Más que un restaurante, un icono. Reserva espiritual de la paella en la Comunidad Valenciana y templo del clasicismo: 60 años sin cerrar un solo día
Qué difícil tiene que ser el papel de icono. Y exactamente eso es lo que para muchos valencianos (y más allá) significa esta casa familiar fundada en 1950 (que se dice pronto). Un icono, un templo, una iglesia disfrazada de barraca y paellas tradicionales en el escenario perfecto, a la vera de L´Estany, culpable de tantas sobremesas inolvidables.
Difícil, el papel del gran Salvador Gascón ya que cada comensal espera de su casa el mejor arroz de su vida y claro... Pero vamos con la cocina, muy bien los pulpitos de cullera y las verduras que con tanto mimo sigue cultivando Carlos Calero en el huerto donde caben tomates, cebollas, naranjas, alcachofas o sus ya clásicas hierbas (comino o tomillo limón). En el centro un arròs a banda notable y un Chablis de Louis Latour más bien olvidable.