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Cómo empezar el año sin despedirte del estilo

Brillos cegadores, siluetas imposibles, combinaciones a vida o muerte, accesorios que desafían la buena suerte... Para empezar bien el año además de llevar algo rojo, hace falta cumplir estos rituales de estilo

26/12/2017 - 

 VALÈNCIA. Durante estas fechas es fácil que los compromisos sociales, las burbujas del champagne -o del cava- y las ganas de celebrar nos nublen la mente y acabemos vestidas con más complementos que un árbol de Navidad, compitiendo en brillo con cualquier vedette de los 80s o como Cristina Pedroche en la Puerta del Sol. A pocos días de ponerle fin a 2017 es importante que no nos dejemos llevar por la emoción y decidamos bien qué nos pondremos para comenzar el nuevo año sin renunciar al estilo. Olviden los rituales para atraer la buena suerte que proponen siempre en estas fechas los videntes, no hay nada mejor para estrenar con éxito el año que hacerlo bien vestidos.


Lo que sí

-Originalidad -pero sin pasarse-. Las fiestas navideñas y Nochevieja representan un momento ideal para desmarcarnos de nuestro vestuario del día a día y experimentar con colores o prendas que no tenemos oportunidad de llevar durante el resto del año. Son días festivos donde prácticamente todo vale, sobre todo si su modelito queda en la intimidad del hogar, su público se limita al círculo familiar y las críticas más crueles que podría recibir son las de los cuñados -¿qué no critican los cuñados?-. Que hablen de lo que llevas puesto, puede ser una buena técnica de despiste para hacer que la conversación abandone temas delicados sobre política, estado civil y descendencia.

-Por fin podrás ponerte ese vestido o prenda que compraste hace tiempo para una ocasión especial. Es el momento de darle su hora de gloria a la ropa que aún espera con la etiqueta colgando en el fondo del armario.

-Cumplir el dress code es importante. Si te invitan a una cena que requiere llevar un suéter navideño al más puro estilo Bridget Jones, lo llevas. Aparecer en una ocasión así vestida de encaje o terciopelo sería un desastre. Y viceversa.

-Dale una alegría a mamá y aunque sea por un día al año abandona el negro para vestir algo de un color llamativo. Te ahorrarás escuchar una vez más su comentario preguntándote por qué siempre parece que vas de luto.

-No olvides meter en tu bolso un segundo par de medias. Los peligros que acechan a tus delicadas medias son muchos: una rama del árbol, tu sobrino pequeño, el gato de tu cuñada, una noche bailando sin parar... Mejor estar preparada para lo que pueda pasar.

-Oda al exceso -pero para un ratito-. Ese collar barroco, la falda con brocados, la sombra de ojos dorada... en tu interior hay una pequeña Naty Abascal, Giovanna Battaglia o Anna Dello Russo -quizás todas a la vez- luchando por salir. Dales la oportunidad de manifestarse aunque sea en forma de complementos por una noche.

-La superstición viste de rojo. La lencería roja da buena suerte si es de algodón o seda, en el resto de casos solamente os provocará urticaria.

Lo que no

-Pantalones, faldas o vestidos demasiado apretados. La idea es ir bien vestidos pero no olvidemos que durante estas fechas es importante comer bien sin tener que desabrocharse con disimulo el botón del pantalón, ni acabar reventando costuras o cremalleras. El tiro alto está muy bien pero quizás te obligue a perderte unas cuantas copas de champagne.

-Lentejuelas de forma indiscriminada. El brillo es tendencia y en esta época del año absolutamente todo parece brillar. Sin embargo, si optamos por este estilo tan festivo lo mejor es combinarlo con otras prendas más sobrias y así acabar brillando también por nuestro estilo.

-Año Nuevo descalza. Es cierto que son fechas para arriesgar y calzarnos esos tacones de diez centímetros -o más- pero bailar toda la noche en Nochevieja con ellos complica las cosas y los más probable es que acabes descalza. No es lo que se dice empezar el año con buen pie...

-Transparencias a vida o muerte. Nos reservaremos esa pieza que muestra más que oculta para la fiesta de Nochevieja entre amigos y preferiremos obviarla para la cena con los abuelos y los suegros. El objetivo es no provocar con nuestras transparencias un “efecto Jennifer López” entre los presentes.

-El terciopelo malo. Es una de las tendencias de la temporada pero ojo, las prendas de terciopelo suman kilos que no tienes y el terciopelo malo tiene un brillo que daña sensibilidades.

-Olvidar que estamos en invierno. No olvidemos que encima de ese maravilloso y liviano vestido escotado deberemos ponernos rebeca, abrigo y bufanda para no morir de hipotermia. El efecto no es el mismo pero tampoco es necesario pasarnos el resto de fiestas enfermas en el sofá encadenando películas navideñas.

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