El restaurante de la playa de Gandia gana la 45ª edición del Concurs Internacional Fideuà de Gandia i Gastronomia
Una treinta de cocineros venidos de medio mundo han puesto su talento, ilusión y buen hacer para llevarse el galardón de la 45ª edición del Concurs Internacional Fideuà de Gandia i Gastronomia. Lo han hecho, además, bajo la atenta mirada de un público que animaba y seguía al detalle los pasos de cada uno de los participantes y con la inclemencia del viento en su contra.
Un ambiente festivo en el que el restaurante el chef Amadeo (Playa de Gandia) se alzó con el primer premio de la 45ª edición del Concurs Internacional Fideuà de Gandia i Gastronomia celebrado este miércoles 5 de junio en el Moll dels Borja del Puerto de Gandia. Su cocinero, Amadeo, consiguió el preciado Collar de Santa Isabel, además de los 2.500 euros del premio y ocho billetes de Transmediterránea. Un premio que fue recogido entre abrazos y una alegría que contagió al público, que vitorearon su nombre. “Ha sido una alegría enorme”, explica Amadeo resaltando que “la mejor Fideuà de Gandia se hace aquí, en Gandia”. Con esta, es la segunda vez que el restaurante gana el certamen pues en 2014 también se alzó con el Collar de Santa Isabel.
El segundo galardón de este año, dotado con mil euros, fue a parar al restaurante Casa Macario (Tavernes de Valldigna). El tercer premio, de quinientos euros, fue para el restaurante Goya Gallery Restaurant (València) mientras que el premio al mejor postre de naranja, dotado con quinientos euros, lo consiguió el restaurante Nou Racó de El Palmar, que participaron con un milhojas de naranja y mascarpone con petazetas de lima. En cuanto al premio al mejor restaurante extranjero se lo llevó el Naruse, chef de Chateo Ginza (Tokio), que también obtuvo el galardón en la pasada edición.
En lo que respecta a las escuelas de hostelería participantes, el premio Joven Promesa ha ido a parar al CDT Alqueria del Duque de Gandia, cuya emoción no se pudo ocultar sobre el escenario y entre el público.
alguno de los cocineros tuvo problemas con el fuego
Una cita que arrancó a las once la mañana con los participantes de las escuelas de hostelería y prosiguió con los cocineros más experimentados. Y lo hicieron sorteando —con sus cuerpos, cajas de cartón…— y con una gran sonrisa por participar. “Cocinar aquí es una gozada porque es un marco incomparable”, explica Vicente Navarro (Casa Granero, Serra), ganador en cuatro ocasiones del Collar de Santa Isabel. Eso sí, quien fuera miembro del jurado en 2018 resalta que “el viento está influyendo mucho porque no hierve igual el caldo y existe el peligro de que no se cocine homogéneamente”.
Tanto es así que alguno de los cocineros tuvo problemas con el fuego y los aficionados estaban pendientes de cómo sorteaban ese handicap. Es el caso de Jose Martín, natural de L’Alcudia, que con cierto pesar comenta que “a ese cocinero le ha jugado una mala pasada el fuego, que no le encendía”. Lo hace sin dejar de mirar cómo elaboran la Fideuà y ensalzando la importancia de sofreír el fideo. En ello estaban los cocineros de Bon Aire (ganadores del Concurso de Paella de Sueca), Raúl y Jordi Magraner (padre e hijo) que, además, comentaban la presión que supone trabajar en esas condiciones, aunque también la equiparaban al día a día del restaurante. “Es cierto que estar aquí impone y sí da un poco de presión, pero es casi como la que tenemos en el restaurante todos los días”.
Una técnica en la que todos los asistentes afirman que la base es un buen fumet —con gambas, cigalas y pescado de roca de la Lonja del Grau— para después añadir su toque especial, siempre respetando la tradición de Bautista Pascual Sanchís, más conocido por Zabalo, que formaba parte de la tripulación del Santa Isabel. Él, junto al cocinero Gabriel Rodríguez Pastor, hicieron la primera fideuà —documentada— al sustituir el arroz por fideos. Eso sí, cada uno de los participantes deben estar atentos a no cometer errores y conquistar el paladar del jurado. “Es un honor poder estar hoy aquí y dar valor a un plato como la fideuà”, explica Bernd H. Knöller (Riff). De hecho, el cocinero de estrella Michelin resalta que a veces “se peca de usar demasiado el pimentón o el punto de cocción no es el adecuado”, comenta resaltando que el sabor, el color y la textura son también fundamentales. Por su parte, Ramiro Buj (jurado del postre de naranja) resalta que para él el punto de cocción es lo más importante.
Con esa tensión los 30 concursantes cocinaron la fideuà, el plato por excelencia de Gandia y orgullo de los gandienses. Y lo hicieron por su pasión por este plato mediterráneo, sin atender a su procedencia — habían concursantes de Estados Unidos, Japón, Perú e Italia—. Es el caso de Naruse, chef de Chateo Ginza (Tokio, Japón), que en la pasada edición obtuvo el segundo premio. “Fue una gran ilusión y nos ha ayudado mucho a dar un impulso a nuestro restaurante porque tenemos más trabajo”, comenta explicando que aprendieron la receta hace tres años gracias a una estancia en España. Un amor a esta tradición que también conoció Álex Cornejo Tenorio, chef de Paellas & Paellos (Lima). “En Perú somos muy arroceros y de pasta así que cuando hace cinco años probé la fideuà de Gandia me enamoré de ella”, confiesa el cocinero, que lleva treinta años cocinando paellas en Lima.
Un concurso que un año más estuvo abierto al público, con la venta de raciones de Fideuà de Gandia —también se ofreció una fideuà sin gluten— y bebidas a través de un tiquet. Además, había una veintena de expositores que ofrecen productos y bebidas hasta las 22 horas.