto que persigue The Wine Gallery es universal: belleza y disfrute. Traducido es la suma de cuatro elementos: vino, arte, gastronomía y diseño. Eso es, locales que parece que sean de Berlín o de Madrid o de Copenhague, aquí mismo.
Me lo cuenta Hugo Benavent, que es quien está al frente. La carta de vinos ronda las cien referencias y más de la mitad se pueden pedir por copas. Muchas son nacionales, pero también hay caldos franceses y alemanes. Vinos de calidad para un público que no busca pepitas de oro. Lo que sale de la cocina es sencillo y muy acertado para acompañar: gambas al ajillo, bravas, taco de setas, tomate con sardinas teriyaki, algunos molletes con productos de carne gourmet, es decir, variedad (y a buen precio).
Pero The Wine Gallery no llega solo hasta aquí. Hay exposiciones continuamente, apoyan a los artistas emergentes, se puede comprar arte, las sillas y sillones son de diseño, tienen platos y cuencos hechos por artistas valencianas, promueven talleres de ilustración, de cerámica, de velas aromáticas. Y está pensado para que la gente pueda interactuar, hay una mesa grande corrida, algún rincón más tranquilo, mesas altas para dos, terraza…
¿No buscábamos un espacio acogedor para tomar un buen vino en un ambiente donde emergen la belleza y el talento artístico?