CASTELLÓ. Mientras las pantallas de los cines se van encendiendo poco a poco y los teatros van desempolvando sus butacas, las orquestas de la Comunitat continúan en la misma situación que alertaban hace semanas. "En el punto en el que nos encontramos hay dos tipos de pueblos, los que nos han suspendido las actuaciones y los que nos las suspenderán dentro de poco", lamentaban a finales de mayo. Las verbenas eran conscientes, ya por entonces, de que el año estaba prácticamente perdido, pero aun así conservaban un hilo de esperanza en el que todavía cupiese la posibilidad de hacer alguna actuación entre finales de julio o principios de agosto. Esta esperanza todavía no la han perdido, ya que a día de hoy no se han cancelado el cien por cien de sus bolos, pero lo que podría haber sido una momento de mayor optimismo por el cambio de fase en la desescalada, se ha convertido de nuevo en un sentimiento frustrado.
Pese a estar permitidos los actos al aire libre con un aforo de hasta 800 personas, son muchos los ayuntamientos y comisiones que continúan suspendido sus fiestas y con ello sus actos culturales, y es precisamente aquí donde las orquestas de nuestro territorio ponen en marcha su trabajo. A estas, a diferencia de lo que pueda pasar con un grupo o solista, difícilmente se las contratará en un auditorio o en un festival de pequeño formato. Es por eso que, aunque entienden la incertidumbre que les lleva a los diferentes concejales a suspender todo tipo de acto, piden que se deje de anular sus contratos "de forma unilateral" y sin contemplar otras alternativas.
"Seguramente la falta de información y planificación les está llevando a tomar estas decisiones, no los culpamos, pero ¿acaso no se podrían esperar 15 días antes de analizar la situación de riesgo sanitario y decidir en consecuencia? Suspender las fiestas desde marzo hasta septiembre es como cerrar un restaurante un año entero. Es abocar a miles de músicos y familias a la desaparición. Nadie ha planteado cómo ni cuándo será la vuelta a los escenarios", han alertan las orquestas de Castellón en un comunicado, en el que además quieren dejar claro: "No solo somos grupitos de música y técnicos que van por ahí con sus canciones. Somos empresas que cotizan a la seguridad social y pagan sus impuestos al gobierno al igual que el resto. Somos empresas que necesitamos invertir en sus equipos e infraestructuras y que por tanto soportamos créditos financieros. Empresas donde se pagan alquileres de nave, seguros de responsabilidad civil y de vehículos, gestoría, formación y gastos de responsabilidad de reparación y mantenimiento".
Las “orquestas de pueblo” siempre han sido importantes dentro del sector de la música en vivo. Por eso, las valencianas piden que no se las dejen apartadas y se pruebe con fórmulas como las que diferentes municipios gallegos están empezando a adoptar. En Miño (A Coruña), las verbenas este verano sí será posible tenerlas, ya que el ayuntamiento ha preparado conciertos sentados, al aire libre, con sitios limitados y guardando las distancias. Pero también hay otras vías en las que se apuesta por aforos de mil personas (en grandes espacios como campos de fútbol), con el público de pie, separado, respetando el metro y medio de distancia interpersonal y utilizando mascarilla. Medidas que ayudarían a que el sector "no se rompa".
Pero hay incluso más opciones que podrían ayudar a que estas sobrevivan al parón. Desde la orquesta The Luxe de Castellón, su gerente Fran Tejedor, plantea que además de hacer verbenas se puedan hacer otras actividades culturales como monólogos, musicales o incluso tributos con público sentado. Sus empresas proporcionarían la sonorización y el montaje a todos estos eventos. También, en el caso de los conciertos, estos se podrían reubicar durante el día, para que haya más visibilidad y asegurarse así de que las medidas de seguridad se cumplan. Igualmente, se podría optar -apunta- por crear pequeñas parcelas en los recintos, donde se ubicarían distintos grupos de amigos, "como también hacen en el bar". Esto, en su caso, podría ayudarle a no tener que dar de baja su empresa. "No podemos continuar de alta así. Ninguna orquesta puede. Por eso las de Castellón nos hemos agrupado para que los municipios que todavía no se han decidido a suspender sus fiestas, no vayan a lo sencillo y piensen en estas alternativas. Si hubiera un repunte de contagios, somos los primeros que queremos seguridad", apunta el profesional.
Mientras tanto, hay quienes empiezan a redibujar su propio camino sin tener que esperar a que las administraciones marquen su futuro. Es, por ejemplo, el caso de la orquesta valenciana La Tribu, que frente a la imposibilidad de subirse a ningún multitudinario escenario este verano, sus vocalistas Sandra Polop y Xus Soriano están ofreciendo conciertos en acústico por terrazas, fiestas privadas o "cenas de verano". Y en paralelo, hoy mismo las empresas del sector del espectáculo se reúnen en Gandia para aprobar un paquete de medidas con las que poner fin a estos meses de sequía. "Ya no esperamos que la administración pública nos tire el lazo. La ola que venía ya nos ha pasado por encima y solo podemos que crear nuestras propias soluciones", apunta en este caso, Jose María Martínez, de Excelsior Producciones, empresa que trabaja con nada menos que 20 orquestas, entre ellas la misma Tribu o La Pato.