Ya es una tradición, y pocas cosas hay más bonitas en esto de la gastronomía que crear tradiciones nuevas
La nuestra es volver a Anyora cada vez que mi mejor amigo (es de La Malva pero vive en Madrid) vuelve a casa. No importa lo que yo le proponga (la última novedad, unas vistas que te mueres...), que no hay manera: él siempre quiere volver a nuestra mesita frente a la ventana en Anyora. A lo mejor es porque creció en esas calles, porque en esta casa se come y se bebe como Dios o porque esta casa no tiene ninguna maldita pretensión más allá de hacernos pasar ratitos buenos, comer bien, platos honestos y cariño del bueno. A ver si va a tener razón mi colega.
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Plato destacado → Los boquerones fritos y ese morro con anguila que es puro vicio.