VALÈNCIA (VP/EP). El Teatro Rialto de Valencia pondrá en escena, dentro del ciclo 'Maestros de la palabra', la obra La estancia, un texto del valenciano Chema Cardeña en una producción de la compañía de Salvador Collado. El espectáculo llega avalado por el premio de la crítica valenciana al mejor texto y premio de la Asociación de Espectadores de Alicante (AITA) también en la categoría de mejor texto.
La estancia habla de la identidad personal, del otro, del espejo, del fingimiento, de la impostura, del engaño, de la mentira, de la ambición, de la traición, de la supervivencia del más apto, del más listo. Y también del amor, de la concupiscencia y del deseo. Todo en el marco de la Inglaterra isabelina, con el trasfondo de su teatro, los enfrentamientos entre católicos y protestantes y las actividades de espionaje de Marlowe, explica el Institut Valencià de Cultura a través de un comunicado.
El montaje está dirigido por Jesús Castejón y interpretado por Javier Collado, en el papel de Marlowe, y José Manuel Seda, en el de Shakespeare.
Seguramente, añaden desde el IVC, todo esto "se hubiera podido contar con otros personajes, en otra época u otro lugar, pero Cardeña escoge a Shakespeare y a Marlowe y eso no resta ni un poco de interés a la propuesta, sino que la hace crecer y demuestra que se puede hablar de conflictos del presente fabulando con el pasado".
En el origen de la trama se encuentra la especulación sostenida por muchos alrededor de las relaciones entre Marlowe y Shakespeare. Según esta, (aunque no hay un solo documento que lo verifique) Marlowe, que por razones de seguridad finge su muerte, huye de Inglaterra y cambia su identidad, sería el autor de buena parte de la producción literaria de Shakespeare, que se considera un cómico aventurero, que no dudó en convertirse en el hombre de paja del verdadero autor a cambio del éxito económico. Los espacios en blanco de sus biografías favorecen que sea posible elucubrar en este sentido sobre ellos, sin que sea posible perfilar con verosimilitud sus vidas dentro del universo en el que se mueven.
La obra es un "duelo dialéctico" entre dos figuras, en el que se ponen de relieve sus vidas, con un gran protagonismo del atrevido y vividor Marlowe, que mirándose al espejo quiere ver en Shakespeare su otro yo, "más natural, más de la calle, más primario pero igual de ambicioso". Por eso, el autor hace constantes referencias al espejo, casi como un tema recurrente para unificar dos personalidades en una, como si Marlowe y Shakspeare fueran uno el reflejo del otro.