El Consejo General decidirá hoy sobre la destitución de Pérez Pont | "No es cuestión del PP o de Vox", subraya Barrera
VALÈNCIA. Cuatro meses después de que Vicente Barrera (Vox) asumiera el liderazgo de la Vicepresidencia primera y Conselleria de Cultura, comienzan a detallarse los cambios que dibujan en el escenario cultural valenciano. El presupuesto de 2024 –que el conseller define como una cuentas "sin ideología política"- ya daba cuenta de los primeros cambios de perfil con respecto al Botànic, con la eliminación de las ayudas directas a entidades como el Institut Ramón Llull o el Espai Joan Fuster, la recuperación de partidas para Lo Rat Penat y la Real Academia de Cultura Valenciana (RACV) o la creación de nuevas líneas, como la de 300.000 euros a la Fundación Toro de Lidia. La ‘revolución’ en el sistema de ayudas ha venido acompañada de otra que tiene que ver con el cambio de caras en la gestión cultural valenciana. Así, tal y como desveló Culturplaza, el gobierno de PP y Vox tiene previsto cesar tanto a José Luis Pérez Pont al frente del Consorci de Museus (CMCV) como a los tres directores adjuntos del Institut Valencià de Cultura (IVC), Roberto García, Marga Landete y Francesc Felipe.
Por el momento, los cambios en las grandes instituciones culturales públicas se han centrado en el quién y no tanto en el qué, pues todavía está por concretar cuál es el proyecto del nuevo gobierno para, en este caso, el IVC y el Consorci de Museus. ¿Cambiará el campo de acción del IVC en esta legislatura? ¿Seguirá siendo el Centre del Carme un centro de cultura contemporánea o, por el contrario, se modificará su misión? De momento desde Cultura han dado pocas pistas sobre su visión de futuro para los grandes contenedores culturales que gestiona. Tampoco su programa electoral especificaba su plan en este ámbito. Lo que está claro es que esta nueva etapa estará definida por nuevos gestores, siendo este mismo martes cuando se ponga sobre la mesa el cese de Pérez Pont en la reunión del Consejo General del CMCV.
El anuncio de su cese ha corrido como la pólvora entre los sectores culturales, siendo las principales asociaciones artísticas de la Comunitat -AVVAC, AVCA, ANIAV, LaVAC y MAV- las que han remitido un comunicado conjunto en el que tildan la decisión de “flagrante falta de consideración", unas críticas que también han compartido de manera pública desde Compromís y el PSPV-PSOE. Este mismo martes, de hecho, se ha convocado una concentración frente al centro cultural bajo el lema 'No al cessament de José Luis Pérez Pont. Per un CCCC obert, inclusiu i transformador’. Con todo, desde Cultura defienden que "no es cuestión del PP o de Vox", expresó Barrera este lunes. "Es cuestión de que hay unos nombres, unas personas, las diputaciones también, los ayuntamientos. Cada uno tendrá su opinión y cada uno tendrá que valorarlo", añadió.
Fue con la llegada de Pérez Pont que el Centre del Carme se reformuló como centro de cultura contemporánea, con un proyecto basado, entre otras cosas, en las convocatorias públicas -cabe recordar que el Consorci no cuenta con colección propia- así como en la colaboración con eventos externos, convirtiéndose en sede de ferias de libro, conciertos o marco de eventos institucionales y/o en colaboración con marcas. Esto ha resultado en un éxito de afluencia. El mismo CMCV se congratulaba de sus cifras el pasado mes de julio, cuando remitían a los medios una nota de prensa en la que señalaban que “la fórmula de Pérez Pont para el CCCC acumula ya 1.700.000 visitantes”, unos datos especialmente elevados por lo que respecta al público más joven. Su gestión, sin embargo, también ha tenido sombras, como la condena al gerente por un delito leve de daños imprudentes en el patrimonio, derivada de una intervención artística en el claustro renacentista, sentencia tras la que el Partido Popular pidió su dimisión. Si bien el gerente encontró apoyo en la entonces consellera de Cultura, Raquel Tamarit (Compromís) y el resto del gobierno autonómico.
