Hasta los Beastie Boys se cansaron de irse de fiesta
Hasta los Beastie Boys se cansaron de irse de fiesta
VALÈNCIA. La música se escucha, sí, pero, también, se ve. Prueba de ello es la selección que hoy hacemos de algunos documentales sobre los que hemos escrito en los últimos meses en Culturplaza, documentales en los que la música supone un eje central, aunque a veces no lo pueda parecer…
De cuando Islandia politizó el festival de Eurovisión sacando la bandera de Palestina en Tel Aviv, los secretos de la banda Héroes del Silencio o la catarsis de la cantante pop Demi Lovato frente a las cámaras. Este verano, toca ver la música.
1
Hasta los Beastie Boys se cansaron de irse de fiesta
2
3
Música pop, comedia y depresión: ¿Por qué nos fascina el diario de aislamiento de Bo Burnham?
4
5
Demi Lovato se sincera sobre sus problemas mentales en una catarsis frente a las cámaras
6
"Puta", "perra", "guarra": las reacciones de la prensa rockera a la Joan Jett adolescente
7
El documentalista Vitaly Mansky, nacido en la ucraniana Lviv, se introdujo en 2000 en el gabinete de Vladímir Putin y le siguió a todas partes con su cámara. Ahora, esos vídeos, reunidos para un documental más de veinte años después, encajan perfectamente con la situación actual. No solo por la cantidad de colaboradores que empezaron con él para abandonarle (Chubais ha sido el úlitmo), dejar el país o morir en extrañas circunstancias, sin por su configuración de una fuerza take-it-all que aspiraba a no tener oposición
Son los guardianes de la democracia, pero en lo que llevamos de siglo hemos visto cómo unas elecciones a la presidencia se resolvían de forma un tanto oscura, llevaron a la guerra al país con obscenas mentiras como pretexto, todas ellas constatadas como tales, su mercado financiero eludió a los reguladores y desencadenó una crisis de hipotecas que arrastró a todo el mundo y, ahora, ha quedado patente que el sector farmacéutico manipuló la agencia del medicamento estatal con puertas giratorias para enganchar a opiáceos a millones de personas
Son icónicas sus fotografías prostituyéndose con peinados ochenteros en las calles del Seattle. Forman parte de la historia del fotoperiodismo. Sin embargo, la vida de Tiny no se quedó congelada como una imagen. Siguió, y se enganchó a la heroína, la cocaína y el crack para, en ese estado, tener diez hijos. Algunos de ellos con problemas por haber estado expuestos a la droga en el vientre. El autor de Streetwise volvió a encontrarse con ella cuando tenía 44 años y repasó su vida