¡DE QUÉ BARS, NANO!

Cervecería Carrión

If I'm not back again this time tomorrow, Carrión, Carrión

| 11/03/2022 | 3 min, 59 seg

Xics, ayer fui víctima de la fatalidad, one more time.

Tenía elegido el bar a visitar. Uno con mucha solera y trayectoria, por el Cabañal, pero tampoco os voy a dar más pistas para que no adivinéis que es la Bodega Flor. Había investigado las reseñas de Google, Tripadvisor, Yelp, enfoqué un satélite de vigilancia a la puerta, e incluso una de mis croquetas estaba aparcada en un coche delante fingiendo leer el periódico para que nada saliera mal. 

 Total, que me planto allí un poco antes de la hora de comer, salivando por las fotos de bocatas que venía ojeando, me siento en la terraza y le digo al camarero:

- Hola.

- Hola ¿Para comer?

- Sí, por favor. Un bocata de longaniza con habas del tamaño de un niño de San Ildefonso y una cerv...

- No hacemos bocatas, solo menú.

- Ah...¿Y tapas?

- Solo menú.

- ¿Y si...?

- Menú.

Pero me caguen mi vida... ¿Qué le pasa al mundo?¿Por qué los bares dejan de hacer bocadillos y tapas a la hora de comer? ¿Estamos locos? Es como la señora que vendía la bombonera en el rastro de Springfield. ¡Solo bombones!

Total, que me encuentro una vez más a la hora de comer y sin bar que me apañe. No me gusta escribir sobre menús cambiantes, porque pienso que la gente no puede ir a pedir lo mismo si algo le mola,  así que echo a andar en busca de otro local con barra y algo tapeable. Cruzo en dirección a Blasco Ibáñez, veo como un soportal con sillas y mesas. Me acerco al primer bar que veo abierto. La tipografía del cartel ya me dice cosas...me dice "carne", "sangría" e inexplicablemente me susurra "Arévalo".

La carta es canónica, tres modalidades de chopitos, boquerón, tellinas, ensaladilla, esgarraet, y un súper hit, que se supone que son las patatas con huevo y jamón.  Pedimos dos cervezas de tirador, que son San Miguel, y empezamos. 


La verdad es que las gambas al ajillo están de puta madre. A varias les pillé un poquito de cáscara, con lo que podría ser hasta que fueran frescas. Hay ajito frito, hay guindilla, hay picor, party y sabrosura. Bien de aceite, abundante sin encharcar. Invita a mojar pan y que se quede pegado un trozo de ajo. Me gustan, me las quedo. 

Te digo una cosa de los huevos, para ser la especialidad, no son muy especiales. La patata está extrañamente ácida, como si le hubieran echado un chorrito de vinagre. A nivel textura, te vas a encontrar una patata confitada, sin atisbo de crujiente. Lo traen ya roto, así que no sé si hay un huevo o dos, pero te diría que uno. El jamón está cortado a cuadraditos, más gruesos que una loncha, más finos que un taco. No me dice nada.

No les quedaba ensaladilla, así que nos sacaron por sugerencia del camarero, unos calamares encebollados. Por cierto, creo que sería un boicot muy guapo que la ensaladilla rusa pasara a llamarse solo ensaladilla. Que se jodan. Me esperaba un platito, pero te sacan la ración en una olla de hierro en plan Panoramix. Ración generosa, mogollón de calamarcitos, con un pelín de arena, y mucha cebolla flotando, en un caldo que también va servido de aceite. Les falta un poquito de punch, igual un picante, una majadita en el caldo, no sé, un espesar, un algo. 

Ah, una cosa curiosa de este sitio es que solamente tienen DOS bocadillos, uno de jamón ibérico, y otro de jamón serrano, con york y ternera. Fuimos a por el ibérico, porque la idea de dos tipos de jamón juntos me da como pereza. El pan es un pan de barra clásico, el jamón, yo te diría que es un jamón de cebo normalito, y el tomate rallado que le pusieron estaba helado de la nevera, prácticamente granizado, con lo cual se jodió todo el bocata.  Tampoco es muy molón. Te lo puedes saltar. 

Al final 44, 40 €  entre dos. No es aquello que se dice barato-barato, de hecho, tenía el móvil en la mano con el número de Hans en la pantalla, pero bueno, me apañó la mañana.

A la próxima llegaré antes a ver si me hacen bocatas. 

Goza de amplio aparcamiento.

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