La otra gran ‘revolución’ impulsada por Vox se 'cocina' en el Institut Valencià de Cultura, del que se cesará próximamente a sus tres directores adjuntos, aunque de momento sí se mantiene a su director general, Abel Guarinos. Si bien Guarinos es uno de los perfiles que aparentemente ha navegado mejor la transición de gobiernos, eso no quiere decir que su salida no haya sido objeto de debate interno. En un primer momento, tal y como ha podido saber este diario, estuvo sobre la mesa que la dirección general del IVC pasara a ser asumida por el propio director general de Cultura, Sergio Arlandis, un movimiento que finalmente se frenó, manteniendo a Guarinos en el cargo… aunque dejándolo sin los directores adjuntos cuyo proyecto él mismo había aprobado. Así, desde Cultura ya han hecho pública su intención de cesar próximamente a los tres directores adjuntos del IVC: Roberto García, director adjunto de Artes Escénicas; Francesc Felipe, director adjunto de Audiovisuales y Cinematografía, y Marga Landete, directora adjunta de Música.
La noticia, en este caso, no fue una sorpresa. Pocos días antes de que Culturplaza desvelara las intenciones del nuevo equipo de gobierno se llevaba a cabo la presentación de la nueva temporada del Teatre Principal, una convocatoria que dejaba muchas pistas sobre las intenciones de Cultura. “Cada administración tiene el derecho a poder decidir cual puede ser su equipo que encabece y lidere ese trabajo [...] Evidentemente, es probable que haya algunos cambios. No puedo engañar”, explicaba Arlandis. Pero no solo eso, pues la presentación apenas desveló un par de meses de propuestas. Según Roberto García, la programación del curso estaba diseñada, algo que no tenía “tan claro” el director general. Y es que, todo aquello no contratado será objeto de revisión de cara a una nueva etapa en la que, entre otras cosas, se potenciará el teatro clásico, siendo esta una de las pocas pistas que dejó Arlandis durante el turno de preguntas con respecto al proyecto de la Generalitat en el ámbito de las artes escénicas.
Los cambios de caras llegan, especialmente en el caso de Pérez Pont, con polémica aunque, ciertamente, esto no quiere decir que los últimos ocho años haya reinado la calma o la estabilidad. Quizá el caso más claro es el del Museu de Belles Arts de València (Mubav), que sumó hasta cuatro directores en apenas dos años: José Ignacio Casar Pinazo, cesado en 2019; Margarita Vila; Carlos Reyero, que accedió tras un concurso abierto y que renunció al cargo en apenas un año; y, finalmente, Pablo González Tornel, quien actualmente dirige el centro. En el caso del IVAM o Les Arts también fue polémica, más que la llegada de sus actuales directores, la salida de sus predecesores. Nuria Enguita y Jesús Iglesias Noriega tomaron las riendas del museo y el coliseo respectivamente tras dos concursos públicos, dos llegadas que llegaban con la ‘sombra’ de las salidas de José Miguel G. Cortés, quien criticó duramente a la Conselleria de Vicent Marzà tras no ser renovado su contrato, y de Davide Livermore, quien acusó a los gobernantes de una "voluntad consciente o inconsciente de cerrar" el coliseo.
Tanto la llegada de Pérez Pont como de Guarinos al frente del Consorci de Museus y del IVC han sido clave durante los años del Botànic, siendo que ambos asumieron sus cargos en 2016, en este caso en sustitución de Felipe Garín y José Luis Moreno respectivamente. En este sentido, es clave una cuestión que hemos repetido varias veces en las últimas líneas: accedieron al cargo a través de un concurso público. En el mismo comunicado remitido por las asociaciones culturales en defensa de Pérez Pont se apunta a un acuerdo con la administración de "no vincular la renovación de cargos o direcciones en los centros y museos de la Generalitat con cambios políticos" con el objetivo de garantizar que los programas se cumplan con “independencia y libertad”. “Esta nueva intervención de la Conselleria de Cultura, sin explicitar las razones objetivas y admitiendo que los cambios políticos pueden comportar cambios en las direcciones de los centros culturales y artísticos, no nos parecen fundamentadas en las buenas prácticas y demuestra una vez más la insensibilidad hacia una de las expresiones artísticas más precarizadas en la actualidad”, reza el comunicado.
