Albufera, el espacio 'underground' valenciano que se esconde entre arrozales

VALÈNCIA. ¿Cuántos proyectos caben en una nave de 600 metros cuadrados? En este espacio podrían llegar a representarse un par de obras de teatro a la vez, en sus muros podrían colgarse más de una treintena de fotografías y por su interior podría pasar hasta un desfile de moda. Esta realidad ya es palpable. Entre los arrozales de l’Albufera, en Sollana, nace un espacio que lleva por nombre el lugar que les acoge: Albufera, una nave industrial que ahora pretende convertirse en un eje de la cultura valenciana a través de una programación única con la que aunar a todo tipo de colectivos. 

Mariona, una de las capitanas de la nave, confiesa que este proyecto nace como un espacio único para todos esos proyectos valencianos “que necesiten más espacio”, o en según qué caso “un espacio”, a secas: “Nuestro reclamo es que tenemos 600 metros de espacio en crudo en el que aceptamos propuestas arísticas de todo tipo, e incluso buscamos ejercer como curators. Queremos plantear una propuesta en la que la nave se preste a proyectos que nos interesan, como un punto de encuentro para proyectos valencianos que necesiten ese espacio”, añade.

Para dar el pistoletazo de salida programan junto a Electropura un cartel de seis conciertos con artistas del panorama local, nacional e internacional con las actuaciones de Adios Adios, Lorenzo Senni, Romina, Sal del Coche, Soft Cou y Tvnel. Para Mariola esta carta de presentación con un proyecto hermano como el de Electropura supone una presentación al mundo de una manera muy clara: “Para nosotros Electropura es el espacio que ha programado las cosas más “potentes” de València los últímos años y que además tienen el mismo proyecto que nosotros: apoyar una escena y participar de ella”. 

Sobre esta colaboración con Electropura comentan que la propuesta no solo se centra en lo musical, sino en la fuerza performática y de directo de los propios grupos: “Tenemos un cartel de lo más diverso y con grupos que tienen directos muy diferentes, junto a una presentación en directo que no es como ir a un concierto al uso. Trabajamos con una escenografía que ocupa el 100% del espacio de la nave, hay volúmenes escultóricos de los que los grupos pueden apropiarse y los cantantes contarán con micros inalámbricos para poder desplazarse por donde quieran”. 

Lucas, desde Electropura, valora que el cartel nace desde los nombres que “les apasionan” y que sin quererlo han generado esta peculiar mezcla: “Les conecta un hilo invisible que tiene que ver con València, cada uno tiene su estilo pero todos están conectados por la misma escena”. Con todo esto plantean dentro de su “cubo blanco” un día entero de conciertos (desde las 15h hasta las 22h) en el que trabajar dentro de una escenografía única y con un movimiento que puede ser decidido por los propios artistas. 

El proyecto, abierto aunque en estado embrionario, se irá conformando y definiendo los próximos meses aunque de momento no le hacen ascos a nada: “No nos queremos definir de ninguna forma en concreta, estamos abiertos a acoger producciones artísticas de todo tipo, también en poder proyectar algo e incluso acoger una obra de teatro -propuesta que ya se está trabajando- lo que queremos es ser partícipes también de estas obras”, comenta Mariola en voz del resto del equipo de Albufera, que pretenden convertirse también en productores de estas propuestas artísticas y culturales con sede en València.

“Al ser una nave el espacio puede convertirse tanto en un cubo blanco como en un cubo negro. Puedes hacer un rodaje, también podemos funcionar como propulsores de nuevas propuestas y servir como punto de encuentro. También queremos ceder el espacio a todas esas personas que lo necesiten, funcionar como un lugar en común para que conecten otros artistas, pensadores y creadores”, defienden desde la gran nave en blanco. 

Su inspiración de modelo de trabajo se encuentra en sus compañeros (y amigos) que llevan los proyectos hermanos de la ciudad, como puede ser la nave Pluto o la librería asociativa Praxis, en las que se basan en un modelo en el que se valora mucho la escena valenciana: “Nuestras propuestas pueden convivir perfectamente, en València se está ligando una misma escena desde muchos ángulos y formamos parte de esto. Consideramos estos proyectos como “hermanos”, son espacios que se potencian unos a otros tanto en el plano físico como en el teórico. Si todos trabajamos con la misma escena la estamos potenciando”.