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de la fábrica de cerveza de blue moon al restaurante en el varadero 

La Marina de València, objeto de deseo: una decena de proyectos que se quedaron por el camino

3/09/2022 - 

VALÈNCIA. La Marina de València se ha convertido en un objeto de deseo en la última década para promotores de iniciativas dispares. Desde fábricas de cerveza a norias, los espacios singulares de la dársena han cautivado a muchos pretendientes que quedaron por el camino, ya fuera porque a última hora no les convencieron las condiciones o porque directamente se les cerró la puerta por parte de la dirección del espacio.

Proyectos que parecían que cogían velocidad, pero no. Otros tantos que se anunciaron y nunca más se supo. Algunos que insistieron hasta la saciedad como hoteles-casino. E incluso reiterados anuncios públicos sobre iniciativas de la administración que nunca llegaron a materializarse como el Museu de la Mar o la reforma del Alinghi. 

Uno de los proyectos que más 'hecho' parecía estar en la Marina de València era el de la puesta en marcha de una fábrica de la cerveza artesanal de Blue Moon. La más vendida en el mundo de esta categoría, pretendía abrir en la base número 6 su primera fábrica en Europa. Tras meses a vueltas con el proyecto, y a punto de aprobarse, la multinacional propietaria decidió que el contrato de cinco años más otros cinco que le proponía el Consorcio Valencia 2007 no eran suficiente

Así terminó la historia en la dársena de esta cerveza cuyo toque característico era la naranja. Finalmente, optó por abrir una cervecería en el centro de València, que terminó por cerrar. Ahora, esta base está ocupada parcialmente por industria naval y Angels, el vehículo de inversión del empresario valenciano Juan Roig. 

A vueltas con el varadero

Otro de los proyectos que parecía que sí pero finalmente no, fue la puesta en marcha de un restaurante en el varadero. Durante el Gobierno del Partido Popular, se había licitado el antiguo edificio como una zona de restauración. Dos empresas se presentaron al concurso, pero la licitación ya entró en el Govern del Botànic, cuando se designó a Vicent Llorens como gerente del Consorcio Valencia 2007.

Éste no veía dicho espacio para el uso planteado, al considerar que el histórico edifico debía ir destinado a cuestiones vinculadas con la cultura. Finalmente, la licitación terminó por paralizarse para dar paso al Museu de la Mar, pero que tampoco se ha terminado por instalar en el espacio, que continúa desprovisto de función. 

El Tinglado 2, el espacio que se pensaba cultural

 En 2017, se pensaba que el Tinglado 2 sería un gran hub de emprendimiento en Industrias Creativas y Culturales. Para ello la idea del consistorio era ir de la mano de Factoría Cultural, por aquel entonces el mayor vivero de incubación y aceleración nacional de proyectos de emprendimiento creativos y culturales. 

Las negociaciones se iniciaron para que la iniciativa ocupara 1.000 metros del espacio. Sin embargo, la propuesta no prosperó, y el Tinglado 2 ha pasado a ser un espacio para el uso ciudadano, cuyo entorno se ha humanizado con reformas y que proyectaba acoger eventos como el del Webit que nunca llegaron a acometerse. 

¿Un casino en la Marina?

ARC Resorts, grupo inversor especializado en el desarrollo de proyectos turísticos de gran envergadura y de Resorts Integrados, proyectaba una inversión en la dársena de 1.000 millones de euros. ¿El propósito? Un proyecto para construir un hotel de seis estrellas con casino, un museo del cristal y jardines en el edificio Docks. La inversión prevista era de 200 millones de euros hasta 2018, en lo que sería la primera fase de un proyecto más ambicioso para crear en el espacio portuario "el mejor resort dentro de una ciudad en Europa".

Evidentemente, la cuestión terminó por sonar a proyecto imposible. Proponían un mercado "tres o cuatro veces más grande" que el madrileño de San Miguel para el Tinglado 2, una zona comercial y de exposición en el 4 y 5, un centro de artes y convenciones en el Veles e Vents, un club de yates en el Varadero, oficinas y centro de formación en el edificio Alinghi, un hotel de unas 500 habitaciones y otras tantas cosas más. Al final, desistieron por inacción del consistorio que no acabó de ver claro tal conversión de la dársena. 