Cabe destacar a este respecto que, en gran medida, los actuales gestores de instituciones culturales públicas han sido seleccionados a través de este tipo de procesos de selección, siguiendo el Código de Buenas Prácticas impulsado desde la Conselleria de Cultura del Botànic. En este sentido, los gestores que serán cesados están lejos de cumplir su contrato. Así, el contrato de Pérez Pont fue renovado en 2021 por cinco años más, lo que supondría que debería seguir en el cargo hasta 2026. En el caso de los directores adjuntos del IVC, Francesc Felipe asumió el cargo hace un año –con un contrato de cinco años- mientras que Marga Landete y Roberto García accedieron a sus puestos en el año 2017 con un contrato que fue renovado por el Consejo de Dirección del IVC en 2022 por otros cinco años.
Se desconoce si este sistema se mantendrá o no bajo la dirección de Vox aunque, por lo pronto, el nuevo equipo de gobierno sí ha confirmado que las direcciones adjuntas del IVC saldrán a concurso. En todo caso, el debate de fondo sigue siendo si estos procesos están (o no) desligados del contexto político, así como los proyectos aprobados. Máxime cuando no han sido un factor a tener en cuenta en las decisiones sobre la continuidad de gestores culturales. A este respecto, preguntados por el cese del gerente del Consorci, desde la Conselleria de Cultura expresaron que “la renovación de cargos en los organismos que forman parte de la Administración es habitual y necesaria cuando se inicia una nueva etapa”. En este sentido, Roberto García, durante la presentación de la temporada del Principal, también señaló que "los proyectos deben sobrevivir a las personas", mientras que Guarinos apuntó recientemente que se tratan de cambios "legítimos" y que él se mantiene "fiel a la institución".
Si bien desde Cultura subrayan que los cambios de caras es una cosa “habitual y necesaria”, lo cierto es que no todos los perfiles parecen estar sobre la mesa. La pasada semana el Museu de Belles Arts de València (Mubav) inauguraba la exposición La huella de Roma. 150 años de la Academia de España en Roma, una presentación a prensa que no contó con la presencia del conseller de Cultura -a pesar de que así se había anunciado- pero sí del director del museo, Pablo González Tornel, y de la directora general de Patrimonio Cultural, Pilar Tébar, que se ha convertido en la cara visible de la gestión de los museos de la Generalitat. Preguntada por los cambios de caras en el gobierno y si eso afectaría al Mubav, Tébar explicitó que en este caso no era una cuestión que estuviera sobre la mesa. Con todo, los presupuestos de 2024 dibujan un ‘mimo’ de la nueva corporación al centro, pues ante una bajada generalizada, la pinacoteca ha logrado aumentar su partida pasando de 7,2 a 8,3 millones de euros. También ha mantenido el tipo en los presupuestos Les Arts, con la misma cifra que el pasado curso, institución sobre la que por el momento tampoco hay noticias de cambios. "Cuando eres un profesional, los cambios políticos no deben afectar. Habrá momentos en que, con una administración o con un gobierno de un color o de otro, hay que discutir (en sentido positivo), comparar criterios o confrontar ideas, pero eso forma parte también del propio crecimiento del proyecto", reflexionaba Jesús Iglesias Noriega en una reciente entrevista con Culturplaza.
