Mustiguillo solamente consume uva propia, por lo que si no hay buena cosecha, los 35 países que reciben sus caldos echarían de menos algunas botellas
VALÈNCIA. Toni Sarrión, alma mater de Bodega Mustiguillo y presidente de los Grandes Pagos de España, ha presentado en Mi Cub en el Mercado de Colón la última añada de su Mestizaje Blanco. Y lo hizo acompañado de sus anfitriones, Christian Jardel, Anabel Navas y Paco Valls, consejero delegado, directora y controller de Bierwinkel y Alicia Silvestre de Voravins. Sarrión puso en valor la uva Bobal y ahora también la Merseguera, variedad que destaca precisamente en el Mestizaje Blanco.
La variedad de 2020 que se acaba de presentar tiene un 65% de Merseguera, un 24% de Viognier y un 11 de Malvasía. La cosecha ha sido especialmente buena por la primavera lluviosa, provocada por la pandemia, explicó Sarrión que añadió: “Nosotros no compramos uva, sólo utilizamos la nuestra. Si no hay buena cosecha, se reduce la producción”. Y esto provocaría que los 35 países de los 5 continentes a los que exporta Mustiguillo echarían de menos el Mestizaje Blanco, reconocido en todo el mundo y nunca mejor dicho, por su carácter frutal y goloso.
Se trata de un vino aromático y a la vez equilibrado. Ecológico y apto para veganos, sus uvas se cultivan en la finca Calvestra a 900 mts de altitud y se recomienda tomarlo con aperitivos, carnes blancas, ahumadas o marinadas, ensaladas, mariscos, pescados, pastas, guisos o arroces marineros.
Escuchar la historia de cómo comenzó Sarrión en el mundo del vino, con anécdota de la venta de su primera botella incluida, así como la importancia de las abejas para la polinización y la conservación de unas vides de cultivo 100% ecológico es un privilegio para los amantes del buen vino. Todos ellos pudieron catar en Mi Cub, en el Mercado de Colón, ese vino de color amarillo pajizo límpido y notaron en nariz como predominan los aromas frutales y tropicales, y como ya en boca la acidez es equilibrada.
Paco Masiá, compañero de Sarrión de Mustiguillo, explicó más detalles de cómo, por ejemplo, las margaritas silvestres ayudan a mantener el equilibrio y, como explicaba Toni Sarrión: “Si la uva está equilibrada, el vino estará equilibrado”. Para lograrlo, dos ingenieros agrónomos trabajan el campo y sobre todo en la calidad de la tierra.
Ponen a macerar el compost de sus propias ovejas durante un año y le añaden infusiones de las hierbas que cultivan, como diente de león, manzanilla u ortigas. Además, incorporan, también de sus propios cultivos, mostaza blanca, como biocida natural y rábanos para oxigenar, enriquecer el subsuelo y crear fungicidas naturales. Jugar con las malas hierbas también forma parte del plan de crear esa tierra, que huele a tierra y esas vides que no necesitan nada más que sus propios cuidados.