El 'London Eye' valenciano

La empresa Circular View proyectó en la Marina de València una noria gigante al estilo del afamado 'London Eye'. La compañía había propuesto la construcción, junto a la noria, de nuevos jardines y zonas de ocio, e incluso el desarrollo de un 'hub' de ingeniería en la capital del Túria. Sin embargo, esto no convenció a la dirección del consorcio

En éste sentido, se aludía a que la noria ejercería una influencia muy agresiva sobre el espacio peatonal de La Marina. La intención de los gestores era desarrollar su carácter de zona abierta y verde, conjugando los parques y los jardines con otros equipamientos como pistas deportivas. En ese sentido, la construcción de este hito de medidas considerables choca frontalmente con la mencionada perspectiva de futuro, según la cual se pretendía impulsar construcciones a menor escala.

El 'hub' digital de Cámara Valencia

Entre otros proyectos que se planean sobre el papel y acaban por no avanzar está la propuesta de Cámara de València para desarrollar un hub digital en la dársena. Bajo el nombre de 'Digital Hub Cámara Valencia', la propuesta del ente empresarial era la de poner en marcha un espacio para acelerar la incorporación de la tecnología en los planes de negocio de las empresas y startups valencianas en el que ofrecer servicios de digitalización.

El espacio se definió con diferentes servicios como un coworking, zona de incubación o servicio de digital training para ofrecer conocimientos en digitalización. Según el proyecto, la intención era crear un espacio de coworking para 30 personas y 3 salas habilitadas para mantener reuniones, además de 3 aulas hitech con gadgets y equipamientos tecnológicos. También contemplaban una vision room para grabar y editar audio y vídeo, un espacio de cafetería, zona de networking, una incubadora tecnológica con espacio para 20 empresas y un staff area para 15 personas.

Encom Games y su centro de videojuegos 

La empresa valenciana Encom Games, organizadora de Dreamhack Valencia, planeaba la puesta en marcha de un centro permanente de eSports en la Marina de València."Estamos trabajando en montar un centro de eSports permanente donde se pueda disfrutar del deporte electrónico durante todo el año", explicaba Arturo Castelló a Valencia Plaza en 2018. Un centro pensado para disfrutar de los eSports desde el punto de vista de las competiciones, de la retransmisión, de la creación de contenidos, de la divulgación y de la formación y que finalmente no vio la luz. 

En 2017, también el Consorcio Valencia 2007 se había propuesto un proyecto de intervención de 2,8 millones para erigir el Alinghi como centro de innovación de referencia en la dársena. Un espacio pensado para proyectos de innovación, creatividad y cultura y tiene establecidos tres tipos de usos: públicos, compartidos y empresariales. 

Según el proyecto de intervención, los usos abiertos se concentrarían en la planta baja del edificio. Un espacio multifuncional, un auditorio, dos cafeterías, una zona comercial y las oficinas de intermediación de la Marina. Teatros y habitaciones para residencias se sumaban a toda esta idealización que finalmente quedó en nada. 

Más hoteles y ¿la torre eólica?

Entre los proyectos que todavía están en el limbo se encuentra el hotel promovido por la sociedad Valencia New Investments SL, liderada por el Grupo Gheisa, dedicado a servicios turísticos y fundado por el empresario Juan Manuel Baixauli. A través de ésta se solicitó la concesión del derecho de superficie de la antigua Estación Marítima -finalmente destinada a un hub tecnológico- y la parcela anexa, donde se buscaría desarrollar el edificio. 

El proyecto planeaba un hotel de cuatro estrellas, con apartahoteles, coworking restauración y zona comercial. La idea poner en primer instancia el foco en los clientes náuticos y del polo de emprendimiento que dan uso a la dársena, además de ampliar la oferta de ocio y restauración. A partir de ahí, la propuesta pasaba por subarrendar a operadores especializados su explotación. A principios de año, los promotores volvían a pedir la reactivación del proyecto pero no recibían contestación. 

El otro gran proyecto todavía por aprobar y que también busca convertirse en icono visual del espacio es el de la Torre Eólica, cuyos promotores han cogido el atasco por la renovación del ente gestor de la Marina de València a causa de la condonación de los 400 millones de euros por parte de Estado, aunque el inicio del proyecto se remonta a 2018. En esta negociación, el problema se ha generado por los terrenos donde se quiere ubicar, pero que venían precedidos por cambios en el canon y otras cuestiones del mismo. Todavía está en desarrollo después de cuatro años. 

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