Sobre el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), de momento no hay noticias, aunque el nuevo equipo de gobierno sí ha lanzado algunos mensajes al respecto. En este caso, una de cal y una de arena. Fue durante la primera comparecencia de Vicente Barrera en Les Corts para explicar su proyecto de legislatura, un parlamento marcado por el ‘fantasma’ del “pancatalanismo”, cuando también hizo una breve referencia a algunas de las principales instituciones culturales valencianas. Así, puso sobre la mesa su intención de abordar los "problemas endémicos" de una "gestión administrativa manifiestamente mejorable" en el Centre del Carme, el IVC y, también, el IVAM. De los dos primeros ya hay noticias de cambios; del tercero, no. Cabe destacar que en el caso del IVAM todavía está pendiente resolver el concurso para ocupar la plaza de gerente, un proceso iniciado en verano que sigue atascado, obligando a la directora artística, Nuria Enguita, a asumir las competencias de gerencia, pese a que la Ley del museo fija una dirección del centro bicéfala en la que la gestión artística y administrativa están diferenciadas.
Es responsabilidad del actual equipo de gobierno sacar adelante el proceso de selección, máxime cuando el comité de valoración está formado, tal y como se especifica en las propias bases, por la secretaria autonómica de Cultura y Deporte, la directora del IVAM y la directora general de Cultura y Patrimonio. Con esta cuestión todavía en el tintero, también queda en el aire conocer qué proyecto tiene la Generalitat para uno de los grandes museos de la Comunitat, un proyecto que, al menos por lo que respecto a lo hecho, sí ha sido refrendado públicamente por la directora general. Fue Tébar quien hace algo más de un mes acompañó a Enguita durante la presentación a medios de popular, una convocatoria que llegaba pocos días después de la comparecencia de Barrera en Les Corts y en un contexto marcado por la polémica en torno a la “censura” de publicaciones en bibliotecas. Preguntada por el plan del nuevo equipo para el museo dirigido por Enguita, Tébar explicó: “El IVAM tiene su autonomía [...] va a seguir con su programación. Nadie ha venido a injerir en la programación del IVAM. Yo soy usuaria, conozco a muchos técnicos... el IVAM es nuestro 'súper museo’”.
La gran ‘revolución’ de caras impulsada por Vox en la Generalitat contrasta con la aparente calma en las áreas de Cultura gestionadas por el Partido Popular, tanto en el Ayuntamiento de València como en la Diputación. De hecho, sus gestores, José Luis Moreno en el ámbito local y Rocío Gil y Francisco Teruel en el provincial, han dejado patente en numerosas declaraciones su intención de navegar una transición pausada e, incluso, continuista en algunos aspectos. “No considero que tenga nada que cambiar”, subrayaba recientemente Teruel durante la inauguración de una exposición en el Museu Valencià de la Il·lustració i la Modernitat (MuVIM), preguntado por la línea que iba a llevar en la gestión de museos dependientes de la Diputación. Por lo que respecta a los teatros, más de lo mismo. En la presentación de temporada del Teatre Escalante, junto a su directora Marylene Albentosa, la diputada Rocío Gil también aprovechó para enviar un mensaje de tranquilidad a compañías frente a los primeros temores por posibles cancelaciones: “La cultura es cultura, hay que seguir con la programación que estaba prevista”.
En una entrevista con este diario, José Luis Moreno confirmó también que se mantendrían los proyectos y personas al frente de los teatros municipales, La Mutant y el Teatre el Musical (TEM), así como algunos de los proyectos iniciados durante la anterior legislatura, tales como el Centro de Artes Escénicas Bombalino o el Centro del Cómic, ambos pendientes de ejecutarse. “Hay una cuestión de responsabilidad institucional. Cuando un proyecto está muy iniciado, hay que acabarlo, siempre que no sea una aberración”, expresó. Esto no quiere decir que no se hayan dado cambios, claro está, algunos ya ejecutados, como el ‘fichaje’ de Vicent Llimerá como director del Palau de la Música , en sustitución de Vicent Ros, o el anuncio de la no renovación –que no cese- del contrato de Vicent Flor al frente de la Institució Alfons el Magnànim, contrato que se agotará en febrero de 2024.