plato de la semana 

Carpaccio de cecina en Sacacorchos

Un restaurante sencillo, en el que tomar buenas tapas con excelentes vinos 

| 05/07/2024 | 2 min, 48 seg

VALÈNCIA. Buen producto y buenos vinos es lo que a veces pedimos a la vida cuando se quiere una cena sencilla o cuando simplemente te apetece tomar una copa de vino con una tapa. Tan sencillo y complicado como eso. Por eso, cuando estás fuera del centro, de los barrios de moda o de los puntos calientes turísticos te hace muy feliz encontrarte con establecimientos que apuestan precisamente de eso, por productos de calidad y una buena carta de vinos. Vamos, encontrarte en tu barrio con esa palabra que se ha puesto de moda: winebar. Y Sacacorchos (José María Mortes Lerma, 18B), es precisamente eso, un lugar en el que disfrutar de una velada agradable alrededor de buenas tapas y vinos. 

En ese contexto, es una gozada tomar una tabla de carpaccio de cecina de león, elaborada con carne de vaca. Esas lonchas finas, de color tostado algo oscuro, y con el brillo de ese ligero veteado que le aporta jugosidad llevan hasta el Bierzo. Por encima ponen un poco de queso parmesano y aceite y lo sirven en una tabla de madera. Compartir esa tabla con un poco de queso (de romero y leche cruda) es redondear ese plato que a veces hasta te duele compartir. Y sí, al lado la copa llena de un vino de la Comunitat Valenciana. Luego, ya vendrán las tostas —la silvestre muy recomendable— y algo más para compartir, porque la velada aquí suele alargarse. A veces, hasta que la botella de vino se termina. Y todo a un buen precio pues el ticket medio es de unos veinte euros. 


Y es que, a parte de una carta sencilla pero apetitosa, una de las fortalezas de Sacacorchos es la pasión de su propietario por el vino. Tiene unas 110 referencias en las que el 80% son de la Comunitat Valenciana. “En los últimos años se están haciendo muy buenos vinos aquí”, destaca Carlos García Martí elogiando también el trabajo que se realiza en Yecla o Jumilla. De hecho, él comenzó haciendo vino de garaje —unas 1.200 botellas— en una localidad cercana a Ontinyent, de donde él es —de ahí que tenga muchos embutidos de la zona—. Aquella primera incursión la dejó, pero esa pasión por el vino le llevó en 2012 a abrir una tienda de vinos. Dos años más tarde, en 2014, convirtió aquel local en el restaurante Vinoteca Sacacorchos. “Sabía que quería tener un restaurante con productos de calidad y donde el vino tuviera mucha presencia”. Y tanto que lo tiene porque las estanterías están repletas de referencias y, si no sabes cuál elegir, él mismo te recomienda una. Además, puedes comprar allí mismo una botella y llevártela a casa. 

A Sacacorchos se llega por el boca-boca y se acude en buena compañía para alargar conversaciones que van y vienen mientras disfrutas de embutidos, quesos, platos tradicionales y tostas de todos los gustos y sabores. Bocados que disfrutas de manera desenfadada junto a una botella de vino y en un ambiente que te hace sentirte como en casa y regresar. 

Comenta este artículo en
next