La muestra reúne obras de Ana Esteve Llorens, Chingsum Jessye Luk y Pamen Pereira
VALÈNCIA. La galería SET Espai d'Art inaugura Nosotras tejiendo el tiempo, una muestra que reúne obras de Ana Esteve Llorens (Valencia, 1975), Chingsum Jessye Luk (Hong Kong, 1982) y Pamen Pereira (Ferrol, 1963) quienes, a través de prácticas diferentes y distantes, "permiten acercarse al público a la conformación del relato como tejido", según comunicado. La muestra está comisariada por Ricardo Forriols y se podrá ver hasta el 29 de mayo.
"Lo tejido concentra nuestra relación y reflexión sobre la historia en el acto de tejer, en el anudar el tiempo que tiene su figura mítica en la Penélope de la Odisea , su telar y su ir tejiendo y destejiendo lo hecho —un mito que se fija en nuestra tradición durante el Renacimiento, se moderniza con el romanticismo del diecinueve y se reescribe críticamente (Margaret Atwood, Mary Beard) en las últimas décadas", añade el comunicado.
Ana Esteve Llorens teje el recuerdo doméstico de su familia, a caballo entre el Mediterráneo, México y Austin (Texas), reconstruyendo los diseños y colores de los trapos y bayetas presentes en la memoria de su infancia. Y lo hace a mano, empleando un telar de cintura mexicano y asumiendo lo irregular del resultado y los materiales, "del tejer los hilos y destejer el tiempo, como acción de recuerdo y retorno al pasado que fija el proceso". El diseño de estas pequeñas piezas se enmarca siguiendo los contornos del textil, mientras otras dos piezas traen consigo "una geometría racional de líneas rectas y marco duro, aunque ligeramente irregular, que reúnen referencias de Barnett Newman a Anni Albers".
Chingsum Jessye Luk se traslada "al discurrir de lo diario a través del dibujo y el bordado para el que emplea sus propios cabellos como material, como línea de dibujo y como hilo en la catalogación al detalle y la gráfica de sus cabellos caídos: fecha, número, dimensión. Cose su propia estadística a mano, siguiendo el plan establecido. Esos mismos cabellos se presentan como ovillos que simbolizan el recuerdo fijado a la almohada de las noches dormidas en París durante el disfrute de una beca, en el primer confinamiento, la pasada primavera".
Pamen Pereira muestra "el poder de las raíces al coser y retorcerse bajo tierra, emergiendo como una metonimia de orden natural que representa la silueta de África, todo un tejido que recorre el paisaje y se agarra al terreno (al territorio) para ser, por encima, el mundo y, por debajo, la vida misma. Estas raíces salvajes de manglar se trenzaron con forma de mapa continental de la misma manera con que otras fibras vegetales, más finas, se superponen a modo de trama y marca temporal, como bordadas, con forma de África y América del Sur sobre los pentagramas mudos de un papel pautado, a modo de urdimbre".