MasQi Energi House, un oasis de paz y bienestar: la necesidad de visitar un hotel rural vegano para desconectar de la ajetreada vida de ciudad.
¿La rutina del día a día no te permite mantener un estilo de vida saludable? ¿Necesitas relajarte? ¿Adoras la gastronomía y la montaña? ¿Te apetece una escapada relámpago para reconectarte? Pues a mi sí, y es que las vacaciones suelen ser más estresantes que el propio estrés del día a día.
Nos vamos de vacaciones en agosto –¡qué horror!–, los aeropuertos llenos (parece la reproducción de la peli 2012, todos intentando entrar al arca que les salvará la vida). En las playas no cabe ni una sombrilla más y en los restaurantes casi tienes que endulzarle el oído y lo que haga falta al camarero para que te deje una mesa, y esperar incluso agradecido a que por fin te tomen nota, para media hora más tarde comer una comida pasada de todo, incluso de fuego.
En realidad somos una especie rara. Yo suelo ir todos los días a la playa del Saler y en vacaciones nos vamos a Altea que tiene unas playas que me encantan. Veo allí a todos los guiris requemados, sudando, implorando por una mesa a las 15:00 h. de la tarde para comer y luego les escucho el acento siciliano: arrivederci —pienso mamma mía—, con la extraordinaria gastronomía y con las playas tan bonitas que tienen en Sicilia, ¿qué hacen estas personas pasando por el aro del sufrimiento turistero? Pero bueno, aquí hacemos lo mismo, ignoramos nuestras playas para irnos a sufrir a Sicilia y después de venir del viaje añorar una semanita para descansar…
No se a ti, pero a mi me suenan más las vacaciones como un tiempo de desconexión para conectarme de nuevo, que el ritmo lo marque el entorno natural que nos lleve a romper con las rutinas tóxicas de comer mirando el reloj o Instagram, contestar whatsapps entre bocados y nos permitamos deleitarnos con el juego de sabores en cada porción del paladar para hacer un viaje al interior de todo, al interior de los sentidos, de nuestras papilas, al interior de la intimidad, al suspiro, a la respiración tranquila, a las siestas del borrego, a retozar en la cama después del desayuno, a leer un libro a la sombra de una encina, sabiendo que no nos tenemos que preocupar por reservar en el restaurante pues la mesa estará servida cada día con un gastro menú esperándonos y como si fuera poco, un menú basado en plantas.
Esto parece un sueño adolescente que tardará mucho en cumplirse, pues ¡no! La semana pasada estuve en MasQi Energui House y disfruté de un fin de semana 100% saludable, gastronómico y meditativo donde me dediqué tiempo de calidad a mi misma en un ambiente inmejorable.
Os cuento un poco porque la verdad lo tenemos a tiro, y de nuevo curiosamente, el 80% de los huéspedes eran del otro lado del globo terráqueo, mira que somos…
Es una especie de hotel boutique de 5 estrellas que en realidad es una acogedora casa rural, en un extraordinario enclave, situada dentro del Parque Natural de la Sierra de Mariola, entre Alicante y Valencia, en una finca privada de 130 hectáreas, una de las zonas montañosas más inspiradoras de la Comunidad Valenciana, donde nace el río Vinalopó.
Los paseos por el campo rodeado de pinos, álamos, enebros, encinas, son infinitos. Te embriagas con el aroma del romero, el tomillo y otras plantas mediterráneas.
Sonia Ferre su creadora, ha sabido combinar diseño y armonía manteniendo objetos que fueron emblema de la antigua masía. Tiene 10 habitaciones diferente y cada una tiene personalidad propia, sus nombres hacen referencias a los puntos cardinales y a conceptos del sánscrito. También una piscina al aire libre, un domo blanco enorme donde practicar yoga y meditación en plena naturaleza. Cuando entras al domo notas inmediatamente que allí se cuece algo diferente.
Y si nunca has tenido la oportunidad de tener un masaje ayurvédico “Shirodhara” este es el lugar. Nada más te tumbas en el droni y el aceite fluido rueda por tu frente, te sientes como una nave espacial a punto de despegar.
En tu estancia además de los diferentes masajes desintoxicantes y relajantes, también tienen programas detox anti estrés de 7 y 21 días para una renovación total, o simplemente se puede reservar “Un Día en MasQi” donde pasar una jornada realizando actividades de yoga y meditación, recibiendo masajes y terapias, disfrutando del restaurante, sin tener que estar hospedado.
Los pilares son la practica de yoga, meditación, consulta de orientación nutricional y por supuesto la deliciosa comida natural y saludable, que es quizá el pilar más importante de MasQi.
Impulsada por la pasión y el conocimiento que Sonia Ferre ha construido a lo largo de su propio viaje de bienestar, ha concebido un restaurante con un menú diario delicioso y variado de cocina creativa.
En gran parte, la cocina es vegana y también te puedes comer un extraordinario pescado salvaje de extracción, ¡todo un puntazo!
Los platos se crean con productos ecológicos e ingredientes de temporada, hacen guiños a recetarios internacionales.
Algunos de los platos estrella son los falafel a la mostaza con chucrut —aunque parece una mezcla extraña entre Palestina y Alemania el resultado es glorioso—, la crema de boniato con pulpo crujiente de remolacha, ceviche de corvina, ceviche de azukis con aguacates de la Vall d´Ebo.
Tienen gran ingenio con las cremas, sopas y postres. Aún tengo el registro en la boca del pastel de polenta con yogurt de almendras y mermelada casera de melocotón. La gran sorpresa me la llevé con los gazpachos afrutados, en concreto el de sandía me resultó como si tuviera un refrigerador interno por horas, qué fresquito y qué bien conseguido, con un rastro de aceite de oliva, pimienta y semillas.
Los desayunos son de otro orden, de buena mañana sube el olor del pan recién horneado con harinas completas, es la invitación a desayunar. Le sumas las mermeladas caseras y la fruta madura. También en la oferta tienes sopa de miso y porridge de arroz integral, pues aquí todo tiene un propósito y tu cuerpo lo nota.
Sonia Ferre, nos propone aprender a vivir la vida de una forma más saludable, más plena, consciente y en calma. La realidad es que para quienes vivimos en la ciudad esta propuesta es casi una utopía, pero lo que sí es cierto es que tomar pequeños descansos que nos conecten es como pasar la ITV al coche y volver renovado hasta la próxima escapada ¡que al final va dejando huella!